Medio siglo del primer correo electrónico

El correo electrónico cumple este año el medio siglo de vida en mejor forma que nunca. Los datos son incontestables: más de 2 630 millones de correos electrónicos viajan diariamente por el mundo. Son tantos que su huella de carbono empieza a suponer un problema para nuestro planeta.

Desde que Ray Tomlinson enviara en 1971 el primer correo electrónico, la correspondencia digital se ha introducido paulatinamente en nuestras interacciones cotidianas, tanto en los ámbitos personales como en los públicos y profesionales. En el punto de encuentro entre la tradición epistolar y las prácticas emergentes en la comunicación mediada por tecnología, el correo electrónico es el más «formal» de todos los géneros del discurso digital.

Pese a la irrupción de algunas aplicaciones para la comunicación interpersonal, que conquistaron parcelas antes reservadas al correo electrónico, cincuenta años después de su aparición, una de las primeras actividades que realizan millones y millones de personas al llegar a su puesto de trabajo es, precisamente, consultar la bandeja de entrada de su cuenta de correo.

Desde su nacimiento la popularidad del correo electrónico no paro de crecer. Y resulta difícil sobrevivir en Internet sin una cuenta de correo electrónico. En efecto, para crear un perfil en Facebook o Twitter o comprar un producto en Amazon es imprescindible tener una dirección de correo electrónico.

Orígenes

Curiosamente, el correo electrónico nace casi por casualidad. Internet había sido concebida como un sistema para compartir recursos entre ordenadores con el fin de abaratar gastos y favorecer la investigación. La comunicación interpersonal no estaba entre los objetivos iniciales del proyecto. Sin embargo, con el tiempo terminó convirtiéndose en el principal atractivo para el gran público.

Ray Tomlinson, un ingeniero de BBN Technologies, envió el primer correo electrónico en 1971. Y, aunque es a él a quien se recuerda como el inventor de la arroba (@), el correo electrónico fue el resultado de un trabajo en equipo. Otros nombres, Lawrence Roberts, Steve Crocker o Jonh Vittal entre los más destacados, están también detrás de su historia.

La propuesta de Tomlinson venía a perfeccionar los sistemas empleados por algunos grupos de trabajo que colaboraban en el desarrollo de Arpanet (la red que dio origen a Internet[i]) y que funcionaban como bandejas de entrada compartidas. Sin embargo, su alternativa tenía una ventaja: permitía intercambiar mensajes entre diferentes ordenadores, con lo que la comunicación no se circunscribía a usuarios de una misma máquina.

Ray Tomlinson

Así, en poco tiempo el correo electrónico se convirtió en la aplicación estrella. Dos años después de su presentación oficial en la Computer Comunication Conference, organizada por Robert Elliot Kahn en 1972, el 75% del tráfico de Arpanet consistía en correo electrónico.

El ámbito universitario aprobó su utilidad desde el principio. No solo permitía que circularan artículos de investigación, sino que la información digitalizada podía almacenarse y ser gestionada de forma rápida y sencilla. Además, el correo electrónico favorecía la internacionalización, por lo que pronto voló más allá de las fronteras norteamericanas para llegar a Europa, primero, y al resto del mundo, después.

Para aquellos que vivieron su aparición el correo electrónico era el nacimiento de un nuevo modo de interacción, que ciertamente cambió muchas de las formas tradicionales de comunicación.

Correos electrónicos por todos y todas

Rápido, las empresas informáticas advirtieron las ventajas de este medio. En 1988 Microsoft introdujo el primer software para la gestión de correo electrónico en el paquete profesional para oficinas. En menos de un año ya contaba con medio millón de cuentas y una década después la cifra llegaba a los cuarenta millones.

Años después, a mediados de los noventa, aparecieron otras aplicaciones, como Hotmail y Yahoo!Mail. Se trataba de alternativas gratuitas que buscaban introducir este servicio de red en la comunicación interpersonal El correo electrónico primero llegó a las oficinas y luego conquistó los hogares, a medida que las familias comenzaban a tener en casa un ordenador con conexión a Internet.

En 2004 Gmail lanza su aplicación beta y en 2009 su versión definitiva, que lo convierte en el servicio de correo electrónico más utilizado en el mundo. Frente a los dos megas de almacenamiento de sus competidores, Gmail ofrecía un GB de capacidad. Una ventaja indiscutible.

Sin duda, el correo electrónico resulta una herramienta comunicativa eficaz y estable que combina la inmediatez de la interacción digital con la formalidad de la epístola tradicional. El triunfo del correo electrónico se justifica también por la extensión y la variedad de sus usos, que actualmente abarcan casi todas las esferas de la vida en sociedad.

Pese a la irrupción de algunas aplicaciones para la comunicación interpersonal, que conquistaron parcelas antes reservadas al correo electrónico, cincuenta años después de su aparición, una de las primeras actividades que realizan millones y millones de personas al llegar a su puesto de trabajo es, precisamente, consultar la bandeja de entrada de su cuenta de correo.

[i] Internet es un anglicismo que se forma por la abreviación del término International Network of Computers, que en castellano se podría traducir como Red Internacional de Computadoras, o también como Red de redes.

 

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