Medios robotizados: discurso – apagón – balacera

Una secuencia fue ideada y aplicada a rabiar por los medios opositores tras la apertura de sesiones del miércoles primero de marzo en el Congreso: discurso, apagón y balacera, una secuencia política enumerada para concentrar las culpas en el presidente y en el peronismo y minimizar y hasta ocultar las responsabilidades de cualquier otro sector.

Un único diagnóstico editorial disponible para temas tan disímiles como el estado de la red de generación y distribución de energía y la acción de organizaciones delictivas en Rosario desnudó el propósito de fondo, que es fustigar al presidente como represalia por persistir en las críticas al Poder Judicial por sus servicios a empresarios y a la oposición política.

Este punto de la intervención presidencial obtuvo réplicas y tonos burlones en decenas de notas, con una toma de posición expresada hasta en epígrafes de fotos, como hizo el jueves Clarín al pie de una imagen de los «emires» supremos, Rosatti y Rosenkrantz: «Dar la cara».

El apagón del miércoles fue enfocado como consecuencia de debilidades estructurales del sistema atribuidas a las gestiones peronistas, sin el menor matiz. La responsabilidad de quienes iniciaron el incendio no fue mencionada y, todavía más, el pedido del ministro Massa para que la justicia investigue un sabotaje pensado y ejecutado con precisión fue casi completamente censurado.

Los balazos contra el supermercado de la familia Roccuzzo en Rosario dio paso a un festín editorial: en una nota la culpa es del presidente; en otra del ministro Aníbal Fernández; en otra —no podía faltar— de Cristina Kirchner. Las referencias al desempeño de los gobiernos provinciales y municipales, a ninguno de los cuales se le puede colgar el rótulo kirchnerista, son laterales, están en los últimos párrafos y derraman condescendencia.

El gobernador Perotti goza de una protección específica, porque no apoya el juicio político a los miembros de la Corte y eso lo vuelve aliado del dispositivo de poder al que los supremos y los medios prestan servicio. «Perotti sin ayuda», se condolió el sábado La Nación, tras reuniones del gobernador en la Casa Rosada.

En una muy extensa nota el viernes, Jacquelin menciona en el mismo diario solo en los últimos párrafos, esos a los que casi ningún lector llega, algunas responsabilidades de la policía provincial y de la justicia que actúa en Rosario.

En estos relatos de la prensa opositora sobrevoló una y otra vez el gran paso de campaña que Macri dio en Europa, con la fotografía junto a Messi y Dibu Martínez. El viajero le sacó provecho a la balacera, con un mensaje de «solidaridad» que usó para una consigna electoral inmediata: en diciembre la situación empezará a cambiar.

Con entusiasmo fuera de control, Clarín dio un paso más y en una nota de Osvaldo Pepe dijo que «llama la atención la simultaneidad» de los tiros al supermercado con el «malestar K» por la foto con Macri a la que se prestó el ídolo rosarino. Esa foto, dijo el diario el domingo, fue «planificada» y es un mensaje político de Messi.

No obstante este contexto favorable a la oposición, Clarín volvió a expresar disconformidad con el desempeño de Juntos por el Cambio. El jefe de redacción, Kirschbaum, escribió otra vez el domingo que transmite «incertidumbre», que son muchos los candidatos, que Larreta empezó mal su campaña.

Y, como si fuéramos pocos, habló la Embajada: Román Letjman publicó en Infobae el domingo que Cristina Kirchner «presiona» al presidente para que reciba en abril al canciller ruso Lavrov, quien visitará al presidente Lula da Silva, comprometido en una propuesta de paz para la guerra entre la OTAN y Rusia.

Alberto Fernández y el canciller Cafiero, agrega, se oponen a recibir a Lavrov, porque no quieren disgustar a Estados Unidos, que controla el FMI. La amenaza viene a continuación y es bien directa: si el presidente se reúne con Lavrov, «Joseph Biden dejará al gobierno en soledad y la economía se transformará en una montaña rusa».

Con el mismo encuadre geopolítico, aunque en un tema que parece ser otro, Clarín recuperó el sábado las prácticas opositoras de 2020 y 2021: tituló que se vuelve a aplicar la vacuna rusa Sputnik y «surgen dudas de vacunadores». Ahora falta una denuncia de Carrió por envenenamiento, o una quema de barbijos. Todo sirve.

Como si los hechos no fueran suficientes para alimentar el periodismo de guerra, algún escriba cree necesario inyectarse «creatividad». El domingo Tenembaum publicó en Infobae un supuesto diálogo con una psicóloga, una amiga suya, que se declara atónita por el tono del presidente en el Congreso y lo analiza a distancia, en el «estilo» Nelson Castro. Gambini escribió el jueves en Clarín que Cristina Kirchner le hizo al presidente «barullo visual». El periodismo argento no le teme al grotesco

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Hugo Muleiro

Periodista y escritor.

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