¿Qué va a hacer Musk con Twitter?
Elon Musk llegó a Twitter y lanzó un lema: «liberar al pájaro». Muchos sospechan que el resultado de la política de este multimillonario, que se autodefine como «absolutista de la libertad de expresión», será la reproducción cada vez más masiva de discursos intolerantes. Los usuarios, mientras tanto, esperan para decidir si vale la pena quedarse o migrar a otras plataformas

Hace unas semanas, Musk entró en la sede de Twitter con un lavabo, señalando de manera oficial que había comprado la empresa. Después de haber tenido tiempo para dejar que la noticia de su compra de u$s 44.000.000.000 sea asimilada por los usuarios de Twitter, éstos se preguntan ahora qué hará con la plataforma.
Después de meses de tratar de abandonar su compromiso de comprar la plataforma, y justo antes de entrar en lo que parecía ser una larga, potencialmente embarazosa y costosa batalla judicial para hacer cumplir su acuerdo original, Twitter es ahora propiedad privada.
Entering Twitter HQ – let that sink in! pic.twitter.com/D68z4K2wq7
— Elon Musk (@elonmusk) October 26, 2022
Si analizamos algunas de las primeras reacciones de los medios de comunicación, veremos que Musk ha pagado demasiado por una plataforma que aún no ha alcanzado su potencial comercial para los inversores, ni su potencial social para los usuarios.
Esto explica probablemente algunos de sus primeros movimientos desde que asumió el cargo, como la planificación de cobrar a los usuarios ocho dólares (ajustados por país) por un tick azul, y la amenaza de despedir a la mitad del personal de Twitter.
Ya ha despedido al anterior consejero delegado, Parag Agrawal, al director financiero, Ned Segal, a la jefa del departamento legal, Vijaya Gadde, y al consejero general, Sean Edgett.
$20 a month to keep my blue check? Fuck that, they should pay me. If that gets instituted, I’m gone like Enron.
— Stephen King (@StephenKing) October 31, 2022
¿Se convertirá Twitter en un desastre?
Las intenciones de Musk quizá quedaron mejor señaladas con su primer tuit tras comprar la plataforma: «el pájaro está liberado». Antes de la compra, una de sus críticas a Twitter era que había demasiados límites a la «libertad de expresión», y que la moderación tendría que reformularse para liberar el potencial de Twitter como «plaza pública de facto».
Given that Twitter serves as the de facto public town square, failing to adhere to free speech principles fundamentally undermines democracy.
— Elon Musk (@elonmusk) March 26, 2022
What should be done? https://t.co/aPS9ycji37
No cabe duda de que Musk es bastante bueno en sus declaraciones performativas en las redes sociales, pero aún no hemos visto ningún cambio real en la moderación de contenidos, y mucho menos en la visión utópica de Musk de una plaza pública digital.
El «tuitero en jefe» ha sugerido el nombramiento en el futuro de«un consejo de moderación de contenidos con puntos de vista muy diversos» que se encargaría de tomar decisiones sobre la moderación y la reinstalación de cuentas.
Esta idea no es nueva. Meta ha convocado un consejo de supervisión de este tipo desde 2018, formado por antiguos líderes políticos, activistas de derechos humanos, académicos y periodistas. El consejo supervisa las decisiones de contenido y es conocido por oponerse a las decisiones del CEO Mark Zuckerberg, en particular su suspensión «indefinida» de Facebook del expresidente estadounidense Donald Trump después de los disturbios en el edificio del Capitolio de los Estados Unidos.
No está claro si un consejo se reuniría para discutir la sugerencia de Musk de «revertir la prohibición permanente» que Twitter impuso a Trump, o si Musk permitiría que un consejo anulara sus decisiones.[1]Nota del editor: El 20 de noviembre Musk reactivó la cuenta de Twitter de Trump, que permanecía suspendida desde enero de 2021, tras el lamentable suceso del asalto a la Casa Blanca … Continue reading No obstante, la sugerencia de Musk de crear un consejo de moderación es un paso atrás respecto a sus puntos de vista sobre la moderación de contenidos, que anteriormente se describían como «absolutistas de la libertad de expresión». A muchos les preocupa que su enfoque de la moderación pueda alimentar el discurso de odio en Twitter.
Starlink has been told by some governments (not Ukraine) to block Russian news sources. We will not do so unless at gunpoint.
— Elon Musk (@elonmusk) March 5, 2022
Sorry to be a free speech absolutist.
En la última semana, cuentas de trolls coordinadas han intentado poner a prueba los límites de un Twitter dirigido por Musk, inundando la plataforma con insultos racistas. Según el National Contagion Research Institute, con sede en EE. UU., el uso de la palabra «N—word» [2]Nota del editor: Se refiere a la forma despectiva de llamar a los negros en EE. UU. se disparó en más de un 500 % el 28 de octubre. Sin embargo, el jefe de seguridad e integridad de Twitter, Yoel Roth, dijo que muchos de los tuits ofensivos procedían de un pequeño número de cuentas.
