Autor: Osvaldo Nemirovsci

Brecha digital, brecha social y el topo que destruye el Estado

POR OSVALDO NEMIROVSCI | El Fondo Fiduciario del Servicio Universal (FFSU) era parte de una estrategia nacional de crecimiento en el acceso a Internet y un instrumento válido para el desarrollo provincial y local de las regiones argentinas que Javier Milei hizo desaparecer.

DeepSeek, la larga marcha china hacia el dominio digital

POR OSVALDO NEMIROVSCI | La irrupción de DeepSeek hace algunas semanas hizo que en EE. UU. los especialistas dijeran que «este es un momento Sputnik», refiriéndose al año 1957, en que el satélite soviético les ganara la batalla de los cielos.

Calma, no regresó la aguja hipodérmica

POR OSVALDO NEMIROVSCI | En toda sociedad existen formaciones culturales previas que funcionan como un vallado que regula qué se recibe y cómo influye en los gustos y decisiones de toda índole, también políticas. «Se sobrestima la influencia de las industrias culturales y medios de comunicación, sobre las sociedades», dice el autor.

Regulación, equilibrio, justicia

POR OSVALDO NEMIROVSCI | La inteligencia artificial tiene el potencial de mejorar significativamente nuestra calidad de vida, pero también plantea riesgos, por lo que se torna esencial que establezcamos un marco regulatorio que garantice que estas tecnologías se desarrollen y utilicen de manera ética y responsable

Inteligencia artificial, el futuro en el presente

POR OSVALDO NEMIROVSCI | Todas las fuerzas políticas luchan por dominar los espacios tecnológicos. Por eso, la Argentina debe organizar y regular esa autodefensa nacional, para que los avances tecnológicos mejoren la calidad de vida y estén dotadas de Ética en su instrumentación.

Construir el lenguaje de los vulnerados

POR OSVALDO NEMIROVSCI | Pareciera que los tiempos que vienen serán dominados por el mercado. Productores y consumidores serán los protagonistas. ¿Qué fue de la solidaridad y la conciencia social?

Patria, Estado, nación

OSVALDO NEMIROVSCI | El grito es por la justicia, por lo humano, por el respeto. Tal vez sea hora del humanismo. Pero no como una posición lábil e ingenua, sino como un humanismo cargado de política y de potencia. Un humanismo con una identidad histórica, como el peronismo. Un humanismo que sustente la sensibilidad, el afecto y la solidaridad que todos anhelamos. Propongo entonces que construyamos algunas certezas a partir de estas maneras de sentir.