Cómo entender la compra de Twitter por Elon Musk

Una selección de notas relacionadas con el desembarco de Elon Musk en Twitter. Desde distintas miradas, sus autores o entrevistados, coinciden en que el modelo de acumulación actual, que articula de forma incremental la producción material, la lógica financiera y la minería de datos, es cada vez más dependiente del sustento simbólico. Las redes sociales y la utilización de Internet son, por tanto, los territorios donde implantar los discursos que legitimen los intereses de las corporaciones globales por medio de las publicidades direccionadas y la manipulación cognitiva.
Elon Musk, dueño de Tesla, SpaceX, Neuralink y The Boring Company, y ahora también de la red social Twitter

Bajo el título Qué hay detrás de la oferta de Elon Musk por Twitter, Esteban Magnani plantea que la entrada del hombre más rico del mundo en el complejo mundo de las redes sociales no parece motivada solo por razones económicas.

En Letra P, Martín Becerra dice que «si hasta hace unos años los multimillonarios adquirían directa o indirectamente medios periodísticos, ahora las plataformas digitales son el relevo ideal para lubricar sus negocios, condicionar la agenda pública y controlar daños a su imagen. Musk está entrenado en la materia: con un tuit sabe especular afectando acciones empresarias y criptomonedas y, en su papel de enfant terrible, es capaz de celebrar un golpe de Estado en Bolivia y de justificar la conquista de Twitter como parte de un programa democratizador.

También señala que «a pesar de estar lejos de los niveles de masividad de las redes de Meta (Instagram y Facebook) y de Google (YouTube), Twitter, con sus 450 millones de personas usuarias, concentra la atención y los debates de las élites políticas, periodísticas y culturales de Occidente, lo que en palabras de Musk la convierten en un foro público. Ahí navega el Círculo Rojo del capitalismo. Que el provocador e innovador cerebro de PayPal, Tesla y SpaceX y sus millones de seguidores crean que la preservación de ese foro público depende de la mayor concentración de poder posible, la unipersonal, es toda una paradoja de esta movida».

Por su parte, desde la sección Opinión de la plataforma de Télam, Verónica Sforzin destaca que el desembarco de Elon MUsk en Twitter acelera la concentración de datos de los usuarios y la capacidad de incidir en el humor social a través de controlar lo que estas corporaciones intentan instalar como «la nueva plaza pública» y que, por ello, la adquisición por parte de Musk —dueño de Tesla, SpaceX, Neuralink y The Boring Company— de la red social Twitter debe leerse en diversos planos.

En su columna del Cohete a la Luna, Jorge Elbaum apunta que la concentración de medios y las plataformas se articulan de forma incremental con el mundo de la producción material, la lógica financiera y la minería de datos y que la lógica neoliberal requiere —para sostener su hegemonía global— de mayores apoyos comunicacionales, capaces de darle legitimidad a un sistema que se resquebraja en términos geopolíticos y socioeconómicos.

¿Censura o mayor libertad? Es la pregunta que Martín Suárez le formula a especialistas que analizan las implicancias que Twitter pase a manos de una sola persona.

Esteban Magnani entrevista a Ernesto Calvo, especialista en redes sociales y política. Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Maryland y autor de varios libros sobre el rol de las redes sociales, Calvo explica el significado político y económico de la compra de Twitter.

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