La TV de fondo: panelismo y pasividad

De fondo y sin prestarle atención, así ven los jóvenes del AMBA la televisión según los resultados preliminares de un estudio realizado por el Instituto Gino Germani sobre el panelismo en la TV contemporánea.

Cuando veo un programa de estos —dice Jazmín de 22 años— obviamente estoy con el celular y estoy haciendo mil cosas. Yo, cuando veía estos programas de panelismo, o estaba desayunando o me estaba cocinando el almuerzo, o estaba haciendo otra cosa (…) esos programas son para eso, son para verlos o escucharlos mientras hacés otras cosas.» 

«La televisión de fondo fue lo que se reiteró en las entrevistas a jóvenes entre 18 y 24 años que habitan en el Área Metropolitana de Buenos Aires que se realizaron en el marco de un proyecto de investigación que indaga sobre el consumo televisivo.

Intentar comprender el complejo ecosistema de la mediatización contemporánea acarrea más dudas que certezas y más preguntas que respuestas dentro de una vorágine tan cambiante como resulta el actual sistema híbrido de medios. Desde hace años la televisión viene con un rating en baja y un tipo de programación que vio migrar la ficción hacia las plataformas. Es común escuchar que lxs jóvenes ya no ven televisión, que no tienen televisor, pero lo que acontece en recepción nos lleva a pensar la complejidad de otra forma. Reflexionar sobre la televisión contemporánea y la manera en que lxs jóvenes se relacionan con ella implica un gran desafío para estos tiempos hiper mediatizados. 

¿Qué implica tener la televisión de fondo? ¿Por qué se la consume de esa manera? Aquí se esbozan los principales hallazgos de la investigación.

Televisión de fondo y conversacional: consumo desatento

La televisión de fondo es la radio en la era de las multipantallas. Desde los inicios de la televisión han predominado programas que se organizan a partir de lo conversacional. Actualmente abundan los programas de panelismo que su estructura se basa en un conjunto de personas hablando/debatiendo sobre diversos temas. Del análisis de las entrevistas una de las cuestiones más reiteradas es el uso de la televisión de fondo en tanto televisión conversacional. Resulta interesante observar cómo esta característica del medio que opera en producción —lo conversacional— es resignificada en recepción. La televisión se asemeja a la radio y la radio a la televisión: pantallas, personas sentadas en semicírculos que conversan. Esta televisión de fondo conversacional está atravesada por un consumo desatento. Dice Catalina: «A lo largo del día suelo tener de fondo la tele, no la suelo mirar mucho», en ese mismo sentido Francisco afirma «es algo que está ahí de fondo que cuando me pinta le pongo volumen». 

En este tipo de consumo desatento que se organiza a partir de tener la televisión de fondo podemos relacionarlo con lo que José Luis Fernández llama «recepción audiovisual pasiva». Se hace referencia a la pasividad espectorial. Este consumo desatento no es otra cosa que ver lo que se tiene a mano, ya que es improbable que las personas elijan continuamente qué mirar. Así el sistema broadcasting —la televisión en este caso— juega un rol fundamental en tanto su encendido de fondo y su característica conversacional, conlleva a una práctica cotidiana que permite realizar otras actividades en simultáneo y sin mayor concentración.

Televisión de fondo y vida doméstica

Lo doméstico, el hogar, aparece como un lugar central en el que se realizan los consumos televisivos. No podemos obviar el contexto de pandemia y postpandemia que incrementó muchas actividades extra hogareñas que comenzaron —y algunas se perpetuaron— a realizarse desde la casa. Dice Morley que el hogar y nuestra familia constituyen nuestro ambiente primario. En momentos de múltiples pantallas y personalización de la recepción observamos que la televisión sigue jugando un rol central en el consumo individual y grupal al interior del hogar. Por ejemplo, Paloma menciona que «Me gusta tenerla encendida sin prestarle atención. Es algo que me doy cuenta que pongo mucho para comer, si bien mi mesa, por ejemplo, no está mirando a la tele, me gusta tenerla de fondo y quizás la pongo en silencio, pero cada tanto como que digo, “ah, está pasando tal cosa”. Es un tema de conversación más lo que está pasando en la tele, es como un personaje más dentro de la familia. Está ahí y se habla de lo que está pasando en el titular, es importante».

No es novedoso, y ya las investigaciones de Morley lo advertían, que al ser la televisión un medio doméstico «nuestra relación con ella está sujeta a las exigencias de la vida cotidiana» (p. 301), «cocinar» como menciona Nicolás, «limpiar» según Bernanda. Hasta acá, entonces, no encontramos mayores diferencias en relación con los estudios realizados décadas atrás. No obstante, las múltiples pantallas y las actividades que se han virtualizado han promovido el uso de la second screen —la segunda o tercera pantalla—. No es extraño encontrarnos con relatos de personas que mientras asisten virtualmente a un aula a través de la computadora, chequean alguna red social por el celular y tienen el televisor encendido de fondo.

