Esperanza renovada: ruptura del FDT

Los desacuerdos en el oficialismo en torno del acuerdo con el FMI reestablecieron con enjundia la esperanza de los tanques mediáticos en la ruptura del Frente de Todos, uno de los pasos programados para la anhelada derrota del peronismo en 2023, junto con un diseño económico que profundice la desigualdad en el país.

El Presidente Fernández llevará a la asamblea legislativa su «última bala», publicó Clarín el domingo: describirá el acuerdo con el FMI y esto llevará a la crisis con la vicepresidenta y el conjunto del kirchnerismo. Para reforzar, La Nación publicita el lunes que senadores del FDT «repudian» el entendimiento y demandan cambios. Todo esto dará el «golpe letal» al Gobierno.

Estas evoluciones que reestablecen la esperanza de ruptura en el FDT, nacida prácticamente con el proyecto político que Cristina Kirchner anunció en mayo de 2019, son reiteradas en este conglomerado de medios tanto como el pliego de condiciones atribuido al FMI, ya descripto por Clarín y La Nación y repetido el lunes por Infobae: menos giros a las provincias, pérdidas de los salarios estatales, cambios en el sistema previsional y aumento de tarifas en niveles muy superiores a lo que pueden pagar la mayoría de los hogares argentinos.

El enfoque del impacto en el país de la guerra por Ucrania está organizado con la misma fórmula y bajo el paraguas general del servilismo sin límites al relato estadounidense. Uno de los ejemplos se vio en las versiones en línea de los medios opositores y en las ediciones del lunes para presentar el pronunciamiento de Cristina Kirchner: la orden fue destacar que no condenó el ataque militar ruso.

La manipulación de datos, las versiones inventadas, las imágenes manipuladas, son estrategias habituales de los poderes que van a la guerra, y la amplia mayoría del sistema mediático argentino se puso automáticamente al servicio de las potencias occidentales en general y de Estados Unidos en particular.

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La doble moral | Por Néstor Restivo

El doble estándar de las miradas mediáticas sobre el reciente viaje a China de Fernández lleva directo al triste espectáculo de las noticias falsas.

Imágenes de bombardeos de otros países y épocas, fotografías retocadas cuidadosamente como las que Clarín y La Nación pusieron en tapa el sábado, civiles supuestamente afectados siempre por la acción del «enemigo» y nunca por los propios y la réplica hasta el hastío de versiones que surgen de los laboratorios de propaganda: un tanque obstaculizado por una bicicleta, niñas y niños sufrientes sin que nadie pueda saber de qué lugar y año es la imagen, la exmodelo que pone su belleza al servicio del «combate por la patria», supuestos corresponsales en Kiev cuyo mayor hallazgo es describir cómo suenan las sirenas en su presunto «refugio», y diabólicos militares enemigos que ponen bombas en ositos y otros juguetes.

Este despliegue propagandístico del «periodismo» argento tiene como contexto general líneas editoriales también orquestadas, como el ocultamiento de los ataques a la población prorrusa de Ucrania o los sueltos de «especialistas» que se enfocan en diagnósticos calcados sobre la personalidad de Putin y, en general, de cualquier gobernante ruso, como publicó Infobae el sábado.

La coordinación conlleva idénticos actos de censura: se vio el domingo y lunes respecto de la decisión de las «grandes democracias» europeas de censurar olímpicamente a los medios rusos y así pisotear una vez más la sacrosanta libertad de expresión.

Y también hay líneas copiadas y pegadas sobre cómo la posición del Gobierno argentino puede repercutir en la negociación con el FMI. Cristina Kirchner critica a Estados Unidos, escribió Letjman en Infobae el lunes, mientras el presidente ya decidió votar en la ONU como se lo demanda Washington, para enmendar su «zig-zag» con Putin. Es que Biden le hizo conocer su «malestar» aunque, tipeó Morales Solá en La Nación, el jefe de la Casa Blanca «no tiene más remedio» que «seguir propiciando» el acuerdo con el Fondo, a pesar de la «ingratitud» de Fernández. El bueno de Biden, publicó Bonelli el viernes en Clarín, quiere «darle gobernabilidad» al presidente, para que pueda terminar su mandato, aunque sea un «saltimbanqui».

Así, la prensa opositora se restriega la manos y espera su fiesta en la asamblea legislativa del martes: «Una lupa gigante se posará sobre Alberto y su vice», confesó Clarín el domingo. No es difícil prever el contenido de las notas que, el miércoles, harán el relato también coordinado sobre la cara y los gestos de «Ella» y de cuanto suceda en el Congreso.

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Hugo Muleiro

Periodista y escritor.

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