Del «chicle y agua» al «desafío de la cintura»

Así operan TikTok y otras redes en los trastornos de la alimentación

Coni tiene 16 años y a los 12 o 13 empezó a desarrollar un trastorno de la alimentación. Fue de a poquito, con conductas que iba incorporando, al principio, sin que tomara dimensión de lo que le pasaba. Durante la pandemia, sí notó cómo su enfermedad (una anorexia de tipo purgativa, con vómitos) se agravó notablemente y la arrastró hacia una depresión.

En ese espiral, los contenidos que veía en redes sociales, particularmente en TikTok e Instagram, le provocaron un efecto enorme. «Ahora, desde afuera, me doy cuenta de que se comparten cosas que a un montón de personas les hacen re mal, como el «qué cómo en un día», que está a full desde que salió TikTok. Me acuerdo que guardaba esos videos y, literalmente, comía lo mismo que mostraban, sin entender que cada cuerpo es distinto», cuenta Coni, que va a quinto año del secundario y vive en la zona norte del conurbano.

Ella también empezó a subir sus videos y, aunque no hablaba de su trastorno de la alimentación, sí lo demostraba. «La gente se daba cuenta. Yo subía mucho «body checking», que es mostrar cómo está en ese momento tu cuerpo enfermo, en top o en bikini, y tenía un montón de visualizaciones. Eso lleva a la comparación permanente y no entendía lo mal que me hacía a mí y a otras personas», señala Coni.

En los últimos dos años, las consultas por trastornos de la alimentación aumentaron hasta un 100 % en los servicios de salud públicos y privados del país. Pero, además, la explosión de estos padecimientos de salud mental en adolescentes −a los que hay que sumar otros como la depresión, la ansiedad, las autolesiones y los intentos de suicidio− trajo aparejado el crecimiento de un fenómeno más silencioso e invisible a los ojos del mundo adulto.

Hablamos de videos y contenidos virales que en TikTok, Instagram y otras redes sociales promueven conductas de riesgo vinculadas a dietas extremas y un ejercicio físico compulsivo. Incluso, otras veces, dan tips de forma explícita para mantener un trastorno de la alimentación o para «ocultarlo». «No me vas a creer, pero había gente que subía, literal, cómo vomitar», dice Coni.

Los adolescentes también comparten imágenes de modelos con hashtags como #thinspiration y su abreviación, #thinspo, un término que refieren a la “inspiración de la delgadez” y que hace una apología de los cuerpos extremadamente flacos. Hoy, en TikTok, la búsqueda de #thinbody (cuerpo delgado) arroja 136,1 millones de visualizaciones. “Qué como en un día” y otras similares suman más de 2.175.000.000 de vistas.

Además están los challenges (desafíos) en los que las chicas (porque en general son mujeres) exponen sus cuerpos para mostrar cuánto se acercan al «ideal de belleza». Algunos ejemplos: rodearse la cintura con el cable de un auricular para ver si da fácilmente la vuelta; colocarse una moneda en la clavícula y que se mantenga sin caerse; o tomarse la muñeca con todos los dedos de una mano, desde el índice al pulgar.

«En la pandemia, TikTok parecía una competencia entre chicas para ver quién estaba más enferma, a quién la internaban y quién comía menos. Si la gente sabía que estabas pasando por un trastorno de la alimentación, era como que tenías que generar contenido sobre eso, porque sino dejaban de ver tus videos», sostiene Coni, quien en abril del año pasado comenzó su tratamiento de recuperación. Y agrega: «Yo empecé a hacerlo y al principio me hacía sentir bien porque un montón de gente comenzó a seguirme y todo el mundo me hablaba».

Eso que vivió la adolescente, Alejandra Freire lo ve a diario en su consultorio. Es nutricionista del Servicio de Cirugía del Hospital de Clínicas y cursa la certificación internacional como especialista en trastornos alimentarios. «TikTok es la red social que más usan las chicas y los chicos de entre 14 y 16 años, que a su vez es la población más vulnerable a desarrollar trastornos de la alimentación. Durante la pandemia, explotó: era algo nuevo y pensamos que consistía solo en desafíos de bailecitos. No pudimos ver su gravedad, la subestimamos», advierte.

La especialista cita un trabajo que se hizo en Italia en 2021 con chicas de 14 años usuarias de TikTok. En el 21 % de los casos, las temáticas que más buscaban se relacionaban con dietas y contenido «pro» trastornos de la alimentación. «Lo más grave es que cuando empezás a buscarlos, los algoritmos hacen que te llegue una catarata de otros relacionados», señala Freire. La investigación expusó que al 59 % de las chicas se le redujo la autoestima y un 26,9 % informó cambios significativos en su vida diaria relacionados a la alimentación.

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