Tello: «En la Multisectorial hay consenso para impulsar una ley de la televisión y nuevas plataformas»
Del 21 al 23 de septiembre pasado se concretó el 5° Congreso Audiovisual Nacional de la Multisectorial por el Trabajo, la Ficción y la Industria Audiovisual. Para conocer las distintas propuestas que surgieron en ese ámbito orientadas a superar la crisis que atraviesa el sector audiovisual publicamos la entrevista de Florencio —la revista de Argentores— con Guillermo Tello, coordinador general de la Multisectorial.

Combinando las modalidades del encuentro virtual y el presencial, del 21 al 23 de septiembre pasado se concretó el 5° Congreso Audiovisual Nacional de la Multisectorial por el Trabajo, la Ficción y la Industria Audiovisual. Las dos primeras jornadas se realizaron bajo la modalidad virtual y la tercera fue presencial en el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti. El 20 de septiembre el Museo de Bellas Artes Emilio Petorutti, de La Plata fue el ámbito de la inauguración del Congreso, a la que asistieron, además de directivos de la Multisectorial, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof; el ministro de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; y el titular del ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica bonaerense, Augusto Acosta.
—¿Qué particularidades tuvo este congreso en relación con los otros y qué temas importantes se trataron?
—Una clara particularidad de este congreso fue la de haber sido atravesado por la pandemia. Y esto porque la fecha en que se concretó fue fruto de la decisión de postergar su realización, prevista inicialmente para 2020, y llevarlo finalmente a septiembre de 2021. Y, al seguir el país atravesado todavía por la pandemia, que se ha atenuado, pero no ha desaparecido totalmente, no sabíamos si íbamos a tener un aforo o no. Y para llevarlo a cabo entonces encontramos como variable en las mesas de debate —diferente a la de los congresos anteriores— concentrarlas en dos jornadas de encuentros virtuales, que fueron las primeras, y en una tercera, que se cumplió con una cierta presencialidad, en el Centro Cultural Haroldo Conti.
—¿Y lo que se hizo en La Plata qué fue?
—En La Plata se realizó el acto de lanzamiento. Fue un hecho muy interesante, porque por primera vez se realizó de una manera distinta a las anteriores. Esta vez consistió en una conferencia de prensa acompañada por una presentación dirigida a despertar el interés de la audiencia y del sector de las industrias culturales por lo que ocurriría en el sector audiovisual, pero te diría que también en algo que contempla a la cultura audiovisual en su contenido más amplio. Porque no abordamos solo los temas que veníamos tratando habitualmente en los congresos previos sobre cómo producir contenidos y cómo comercializarlos, cómo emitirlos. No fue solamente eso. Abarcó muchas cosas más. Y otro logro fue darle un contenido federal. En las dos jornadas virtuales hubo una amplia participación de expositores provinciales. Y eso también hizo la diferencia, porque le dio un impulso muy distinto y una llegada que incluyó la participación del Consejo Federal de la Televisión Pública, que en forma regular fue comunicando en algunos resúmenes lo que iba tratando el Congreso en diversos canales de la provincia. Recordemos que ese Consejo está formado por veintitrés canales y señales, la mayoría de los cuales son canales de provincias y unos pocos de las universidades. Y eso le dio un volumen al debate distinto. Y en la participación también, porque no fue lo mismo invitar a referentes de las provincias al Congreso de este modo virtual, a invitarlos a que se trasladaran por dos días a una sede donde se hubiera podido hacer la reunión en forma presencial. En esta modalidad, algunos de los potenciales invitados —pienso en los que son funcionarios estatales o directivos de las asociaciones— los hubiera obligado a tener que trasladarse y dejar sus tareas habituales, además de todo lo que significa armar una movida de esa naturaleza. De este modo se posibilitó el armado de un debate que ganó en profundidad, porque incluyó a sectores de un espectro más grande, más amplio. Y los ejes temáticos también fueron más amplios.

—¿Cuáles fueron los temas destacados dentro de ese debate?
—Nosotros planteamos, desde las mesas que organizamos, los desafíos que tiene hoy la producción de contenidos audiovisuales desde una perspectiva federal y la equidad de género dentro del marco de la regulación de medios y servicios que los proveen, como parte de esa realidad. Además de los desafíos de la producción en el ámbito laboral en la etapa de la postpandemia, que no es un asunto menor, porque comienza un movimiento que implica una mayor cantidad de empleos, una revitalización gradual en el campo laboral. Y también en qué condiciones se concretará esa revitalización, cuáles son las condiciones que dificultan y cuáles las que facilitan el desarrollo de estas producciones. Y, al mismo tiempo, la necesidad de regulación, el gran tema que atravesó todas las mesas, lo imperioso de implementar una ley convergente, que pueda incluir a todos los servicios audiovisuales, sean tanto de los operadores tradicionales como de los servicios digitales que en este momento tienen tanto auge.
