Señales de noticias y línea editorial

Ornela Carboni y Lorena Retegui afirman que, mientras LN+ apela al discurso obsesivamente opositor, IP «vende» una línea de centro. Por su parte, en otra nota también publicada por Letra P, Diego Genoud arriesga que la «rabiosa» pantalla de LN+ es el desguace del modelo Mitre/Escribano y la revolución Saguier.

Jonatan Viale y Eduardo Feinmann

En la sección Medios de Letra P, Carboni y Retegui analizan la línea editorial de IP y La Nación+. Puntualizan que LN+ se radicaliza con figuras ultraantioficialistas, mientras Información Periodística, conocida como IP, del peronista Santa María, vende su línea «del centro».

La nueva programación de LN+ apela al impacto y al discurso radical y obsesivamente opositor de Eduardo Feinmman, Jonatan Viale, Alfredo Leuco y Luis Majul. Si hay un hilo conductor en LN+ es la emoción violenta de la mayoría de sus periodistas e invitados contra todo aquello que emane peronismo.

El otro patrón es la invisibilización de las mujeres. Ellas están, pero en el rol de noteras, acompañantes en los noticieros, productoras a secas y, por supuesto, no figuran en las carteleras de promoción del canal, exceptuando a Laura Dimarco.

En contraposición a LN+, IP —que forma parte del Grupo Octubre, encabezado por Víctor Santa María— apuesta a una renovación de profesionales con paridad de género, cupo trans y diversidad de perfiles para abordar los tópicos con una visión identitaria. Por ejemplo, hay una columnista de género. La programación es de tipo extendida, los programas se presentan como una continuidad y cada uno sostiene su identidad, pero a la vez aportan a la centralidad del dato, las entrevistas de primera mano, la cantidad y diversidad informativa, en búsqueda de generar una agenda propia.

Macrismo libertario al palo

También en Letra P, Martín Genoud retoma el tema de la línea editorial de LN+. De tribuna de doctrina a alimento para trolls es el título de la nota en la que Genoud plantea que la «rabiosa» pantalla del Grupo La Nación parecería ser el desguace del modelo Mitre/Escribano y la revolución Saguier.

«A cinco años de su lanzamiento, LN+ cambió de piel y entró de lleno a lucrar con la polarización gracias a la fuerza de una milicia antikirchnerista que consumen con fruición el macrismo hard y su más allá libertario. Con la guía de Juan Cruz Ávila como gerente de programación y los fondos millonarios de algún enigmático empresario de esos a los que les interesa el país, los grandes animadores del show de la república transformaron en tiempo récord una pantalla fría en un horno eléctrico donde, cada noche, cocinan al cristinismo y sus aliados.»

En lo que algunos interpretan como un regreso al origen de una empresa que surgió como un órgano partidario, Genoud comenta que la sensación extendida que el canal se traga al diario a una velocidad inaudita provocó malestar y generó preocupación en una parte de la redacción del diario, que pasó de padecer la multitarea a sufrir las consecuencias del discurso de las estrellas que cobran un fabuloso cachet.

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