Televisión de fondo y pandemia: trabajo, estudio y hogar 

En tiempo pandémicos y postpandémicos una cuestión reiterada en las entrevistas estaba en relación con el trabajo y el estudio desde el hogar con la televisión de fondo. En palabras de Victoria «Ahora estoy trabajando, estoy con la compu del trabajo y al lado tengo mi compu personal con Flow. Y lo mío es trabajo muy administrativo entonces lo tengo de fondo, lo voy escuchando, chusmeo. Me gusta siempre tenerlo de fondo» o como dice Valentina «curso mirando tele por Youtube, o sea, en general miro programas —no sé, como contenido medio basura pero que me entretiene—. Ahora miro mucho Los ángeles de la mañana»

Una de las explicaciones posibles que permite comprender estos usos de la televisión de fondo, pueda encontrarse en los programas de panelismo en la que predomina el modelo mosaico —concepto acuñado a Moles en 1978—, en tanto “los textos mosaicos si bien no estimulan la anarquía, tampoco tienen hilo temático, argumentativo ni aun informativo centralizador y organizador” (Fernández: 2021: 192). La televisión como texto mosaico permite comprender lo que sucede en recepción en tanto televisión de fondo que conlleva a un consumo desatento, «las audiencias pueden acceder o pueden retirarse sin perder algún posible sentido general. Especie de función que comienza cuando usted llega» (2021: 191).

Televisión de fondo y memoria televisiva

También observamos como la memoria televisiva y los consumos realizados en la infancia aparecen como un elemento destacado en los relatos de lxs entrevistados, esos hábitos de la infancia perduran en la juventud con la televisión de fondo. Julieta dice: «A mí me gustan esos programas porque cuando yo era chiquita mi mamá me obligaba a verlos, entonces como que me crió Jorge Rial. Y bueno, ella me los mostraba, yo me quedaba mirando con ella, entonces ahora, de grande, lo vemos las dos y bueno, hablamos todo el día de eso» o en palabras de Valentina «veranos enteros mirando Este es el show, y me quedó, ahí, como: «Bueno, ¿qué hay para mirar?», o ´¿Qué es la tele argentina?´ Y… la tele argentina es esto, son los  programas de chimento. Y nada, vuelvo mucho a eso. Y no es para consumir…, si tengo que hacer otras cosas, si tengo que trabajar, ¿qué me voy a poner de fondo?, ¿una serie? No, no le puedo prestar atención». 

Se desprende de las entrevistas el consumo mediado a través de un adultx referente —en general madre o abuela— quien enciende el televisor y un niñx espectador involuntario de este consumo familiar. Ese televisor de fondo y encendido en la infancia parecería que marca y perdura en tanto memoria televisa en el consumo actual. 

La televisión de fondo e intento de autocontrol

Raymond Williams ya nos advertía en 1974 «casi todos hemos vivido la experiencia, muy difundida, aunque a menudo admitida con pesar, de que nos cuesta apagar el televisor (…) la manera en que está organizado hoy el flujo, sin intervalos definidos, en todo caso promueve esta actitud». La televisión como flujo continuo de imágenes opera en recepción como esa imposibilidad de apagarlo, en palabras de Iara «me cuelgo», ello conlleva a una suerte de intento de control/autocontrol de este consumo desatento y de fondo, así lo explicaba Iara: «siento que capaz a veces no me concentro en el trabajo o en la facultad porque tengo la tele. O sea, para mí está mal tener la tele de fondo. Si la tengo en mudo no pasa nada, pasan las imágenes y no pasa nada, si la tengo con volumen, no puedo. Termino viendo la tele, me cuelgo y después digo «ah estoy trabajando» y sigo. Con la facultad me pasa eso, dos minutos y ya está, me perdí todo lo que estaban diciendo». El intento de establecer límites —muchas veces fallido— en el consumo de medios y redes sociales digitales, el control y autocontrol se vuelven mecanismos para poder concentrarse en las actividades que se desarrollan dentro del hogar y mediadas por la virtualización. 

Televisión de fondo y compañía

La televisión de fondo como compañía está atravesada por un consumo desatento ligado a los programas de panelismo de chimentos. Lxs entrevistados realizan una distinción entre un consumo que requiere cierta atención «mirar una serie» y «lo que está de fondo». Una cuestión en común de todos los testimonios es el estar «solo/a», lo que conlleva a prender el televisor, el «ruido de fondo» en palabras de Camila. O como dice Iara: «Para tener una compañía. No sé por qué, porque ni siquiera es que la veo a veces. No sé, para que haga luz, para sentirme un poco más acompañada. Casi siempre que hago homeoffice estoy acá sola en mi departamento, o sea, con mi perro, porque mi novio se va a trabaja,r él sí tiene que salir digamos. A veces para no estar sola, pongo la tele, prendo la radio, para no sentirme sola, porque es medio un embole estar acá encerrada, es un temita”. O Julieta: “yo me despierto, le preparo el desayuno a mi hermana, y estoy en mi casa todo el día, entonces la tele es mi única compañía, porque mi hermana es chiquita».

La televisión de fondo, ¿es mirar televisión? ¿es radio? ¿Qué lugar ocupa lo conversacional en el consumo desatento? En momentos de personalización de la recepción y múltiples pantallas, resulta imposible estar constantemente tomando decisiones sobre qué ver. Ante los evidentes avances en lo tecnológico hay cuestiones que perduran y trascienden los tiempos y las generaciones: la televisión de fondo funciona como compañía, otorga la sensación de estar con otrxs. Quizá sólo por ello resulta indispensable seguir repensando y problematizando la televisión contemporánea que está atravesada por el panelismo televisivo y el auge de los realities shows cómo un simulacro de socialización. 

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