—¿Cuáles serían los operadores tradicionales?
—La televisión por suscripción paga, sea por cable, satelital o cualquiera de las otras, y la televisión por aire, no solo la de Buenos Aires sino también las que revisten el mismo carácter en las provincias. Y las no tradicionales, que cada vez son más y tienen mayor cantidad de audiencia y abonados, son las plataformas digitales que tienen llegada a través de Internet. Tienen doble costo, porque uno debe pagar Internet y además el servicio que le provee esa plataforma.
—¿Y el cine dónde estaría dentro de ese espectro?
—El cine también está ubicado entre los medios que se encuentran con dificultades para acceder a la pantalla, esto de que nos estamos quedando sin salas, que son cada vez menos a pesar de contar con una demanda importante de parte de las audiencias. Y sobre todo respecto de las posibilidades que tienen las películas, que se producen por el fomento que existe en nuestro país, de llegar al público en las salas y también a las audiencias a través de las plataformas, porque las plataformas pasan mucho cine pero muy poco del producido y desarrollado en la Argentina. Y ese es un gran problema. Y ahí es donde digo que aparece el importantísimo tema de la regulación y del orden del ecosistema audiovisual en todas sus instancias. Como ocurre con las normas que están vigentes en países de Europa o de naciones latinoamericanas como México, Brasil o incluso acá cerquita, nos muestran que, en el cine o la televisión seriada, el cine seriado si querés también, requieren de una plataforma específica para tener cuotas de pantallas, cuotas de librerías, espacios específicos donde pueda ser visualizada por la propia audiencia del territorio de la Argentina donde se proyecte.
—¿Y para esto es necesario la intervención del Estado?
—El Estado es el responsable ineludible en esta realidad. Por un lado, está la regulación del Estado nacional para precisar cuánta producción sería necesaria para garantizar el derecho humano a la comunicación, la diversidad cultural y para estimular la promoción de la industria local, y también están los estados provinciales que deben asegurar a las producciones locales que tengan también una salida productiva, impulsada por incentivos fiscales y fomentos directos, propios de cada provincia.
—Bueno, en el caso de algunas provincias ya hay experiencias interesantes…
—Sí, están los casos de Córdoba y Misiones, por ejemplo. En estos casos hay leyes de avanzada. Digo de avanzada porque no son leyes de cine, son leyes de audiovisuales y entonces proponen fomentar e impulsar la producción audiovisual en distintas plataformas o en el cine o para estrenar en televisión o en plataformas, sean seriadas o por capítulos unitarios. En ese sentido, me parecen que son experiencias muy interesantes que han producido títulos no solo valiosos, sino que han logrado trascender el territorio nacional y fueron festejados incluso en el extranjero. En algunos casos fueron producidas y coproducidas en esos lugares. En el caso de Córdoba, una serie emblemática ha sido La chica que limpia y en el caso de Misiones también Cromo, que es una de las primeras que se hizo bajo esas condiciones y otras más.

—Una vez que se apruebe una ley nacional, ¿crees que se debería legislar teniendo sintonía con lo que han hecho las leyes de las provincias?
—Sin duda, pero también hay que pensar en que a escala nacional el ecosistema audiovisual contempla muchas cosas, por eso al Congreso Audiovisual estuvo invitada incluso la gente que representa al Consejo Nacional de Danza. Porque la danza tampoco tiene que ser ajena a lo que se haga respecto a las necesidades de pantalla. En Europa te muestran espectáculos de danza en plataformas y experimentaciones muy distintas como es el video-danza, todas las artes tienen hoy la posibilidad de ser incluidas dentro de un panorama audiovisual distinto. Pensando en eso, pienso también en la radio. En la radio, no es solamente lo que se escucha. Es difícil encontrar una empresa radial, privada o estatal, que no tenga una plataforma digital, un portal donde se ve la radio, el programa de radio y donde se hacen informes audiovisuales por la radio. Es muy difícil pensar el audiovisual sin estos actores. Para mí hay que ordenar todo el ecosistema audiovisual y pensar bien, luego de esa medida, cómo incluir en su regulación una instancia de incentivo y fomento para el impulso del desarrollo industrial. En la Multisectorial estamos convencidos que lo único que puede garantizar el derecho humano a la comunicación y el derecho a la diversidad cultural es la industrialización y el desarrollo cultural. Sin esa industrialización, sin esa potencia que genera discutirle al mercado las razones de las verdades artísticas será difícil hacer primar la libertad artística y la diversidad cultural por sobre las normas del mercado, que nunca son invisibles, sino claramente monopólicas.
