Europa calienta el debate para que las grandes tecnologicas aporten al financiamiento de las redes de telecomunicaciones

El Mobile World Congress (MWC), que se realizó del 27 de febrero al 2 de marzo en Barcelona, reavivó viejas demandas de las empresas telefónicas para que los gigantes de Internet paguen por el uso de sus redes. Esto se produce en un contexto en el que tanto en Europa como en Estados Unidos se debate acerca de la implementación de políticas para que estos actores colaboren activamente en el desarrollo de la conectividad, así como se plantean regulaciones para limitar el poder de las grandes plataformas.
Foto: Kabiur Rahman Riyad | Unsplash

«Este es el tiempo para la colaboración entre telcos, gigantes tecnológicos y jugadores de la industria para crear el futuro digital juntos», afirmó el CEO de Telefónica y presidente de la GSMA, José María Álvarez Pallete, en la apertura del MWC 2023, al presentar Open Gateway. Se trata de una iniciativa de interfaces programables de aplicaciones (API) descentralizada que permite dar acceso a los desarrolladores a las redes de todos los operadores.

«Merecemos un ecosistema mucho más equilibrado. El nuevo mundo necesita colaboración y la colaboración significa que todo el mundo contribuya con una parte equitativa del esfuerzo… Este nuevo mundo requiere un nuevo contrato social», dijo el ejecutivo.

Así, sin decirlo explícitamente, la industria de telecomunicaciones, en palabras de Pallete, estaba manifestando que las empresas tecnológicas contribuyan al desarrollo y sostenimiento de la infraestructura de conectividad. Algo que también ya habían hecho varias telefónicas europeas unas semanas antes del inicio del evento, a través de una carta conjunta de Telefónica, Orange, Vodafone y Deutsche Telekom.

Mucho más explícitamente y en tono más confrontativo, allí señalaban que «la carga de la inversión debe repartirse de forma más proporcionada… Las plataformas digitales se benefician de modelos de negocio «hiperescalables» a bajo coste mientras los operadores de red asumen las inversiones necesarias en conectividad. Al mismo tiempo, nuestros mercados minoristas están en perpetuo declive en términos de rentabilidad… Tal como están las cosas, los operadores de red no están en condiciones de negociar condiciones justas con estas gigantescas plataformas debido a su fuerte posición en el mercado, su poder de negociación asimétrico y la falta de igualdad de condiciones reglamentarias. En consecuencia, no podemos rentabilizar nuestras cuantiosas inversiones, lo que pone en riesgo el desarrollo de nuevas infraestructuras».

En síntesis, los argumentos en los que basan su reclamo las telefónicas se resumen en la acusación a las plataformas de ser free riders y tener ganancias extraordinarias casi sin invertir. A su vez se plantean condiciones asimétricas de negociación debido a la escala de sus “oponentes” (dimensión global de las plataformas), la caída del negocio de servicios tradicionales y el rol de las plataformas pone en jaque su negocio. Todo esto parece limitar sus posibilidades de inversión y sin inversión se pondría en riesgo la innovación.

La reacción de Netflix: que las telcos contribuyan financiando contenido

Frente al reclamo corporativo de las telcos, llegó la respuesta de Netflix, también apelando a algunos viejos argumentos de las big tech reeditados en el nuevo contexto: se invierte (y mucho), el contenido incrementa el consumo de datos que las telcos monetizan y su modelo de negocio se beneficia además por la integración vertical.

Irónicamente, Greg Peters, codirector ejecutivo de Netflix, dijo que «las empresas de telecomunicaciones deberían pagar a las de entretenimiento por el costo del contenido».

Frente a la preocupación de las telcos sobre el incremento de sus costos y dificultades para sostener su negocio, Peters argumentó que «el tráfico de Internet ha crecido de manera constante, en torno al 30 % anual durante los últimos cinco años. Los ISP han manejado este crecimiento, manteniendo sus costos estables durante el mismo período mediante el uso de ganancias de eficiencia dentro de la red».

Sobre la acusación de no invertir, el ejecutivo de Netflix señaló que la compañía invirtió más de u$s 60.000.000.000 en los últimos cinco años para producir contenido, lo que equivale al 50 % de sus ingresos en este mismo lapso. Dijo que sus márgenes son «significativamente más bajos que los logrados por BT y Deutsche Telekom».

Por último, sostuvo que hacerle pagar a las empresas de entretenimiento por el uso de las redes tendría un efecto adverso para creadores y para los consumidores al generar la reducción en «la inversión en contenido, perjudicando a la comunidad creativa, perjudicando el atractivo de los paquetes de banda ancha de mayor precio y, en última instancia, perjudicando a los consumidores».

A su vez, señaló que si tuvieran que pagar por las redes, los operadores telco cobrarían dos veces, una por lo que aporten las plataformas y otra, por lo que cobran a las personas usuarias en la factura por la conexión a Internet.

Las políticas públicas europeas: metas de conectividad para 2030

Frente a las acusaciones cruzadas entre telcos y plataformas, el Comisionado para el Mercado Interno de la Comisión Europea, Thierry Breton, también presente en el MWC aseguró que «no se trata de una opción binaria entre los que proveen redes y los que les proveen tráfico… Para mí el desafío real es garantizar que para 2030 nuestros queridos ciudadanos y empresas en toda la UE —incluida Barcelona— tengan acceso a una conectividad Gigabit rápida, fiable y con gran intensidad de datos».

Sus palabras deben ser contextualizadas a partir de la reciente apertura de la consulta pública (abierta hasta el 19 de mayo) sobre la necesidad de que las grandes empresas tecnológicas asuman algunos costos de las redes de telecomunicaciones.

