De Taco: periodismo de mujeres

De Taco es una organización que tiene como objetivo insertar a la mujer en el universo deportivo, no solo como periodista, sino como protagonista de la noticia y como audiencia, comunicando con excelencia. Nace en 2019 en forma digital. Hoy es un medio nativo digital multiplataforma, que evita el uso de términos peyorativos.

Florencia Mo, Verónica Chiatellino y Sabrina Otaegui

De Taco nace en 2019 en forma digital. Hoy es un medio nativo digital multiplataforma que evita el uso de términos peyorativos.  Verónica Chiatellino es su directora y Rosario Pompizzi la editora. El equipo está conformado por siete redactoras y un redactor que postean notas una vez por mes. Abordan temáticas deportivas que no se encuentran en los medios hegemónicos, sin renegar del periodismo tradicional.

Hoy arman también eventos, cursos y buscan financiación para sostener el proyecto. En el 2021 se proponen hacer el evento de Pioneras deportivas que será internacional, virtual, con ponencias y talleres. Tendrá lugar luego de los Juegos Olímpicos.

A De taco le importan sus contenidos: qué publican y cómo lo publican. Pretenden calidad y profundidad en lo que hacen y se preocupan por temáticas sociales con eje en el deporte: desórdenes alimenticios, salud mental, diversidad sexual, abuso, etc.

Están convencidas de la importancia de visibilizar a las mujeres referentes periodísticas o deportistas que marcaron el camino, porque están persuadidas de que esto puede estimular vocaciones ocultas. Tienen previsto capacitar a la infancia y a la adolescencia para que aprendan a cuidar sus cuerpos, para que estos no sean vulnerados. Quieren armar redes latinoamericanas para instalar una cultura deportiva en el colegio, algo que sucede en Estados Unidos y la Unión Europea donde el deporte está más arraigado en la cultura, aunque reconocen que la presencia femenina en estos lugares tampoco se caracteriza por la equidad de género.

Interactué  con Verónica Chiatellino, Sabrina Otaegui y Florencia Mó. Pregunté sobre mujeres y diversidad sexual, infancia y adolescencia, fútbol, deportes de alto rendimiento, abuso, Covid-19, pobreza, padres y madres, clubes, entrenadores…  Transcribo este intercambio.

¿Cómo impactó la ley de identidad de género en el deporte?

La ley de identidad de género impactó y sin ninguna duda cambió la realidad de deportistas trans e intersexuales aunque no de forma inmediata. Su efecto estuvo estrechamente asociado a la reglamentación del Comité Olímpico Internacional –COI-, cuenta Verónica Chiatellino. Aclara que existía una reglamentación del COI del año 2003 que iba en una línea diferente. Ese año se redactó el Consenso de Estocolmo, que disponía que para competir en categoría femenina las mujeres trans debían someterse a una cirugía de reasignación de sexo y hacer una terapia hormonal por período comprobable de 2 años, además de tener un documento de identidad que avalara el cambio de sexo. En 2015, el COI actualiza su reglamentación y exige que cualquier mujer trans que quiera competir en la categoría femenina, debe haber registrado un nivel de testoterona por debajo de 10 nanomoles por litro de sangre por lo menos 12 meses antes de competir. Si la transición trans es de mujer a hombre no hay restricciones.

Comenta dos casos interesantes que merecen ser seguidos: el debut olímpico de la primera deportista trans será el de Laurel Hubbard –pesista- de Nueva Zelandia en Tokio, en un deporte donde la contextura física puede dar ventajas. Y esto trajo aparejado un debate: ¿La regla debe aplicarse a todos los deportes por igual? ¿Es necesario investigar si la contextura física da ventajas o no da ventajas?  El segundo caso es el de Caster Semenya de Sudáfrica. Semenya es una atleta especialista en la prueba de 800 metros. Fue dos veces campeona olímpica —en Londres 2012 y Río de Janeiro 2016—, y tres veces campeona mundial —2009, 2011 y 2017. Dado que es una mujer cisgénero intersexual, asignada como mujer en el nacimiento,​ con cromosomas XY y con niveles naturalmente elevados de testosterona, la Federación internacional de Atletismo la obliga a “doparse” para bajar sus niveles de testosterona, pese a que está prohibido medicarse para lograr un rendimiento diferente. A ella le obligan a tener menos de 5 nanomoles por litro de sangre. Viene litigando y perdiendo todas las instancias.

Por su parte, en Argentina las Federaciones no reaccionan de la misma manera. Las mujeres trans ingresaron primero en hockey, luego en vóley y el caso más conocido de todos aparece en el fútbol profesional cuando Mara Gómez -actualmente en el Club Atlético Villa San Carlos  ​de la Primera División Femenina de Argentina- se convierte oficialmente en la primera jugadora transgénero en la máxima categoría del país. Sin embargo la AFA le exigió la prueba de testosterona y ella accedió ya que la AFA  también se ampara en los parámetros establecidos por el COI.

Las Federaciones incorporaron la ley de identidad de género de diferentes formas, por ejemplo la  Federación de Voley la respetó inmediatamente y permitieron que mujeres trans compitan en categorías femeninas. Otras Federaciones argentinas argumentan que se rigen por lo que ordena el COI que exige tratamientos hormonales para personas trans e intersexuales, algo impensable para los deportistas cisgénero con cariotipos XX y XY heteronormados. En paralelo la ley de identidad de género en Argentina no tiene esas exigencias.

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Laura Cantore | Revista Mugica

Feminista. Doctora en Derecho y Ciencias Sociales. Posdoctorada en géneros.

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