—La Multisectorial trabajaba mucho pensando en una ley de televisión. No sé si eso es ahora una preocupación vigente.
—La Multisectorial encontró consenso en sus socios fundadores, un acuerdo para plantear e impulsar una ley de la televisión y nuevas plataformas. Sobre la televisión, la mejor definición sobre ella es sin duda la que dio la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), donde plantea que televisión es la transmisión de imágenes y sonidos a distancia. No dice que es vía, una antena vía éter o Internet, no dice nada al respecto. Es transmisión de imagen y sonido a distancia. Eso es televisión. Si uno define cine, dice que es un espectáculo proyectado o emitido sobre una pantalla para vivenciar la experiencia en una sala. Nosotros planteamos una ley de televisión en su momento porque entendíamos que había un espacio para debatir en el Senado sobre televisión y audiovisuales y cómo incentivarlas y a la vez someterlas a una regulación. Hoy comprendemos que la ley de cine ha quedado un poco desactualizada, que tal vez lo que haya que impulsar sea una ley que proponga o promueva un Instituto de la Industria Audiovisual en su conjunto y no solamente de la realidad cinematográfica.

—El consenso sobre la necesidad de ese cambio en la ley de cine es bastante generalizado.
—Sí, hay muchas organizaciones que piensan que hay que modificar la ley de cine y trabajan en la concreción de proyectos, no solo en el AMBA, también en las provincias que tienen experiencias como en Córdoba, Misiones o Tucumán. Son muchas las organizaciones —unas más grandes, otras más pequeñas, otras con más representatividad—, dedicadas a la actividad audiovisual que plantean la necesidad de una modificación de la ley de cine y anexos, para pasar a algo que sea más abarcativo y que dé impulso a todo el ecosistema audiovisual argentino.
—¿Y qué piensa la Multisectorial que es prioritario en este momento?
—Lo primero que pensamos desde la Multisectorial Audiovisual es que hay que ordenar el ecosistema audiovisual. Una vez que ordenemos ese ecosistema podemos abrir un gran debate en todos los sectores sin pensar en cuál es la institución o instituciones que impulsen el proyecto de ley que promueva el fomento y desarrollo de los contenidos audiovisuales. Creo que la problemática es mucha y que las ideas mueven una gran cantidad de energía destinada a poder transformar esa realidad. Por dar un ejemplo, si uno pensara únicamente en el Instituto de Artes Audiovisuales como promotor para el desarrollo de contenidos estaría cometiendo un grave error. ¿Por qué? Porque no se puede dejar al margen de estos cambios a los llamados contenidos públicos, especialmente los canales públicos provinciales y universitarios, que son los grandes postergados en un plan estratégico para el desarrollo de contenidos, aquellos que promueve el Estado y que se conciben bajo una lógica de producción audiovisual diferente a la lógica del mercado. Y, por eso, esa entidad no debe contar solo con programas de contenidos para un espacio dentro del mercado de la producción audiovisual nacional, también debe dar respuestas a los emergentes y la diversidad cultural federal. Tampoco hay que dejar de lado el rol que cumple Radio y Televisión Argentina (RTA), que es una nave insignia en la producción de contenidos, así como lo ha sido la experiencia de la RAI en la televisión italiana; o de la Radio Televisión Española, o como la experiencia de la BBC, que en cada instancia nacional-estatal de esta actividad tiene una experiencia de contenidos propios y coproducciones internacionales divididos. Son muchas las líneas y las posibilidades. También esos países tienen como experiencia sus institutos de producción audiovisual. No es la sola modificación de una norma o de una ley que impulse la resolución del problema, sino una confluencia de medidas que deben atender a factores multicausales de la crisis que atraviesa el sector. El otro día estaba en una conversación en el ámbito académico y en ese lugar se planteaba de alguna manera las dificultades o los desafíos que tiene hoy el audiovisual. Planteé allí que la gran crisis que enfrenta el audiovisual tiene un origen multicausal. Y esa multicausalidad que interpela a la producción de contenidos audiovisuales debe ser tratada en áreas y posiciones distintas, no es una sola norma la que traerá la solución a un problema tan complejo como el que propone este espacio. Es como si uno quisiera regular exclusivamente la inflación de los alimentos solamente cerrando acuerdos con los principales productores y responsables del valor de esos alimentos. Ya vimos todes que eso solo no ha dado resultados.