Otro estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Montclair descubrió un enorme pico de términos de odio en el periodo previo a la adquisición de Musk. Tanto Roth como Musk han confirmado que «las políticas de Twitter no han cambiado». Las normas sobre «conducta odiosa» siguen siendo las mismas.
Let’s talk for a minute about slurs, hateful conduct, and trolling campaigns.
— Yoel Roth (@yoyoel) October 30, 2022
Bottom line up front: Twitter’s policies haven’t changed. Hateful conduct has no place here. And we’re taking steps to put a stop to an organized effort to make people think we have.
Musk, una bala perdida
Quizás más preocupante que las reacciones de los trolls es la decisión de Musk de tuitear y luego borrar una teoría de la conspiración sobre el marido de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE. UU. Nancy Pelosi, Paul Pelosi. Podríamos descartar esto como el amor de Musk por el sh-tposting, [3]Nota del editor: Tuitear contenidos basura, literalmente de «mierda» para confundir o provocar pero si el derecho a publicar desinformación y ataques personales es el tipo de discurso que quiere proteger, vale la pena cuestionar qué tipo de plaza pública imagina.
Musk adopta un enfoque tecnocrático de los problemas sociales que surgen de nuestro uso de las herramientas de comunicación en línea. Implica que el libre acceso a la tecnología absuelve a la «libertad de expresión» de su contexto cultural y social, y la pone a disposición de todo el mundo de forma fácil y sencilla. A menudo no es así. Por eso necesitamos moderación de contenidos y protección para los vulnerables y marginados.
La otra cuestión es si queremos que los multimillonarios tengan una influencia directa en nuestras plazas públicas. En caso afirmativo, ¿cómo garantizamos la transparencia y la defensa de los intereses de los usuarios?
En un reportaje menos rimbombante sobre la adquisición, Musk ordenó un recorte de mil millones de dólares en ahorros anuales de costos de infraestructura, que supuestamente se producirán mediante recortes en los servicios en la nube y en el espacio de los servidores. Estos recortes podrían poner a Twitter en riesgo de caer en periodos de alto tráfico, como en tiempos de elecciones. Aquí es donde podría fallar la visión de la plaza digital de Musk. Para que Twitter se asemeje a ese espacio, la infraestructura que lo sustenta debe aguantar en los momentos más cruciales.
¿A dónde ir si estás harto de Twitter?
Aunque de momento no hay indicios de un éxodo masivo de Twitter, algunos usuarios se están marchando a otros lugares. Poco después de que Musk adquiriera Twitter, #TwitterMigration empezó a ser tendencia. Desde entonces, la plataforma de microblogging Mastodon ha ganado decenas de miles de seguidores.
Mastodon se compone de servidores independientes gestionados por los usuarios. Cada servidor es propiedad de su comunidad, que lo gestiona y modera, y también puede hacerse privado. El inconveniente es que los servidores cuestan dinero y, si un servidor deja de funcionar, todo el contenido puede perderse. Los desertores de Twitter también se han trasladado a sitios como Reddit, Tumblr, CounterSocial, LinkedIn y Discord.
Por supuesto, muchos estarán esperando a ver qué se le ocurre al cofundador de Twitter, Jack Dorsey. Aunque Dorsey mantiene su participación en Twitter, ha lanzado una red social descentralizada, Bluesky Social, que ya está en fase de pruebas beta. Bluesky pretende ofrecer un protocolo de red social abierto. Esto significa que permitirá que varias redes sociales interactúen entre sí a través de un estándar abierto.
Si este experimento tiene éxito, sería algo más que un competidor para Twitter. Significaría que los usuarios podrían cambiar fácilmente de servicio y llevarse sus contenidos a otros proveedores. Sería un modelo totalmente nuevo de redes sociales centrado en el usuario. Y podría obligar a las plataformas tradicionales a replantearse sus actuales prácticas de recogida de datos y publicidad dirigida. Podría ser una toma de posesión de la plataforma que merezca la pena esperar.
Traducción: Esfera Comunicacional

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Notas
↑1 | Nota del editor: El 20 de noviembre Musk reactivó la cuenta de Twitter de Trump, que permanecía suspendida desde enero de 2021, tras el lamentable suceso del asalto a la Casa Blanca con 52.273.102 seguidores, después de someter la decisión a una encuesta en la que millones de usuarios de la citada red social apoyara la vuelta Trump a esta plataforma, con un 52 % de un total de 15.085.458 votos, recibido en las veinticuatro horas en las que estuvo abierta la encuesta. |
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↑2 | Nota del editor: Se refiere a la forma despectiva de llamar a los negros en EE. UU. |
↑3 | Nota del editor: Tuitear contenidos basura, literalmente de «mierda» para confundir o provocar |