Una bacanal mediática

La actuación de los medios en casos emblemáticos se transforma en un clamor de venganza. A partir de la detención de una pareja que supuestamente dio muerte a su beba, y que derivó en un descarnizado maltrato periodístico, reflexiones de especialistas sobre ética en los medios.

El calvario de una mamá y un papá: murió su beba y los acusaron de haberla matado, así se leyó en los titulares de los medios cuando se comprobó la inocencia de Layla Melani Rivero y Omar Barrientos, padres de Alison Barrientos Rivero, la beba de veintiún días que falleció de un paro cardíaco en un hospital Balestrini, de Ciudad Evita.

El día 7 de febrero por la mañana los padres llevaron a Alison de urgencia al hospital porque parecía no respirar. Al ingresar, la beba fue llevada a terapia intensiva y los padres inmediatamente detenidos para ser interrogados. Alison falleció a las pocas horas y los médicos que la atendieron entregaron un informe donde denunciaban que ella presentó signos de abuso.

La noticia se dio a conocer cuando ese mismo día por la tarde el periodista policial Mauro Sztajnszrajber, o Szeta como se lo suele conocer, anunció por twitter: «Ahora, otro bebé, abusado y asesinado por sus padres»”. Seguido por otros tweets donde el periodista de Telefe publicó las fotos de los padres al momento de la detención y escribió: «Estos son los padres asesinos que abusaron y asesinaron a su bebe. – De nombres Melanie Rivero y Omar Barrientos. – La nena tenía solo 21 días. – Se ahogó con la leche dijo la madre en el hospital, antes de que se descubra el horror». En ese mismo hilo amplía sobre la situación y la expectativa de condena: «Alison tenía 21 días de vida. – sus progenitores quedaron detenidos por homicidio agravado. – La sospecha es que el crimen devino de la violación. – En esta nota, el caso. Quiénes son los padres, Qué pena les espera…»

Inmediatamente otros medios comenzaron a replicar la noticia y, los días siguientes, en los diarios y programas de televisión se leyeron titulares como: «Abusaron y asesinaron a bebe de 21 días. Niños en peligro ¿Quién los cuida? ¿Dónde está la justicia?», en Crónica TV; «La beba de 21 días muerta tenía signos de abuso y se espera por la autopsia», en Télam; «Arrestaron a una pareja por llevar a una beba de 21 días a un hospital con muerte cerebral y signos de abuso», en el portal de La Nación; «La Matanza: detuvieron a una pareja acusada de asesinar a su beba de 21 días», en Página/12; «Abuso infantil. Detuvieron a una pareja de 14 y 16 años acusados de matar a su beba de 21 días», América TV. La directora del Hospital Balestrini apareció en repetidas notas comentando la situación y exponiendo el informe de signos de abuso que habían presentado los médicos que atendieron a la beba. Tampoco faltaron los comentarios y réplicas en las redes sobre el caso, denunciando y condenando a la pareja y exigiendo justicia por Alison. 

Al poco tiempo salió un segundo informe, este de la autopsia, que contradecia el informe presentado por los médicos y demostraba que la beba no habia sufrido ningun abuso sexual y no tenia traumatismos. Para garantizar el buen tratamiento del caso, la Fiscalía pidió un tercer informe al Ministerio Público Fiscal, a medicina forense, y luego de cinco días de acusaciones y mediatización del caso, se confirmó nuevamente que falleció por falta de oxígeno y que los supuestos signos de abuso no corresponden a ningún tipo de maltrato. 

El 12 de febrero en los medios se leyeron titulares como los de Infobae: «Tras ser liberados, los padres de la beba que murió en La Matanza denunciarán a policías y personal médico»; Página/12: «Liberan a los padres de la beba de 21 días que murió de un paro cardíaco» y Todo Noticias: «El drama de los papás de Alison». Al día siguiente Mauro Szeta salió en Telefe a pedir disculpas a los padres y a compartir: «Una enseñanza, porque yo al publicar en mis redes sociales afirmé, lo que era una etapa incipiente en este caso, como si fuera concluyente. Esa es mi responsabilidad, la enseñanza de que los procesos penales (me lo digo), son largos, no son concluyentes», dijo el periodista de larga trayectoria en noticias policiales, casado con Clarissa Antonini, Fiscal en Poder Judicial Provincia de Buenos Aires, reflexionando, luego de varios años, sobre la típica temporalidad de los procesos penales.

Ernesto Meccia, sociólogo, profesor e investigador, Universidad de Buenos Aires, en conversación con la Agencia de Noticias de Ciencias de Comunicación de la UBA (Anconn), reflexionó sobre los sucesos: «En casos tan delicados como los que nos ocupan la responsabilidad del periodismo debería pasar por informar en base a las evidencias que van produciendo quienes tienen capacidad técnica de hacerlo. Esto no significa para nada que estas evidencias sean indiscutibles, pero el periodismo debería saber que las pruebas son la base de su labor y que por lo tanto tiene que esperar. Lamentablemente esto no se produce y lo que tenemos es la «justicia mediática», es decir, un veredicto flojo de papeles probatorios divorciado de la «justicia institucional». Este veredicto conmociona a la sociedad creando un estado de pánico moral que termina condicionando el accionar de esta última. Y lo expresado tiene íntima relación con lo que dije anteriormente: las evidencias no son indiscutibles. Una evidencia científica, por más científica que sea, puede ser desestimada debido al estado de conciencia crispado que produjeron los medios; la opinión pública puede aplastarla, literalmente».

Lucía Bernstein Alfonsín

Integrante de la redacción de la Anccom (http://anccom.sociales.uba.ar), donde se publicó la versión original de este artículo.

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