Quisiera decirte tanto

Quizá escribir no sea más que una tentativa de poner a salvo, en el tiempo de la infamia, las voces que darán testimonio de que aquí estuvimos y así fuimos (…) la memoria guardará lo que valga la pena. La memoria sabe de mí más que yo, y ella no pierde lo que merece ser salvado.»

Eduardo Galeano

No se es ajeno a la duda sobre qué publicar, excluyendo esto como un acto de censura, sino con el objeto de «cubrir» la comunicación que se piensa como una herramienta fundamental para la formación de ciudadanía; pero en otras ocasiones, se producen situaciones, ocurren eventos, se conocen personas que provocan la necesidad de «contar» esa historia que, al menos para el escritor, merece ser contada y compartida

 Esta nota es justamente uno de esos casos; y todo comienza con la frase «el amor vence al odio»; frente a la aparición de odiadores seriales, que ofrecen eliminar y para siempre… los que se muestran con una motosierra como solución, cuando desde la izquierda se asume una postura de negación que muchas veces lleva a quedar a la derecha y cuando quienes nos dijeron que «a volver, vamos a volver» y después de, casi, cuatro años nos hacen cuestionar ¿para qué?; la frase citada pierde su poder.

Afortunadamente, «heredé» de mi amigo Roberto Sabán, la amistad de Alfredo Alzugarat, uruguayo, docente, escritor, investigador de la Biblioteca Nacional de Uruguay, autor de muchos libros; de sus manos recibí uno, Quisiera decirte tanto cartas y otros textos de amor, cárcel y exilio, 1974 – 19585.

En tiempos en donde decir cualquier barbaridad, escribir cualquier cosa no tiene costo y rara vez, el o la autor/a se desdice, pide perdón por los dichos infundados o que dañan a otro; el valor de este libro se agiganta y permite pensar en una forma de transmitir lo que se siente, lo vivido y padecido en una situación límite, que se piensa de manera totalmente honesta, en ese momento puntual de la vida.

En esta obra, el autor, publica la correspondencia de quién fue su compañera de lucha y compañera de vida. En el prólogo dice: «El 22 de diciembre de 2014 se fue para siempre Susana Pacifici, la compañera de mi vida. No voy a hablar de mi dolor. No tengo palabras para hacerlo. Tampoco es eso lo que se espera. Solo voy a decir que hay infinitos modos de canalizar un duelo y uno es recuperando, al menos en parte, lo que ese ser amado nos deja».

Vence el pudor natural de publicar «cosas íntimas», nos hace partícipe de sus sueños, de sus convicciones políticas, de la vida, del contenido de esas cartas que puede recuperar, cuando es trasladado del cuartel 5ª de Artillería al de la Brigada 1ª de Infantería (Uruguay). Alfredo en ese momento hace uso del ingenio, de la desesperación por conservar esos escritos de puño y letra de su amada y que le han servido para saltar el aislamiento, la tortura, la lejanía que el brutal régimen uruguayo aplica con los detenidos, y las esconde de distintas maneras mientras está recluido en el Penal de la Libertad.

La autora de las cartas Susana Pacifici, nació el 12 de julio de 1953 en Montevideo. En 1973 comienza su militancia política en el Fer68 (Frente Estudiantil Revolucionario 68) en 1973 conoce a Alfredo Alzugarat militante del MNL – T (Movimiento Nacional de Liberación – Tupamaros), ese mismo año comienzan una relación que dura por el resto de sus vidas.

El 17 de diciembre de 1974 ambos son secuestrados por una unidad de la OCOA (Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas); en 1975 contraen matrimonio en el cuartel del 5ª de Artillería. El 7 de agosto de 1975 Susana sufre un accidente en la Brigada 1ª de Infantería que transforma su vida para siempre y que relata en Una historia sin final (publicada en un libro que responde a la convocatoria de Memoria para armar en Montevideo en 2001).  Susana recupera la libertad cuatro años y medio después de ser detenida y luego de distintos destinos, entre 1981 y 1985 reside en Malmö, Suecia. Recién en marzo de 1985 se reencuentra con Alfredo que es liberado por una amnistía, luego de 11 años de prisión en distintos destinos carcelarios, terminando en el fatídico Penal de la Libertad.

Solamente voy a reproducir el fragmento de una carta, que Susana Pacific le escribe a Alfredo con fecha 20 de noviembre de 1983

«Corazón mío, ¡¿cómo estás? Llego a tu lado con mi inmenso cariño y mis ansias renovadas de charla y estar contigo. Antes que nada me pregunto qué cosas de la carita de setiembre motivaron tan efusivos comentarios de tu parte y ojalá las siguientes tengan la misma cualidad de llevarte alegría. Nuevamente una ausencia de casi dos meses me impidió continuar escribiendo. Tampoco al resto de la familia, cosa que me tuvo muy preocupada y algo angustiada también. Solo les mandé alguna postal como para tranquilizarlos y conformarlos. Por suerte de regreso a casa esperaban algunas cartas tuyas, que me resultaron agradables sobre todo por esa dulce sensación del que abre una puerta y se encuentra con una adorable sorpresa. Tus cartas ya no son sorpresas para mí, amor, pero si te puedo asegurar, que siempre caen en el mejor momento. Es decir, cuando más te extraño, cuando más te necesito, cuando más añoro tu vida y tu calor. Es increíble o a quien analiza las cosas con ligereza le puede parecer de locos, pero lo cierto es que ando por el mundo, veo y aprendo todo lo que se puede ver y aprender en este mundo y siempre termino con la misma sensación: de que cuánto tengo y cuánto vivo yo y qué poco tienen y que mal que viven otros. Me refiero más que nada a esa gran masa de seres banales que se encandilan con una vidriera, se atontan con la electrónica . . .»

A lo largo del libro Susana le cuenta, entre frases llenas de amor, su historia lejos de quien es compañero buena parte de la vida. Una relación que permaneció viva a lo largo del tiempo, que pudo sobreponerse al temible accionar de la represión y que es un ejemplo de que el amor vence al odio,

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Sergio Peralta

Integrante de Esfera Comunicacional. Periodista y docente, fundador del Canal 3 de Televisión Comunitaria de San Martín, Mendoza; exdirector del LV8 Radio Libertador; militante de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en la Coalición por una Comunicación Democrática. Publica en distintos medios de comunicación del país y del exterior.

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1 respuesta

  1. Maria Angeles Peralta dice:

    Excelente..!!

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