—Y en función de todas esas ideas, ¿cuáles son las tareas que está emprendiendo hoy la Multisectorial?
—Nosotros como Multisectorial venimos trabajando con los principales responsables del Senado, con los principales responsables en Diputados, con el ministerio de Cultura. También mantenemos un diálogo constante con la Secretaría de Medios y con Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) el ente regulador y el ministerio de Producción, que tiene bastante que ver con el tema. Con todos estos ámbitos hemos mantenido diálogos para plantear hacia dónde va el Ejecutivo y hacia dónde va el Legislativo, en pos de tratar de regular o sancionar normas nuevas que agilicen o posibiliten restablecer la producción audiovisual en el territorio y con la competitividad productiva para el extranjero. Hay que desarrollar una industria competitiva en el sentido más amplio de la palabra. Y ahí, no es la Multisectorial el único interlocutor ni tampoco el único referente, me parece que en eso tanto las organizaciones federales de las distintas provincias como las de proyección nacional trabajan hace mucho en estas temáticas. Dentro de esa perspectiva entramos todos y todas, el espectro es muy grande. Hay muchas entidades de distinta naturaleza, pero vinculadas a lo audiovisual que vienen desde hace mucho tiempo estudiando la problemática del medio, cómo se encuentra la producción, circulación y emisión de contenidos, cosa que también pasa en el ámbito académico. Por eso no fue ingenua, por parte de la Multisectorial, de la creación de Pirca, un laboratorio donde se está investigando profundamente esta problemática, elaborando propuestas, debatiendo pensamientos. Y, en ese sentido, creo que estamos bastante adelantados en la posibilidad de dar un diagnóstico acertado de cómo es hoy la situación real del ámbito audiovisual en sus distintas áreas, la producción, exhibición, comercialización y emisión de contenidos.
—¿Hay alguna posibilidad de que en un tiempo no demasiado largo se puedan ir mostrando algunos frutos de todo este trabajo?
—Yo creo que vamos a tener la sorpresa de comprobar que el tiempo es mucho más corto que el que nosotros pensamos. Está bien que la angustia nos viene carcomiendo hace varios años, no solo por la pandemia sino también por lo que pasó en los cuatro años anteriores a la actual gestión gubernamental. Aquí la crisis no es solamente global, no somos solo los argentinos los que tenemos problemas de producción, sino también el territorio latinoamericano, hemos sido invadidos por producciones de todo tipo y lo digo en todos los sentidos posibles, porque la verdad es que venimos recibiendo producciones de ficción y formatos para hacer televisión hace mucho tiempo. En 2013, la Argentina se había colocado en el cuarto lugar en el mundo en la producción y comercialización de formatos de contenidos audiovisuales. Y esa realidad la perdimos. Hay que recuperarla.
—Es verdad, además, que las plataformas avanzan en todas las direcciones posibles.
—Las plataformas no le hacen asco a nada, se meten en todos los terrenos. No comprenden de divisiones territoriales o temáticas, ni de fronteras, no creen simplemente que haya límites al avance de sus negocios. Por otra parte, con esa avanzada, hay también toda una tendencia a modificar lo que son las conquistas laborales que ha consagrado el país. Y no solo de parte de las plataformas, sino de todos aquellos que piensan que es bueno medrar con la precarización del laburo de los trabajadores, incluso los audiovisuales. Muestra de la preocupación de la Multisectorial por este problema es la iniciativa que impulsamos, junto con las colegas de la Asociación de Periodistas Argentinas en el espacio de la Comisión de Política de Género de la Multisectorial, en favor de la equidad y diversidad de género en los servicios de comunicación. Eso no es un tema menor, porque muchos de los derechos que se están reclamando en esa iniciativa son derechos preexistentes, contemplados ya en la ley y que no se cumplen, como, por ejemplo, que, en las redacciones, en los canales de televisión, en los ámbitos de las radios haya lugares de lactancia, las debidas licencias por maternidad, y muchos otros derechos, que están fijados ya en normas laborales. Al incumplimiento de estas normas, se la trata de imponer como si fuera lo normal, cuando en cuando en realidad no lo es.

—¿En el reciente Congreso de la Multisectorial se trataron temas de esta naturaleza?