La consulta fue muy bien recibida por las empresas de telecomunicaciones ya que, como se mencionó más arriba, retoma puntos de sus reclamos. En cambio, generó reacciones adversas de la Asociación de la Industria de Computación y Comunicaciones (CCIA, por sus siglas en inglés), que tiene entre sus miembros a Apple, Google, Amazon, Meta y Twitter, entre otros.

«La Computer & Communications Industry Association (CCIA Europe) celebra la ambición de acelerar el despliegue de la conectividad gigabit en toda la UE… (no obstante, advierte que) el cuestionario sobre las tarifas de red parece aceptar la falsa premisa del «reparto equitativo» impulsada por las grandes telcos. Las preguntas parecen diseñadas para justificar la idea de que la UE debe obligar a los populares servicios de streaming y en la nube a subvencionar a los operadores de telecomunicaciones», expresa el comunicado.

Finaliza diciendo que «Sin embargo, la mayoría de las preguntas de la consulta sólo pueden ser respondidas por las empresas tecnológicas y las empresas de telecomunicaciones, excluyendo así a la mayoría de las partes interesadas (desde la sociedad civil hasta los reguladores y el mundo académico). Por lo tanto, CCIA Europa insta a la Comisión a adoptar un enfoque más inclusivo y dar la misma importancia a las preocupaciones expresadas por los grupos de consumidores, las ONG de derechos digitales, los intercambios de Internet y otros, incluidas las advertencias sobre el impacto perjudicial de las tarifas de red en los consumidores y la neutralidad de la red».

La consulta pública sobre el aporte de las plataformas al desarrollo de redes se enmarca en una serie de acciones destinadas a cumplir con los objetivos de la iniciativa Década Digital de Europa para 2030. Así, la consulta pública se complementa con otras dos acciones en curso: la propuesta de la Comisión de una ley de infraestructuras de gigabit, para facilitar un despliegue «rápido, barato y eficaz» de las redes de gigabit en europa; y un proyecto de Recomendación sobre el gigabit para orientar a los reguladores nacionales respecto de las condiciones de acceso a las redes de telecomunicaciones de los operadores con un peso significativo en el mercado.

Todo esto se suma a la sanción de dos importantes normativas: las leyes de Servicios y de Mercados Digitales, que abordan los contenidos ilegales en Internet y los riesgos sociales que producen, así como el poder de las grandes plataformas para garantizar la competencia y disputabilidad de los mercados, respectivamente. Para profundizar sobre sus alcances recomendamos las exposiciones de Ángel Castillejo, Director de Políticas Audiovisuales de RTVE y Menno Cox, jefe de sector de la Dirección de Comunicaciones de la UE en el seminario Algoritmos y periodismo organizado por el Centro de investigación en Industrias Culturales de la Universidad Nacional de Quilmes.

Además de estas normativas, hay que recordar que Europa viene siendo muy activa en investigar a los gigantes digitales por prácticas anticompetitivas. En este sentido se destacan los procesos impulsados por la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, de los que se destacan las multas a Google por abuso de posición dominante en el mercado de búsquedas y la de Meta de € 110.000.000 por mentir durante la investigación de su compra a WhatsApp en 2014.

Debates en Estados Unidos: aportes de las big tech para el fondo de servicio universal

Además de los debates europeos, en Estados Unidos también se discute el rol de las big tech para el desarrollo de la conectividad.

Como publicó Observacom, el organismo regulador de las telecomunicaciones de Estados Unidos, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por su sigla en inglés), planteó en un  informe enviado al Congreso que los gigantes tecnológicos como Google, Meta, Amazon y Netflix, realicen aportes al Fondo de Servicio Universal (FSU) para el despliegue de conectividad, especialmente en zonas rurales y apartadas.

El comisionado republicano Brendan Carr señaló que «el informe de la Comisión proporciona amplia evidencia para exigir a las grandes empresas tecnológicas que empiecen a contribuir al FSU… (el informe) refiere a un estudio que muestra que se reduciría aproximadamente el 30 % de lo que los consumidores pagan en sus facturas de telecomunicaciones hoy en día, simplemente estableciendo un cargo del siete por ciento, sobre los ingresos de publicidad digital de Google y Facebook».

Además de la cuestión del desarrollo de conectividad, los debates sobre el rol de las plataformas en Estados Unidos involucran investigaciones contra Google y Facebook en el mercado de publicidad digital y contra Google en el mercado de aplicaciones y motores de búsqueda, entre otros.

Asimismo se destaca la presentación de proyectos de ley en el Congreso para limitar el poder de las plataformas que retoman las recomendaciones del Subcomité Antimonopolio del Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Estados Unidos a partir del análisis del comportamiento de Facebook, Google, Amazon y Apple.

Repercusiones en América Latina: Brasil ¿punta de lanza para el debate regional?

El acalorado debate del MWC sobre el aporte de las plataformas a la sustentabilidad de redes de conectividad encontró las primeras reacciones en la región en Brasil en la persona de uno de los funcionarios presentes.

«El gobierno de Lula va a establecer una política… Defiendo que Brasil haga urgentemente esa regulación», aseguró el exsenador del estado de Acre y actual presidente de la  Agência Brasileira de Promoção de Exportações (APEX), Jorge Vianna, según Convergencia Digital. Además indicó que el regulador tiene el poder de decisión para hacerlo sin necesidad de que ese debate pase por el Congreso Nacional.

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Ana Bizberge

Investigadora Observatorio Latinoamericano de Regulación, Medios y Convergencia (https://www.observacom.org), institución que publica sus contenidos bajo una licencia Creative Commons Attribution-NonCommercial 4.0 International.

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