POR MIGUEL JULIO RODRÍGUEZ VILLAFAÑE | Nuestro Poder Judicial se construyó como poder vitalicio, contramayoritario y ha funcionado y funciona, en muchos aspectos, con lógicas monárquicas; por ende, con ciertos privilegios injustos en democracia. Lamentablemente, en este período democrático, si bien hay muchos jueces y juezas que merecen el máximo respeto en su tarea, no se ha logrado de manera integral superar un poder judicial que ha operado, en muchas situaciones, como impiadoso con los débiles y genuflexo con los poderosos.