—Sí, como una de las novedades que surgieron con mucho peso y visibilidad. Un punto interesante en este 5° Congreso fue la participación que tuvieron senadores y diputadas que expresaron un claro compromiso del área legislativa en promover la defensa de los derechos laborales en el ámbito audiovisual. En una de las mesas, la penúltima, donde hablaron esos legisladores, se planteó un proyecto de ley que se llama Caja Complementaria para el trabajador y la trabajadora de industria audiovisual, que constituye una contención para una eventualidad, porque todos sabemos que, cuando uno tiene un contrato por tiempo determinado, o sea con inicio y final predeterminados, al concluir el trabajo no se cuenta con un seguro de desempleo, ya que no ha sido despedido. Y sabemos que encontrar otro trabajo lleva un tiempo, unos cuantos meses. Sobre todo, en los casos de un autor una autora, que trabajan a tiempo determinado, y al concluir su trabajo tienen que empezar otra vez a buscar otro. En ese paréntesis lo que propone la Caja Complementaria es establecer una contención de un monto mínimo de sostenibilidad, como si fuera un seguro de desempleo, para esas personas mientras no consigue una nueva ocupación. Bueno, allí se expresó de parte de las legisladoras una fuerte responsabilidad social y pública. La propuesta vino de parte de las diputadas Vanesa Siley y María Rosa Martínez, la primera de las cuales es nada menos que la presidenta de la Comisión de Legislación Laboral de la Cámara de Diputados, y la siguiente vicepresidenta de la Comisión de Derechos Humanos y Garantías; es decir, legisladoras muy importantes en el rol de las comisiones que tratarán este proyecto y que están comprometidas con éste. Si hablamos pues de novedades, diríamos que hubo una tríada de propuestas destinadas a garantizar la sustentación y sostenibilidad en el desarrollo del ámbito audiovisual: trabajo con derecho adquirido; capital, financiamiento y desarrollo, pero con soberanía y creatividad. Estas tres patas fundamentales y fundacionales del nuevo desarrollo de los contenidos audiovisuales, son cada vez más importantes y necesarias. No se puede tener una buena producción audiovisual sin capacidad técnica, desarrollo de los recursos humanos y capacidad y regulación laboral. No alcanza con el financiamiento solo y tampoco alcanza solo con el financiamiento para el desarrollo de la creatividad. Para ella se necesita una constante línea de trabajo, una continuidad y una capacitación permanente. La creatividad no viene por arte de magia, se produce también trabajando. Esas tres líneas específicas son pues indispensables. Días atrás, en el programa de televisión Desiguales, al que nos invitaron, planteaban el tema de la crisis de los contenidos audiovisuales como una suerte de problema médico, de salud: ¿Qué le pasa a este paciente?, preguntaban al referirse a los problemas que enfrenta este ámbito. Y yo dije: no se puede establecer un tratamiento único para una patología que sabemos no será curada, ni reanimada con un desfibrilador, para sacar a este paciente de su postración no alcanzará un solo remedio, son necesarias múltiples medidas para darle sustentación y sostenibilidad en el tiempo a su recuperación y plena vitalidad.
—El Estado tiene allí un papel decisivo.
—Sí, ahí están las políticas del Estado y también las políticas públicas, que son las que lleva adelante el Ejecutivo. Este debe ejecutar políticas públicas que le den sostenibilidad. Sin un Estado presente para equilibrar las asimetrías de toda clase que se producen en todo el territorio nacional no hay camino. No es lo mismo una televisora que está en el AMBA que otra que está en La Pampa, Río Gallego o San Juan. Esos lugares tienen lógica de producciones distintas y capacidades de audiencias distintas. La diversidad cultural hay que garantizarla igual para todos, así como al derecho a la comunicación. Todos tienen el mismo derecho.
—Hace un rato hablaste de Pirca. ¿Cómo viene trabajando este laboratorio de la Multisectorial?
—Pirca ha trabajado en muchos anteproyectos de alta calidad, garantizada por el alto nivel de los académicos e investigadores que intervienen en esos trabajos. Hemos desarrollado muchos anteproyectos que están en carpeta de financiamiento y estamos buscando algunos apoyos financieros más para estas investigaciones que nos van a dar algunas certezas sobre el estado de situación de las producciones argentinas, entre otras cosas. Son muchas las temáticas de las seis áreas de producción de conocimiento instauradas, una de ella es la capacidad ociosa, el desarrollo de las capacidades técnicas, las dificultades tecnológicas para la distribución de los contenidos, la equidad laboral en el sentido económico y de género. Son muchas las temáticas, y vamos en un muy buen camino para lograr nuevas evaluaciones.
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