Jesús Martín Barbero para quienes nunca lo leyeron (o casi)
Una selección de textos de la vastísima obra de Jesús Martín Barbero que permiten acercarse a quien, con sus modos de pensar y hacer, nos ayudó a reflexionar sobre nuestras realidades latinoamericanas.
Cuando desde la dirección de Cuadernos de Coyuntura me propusieron escribir un texto que recordara a Jesús Martín Barbero —a quien ya en varias ocasiones he despedido desde el 12 de junio (de 2021), día de su muerte—, sentí que sería difícil hacerlo sin reiterar mis recuerdos y lo que asumo como su legado en términos personales y académicos y que he expresado también en diversos escritos dedicados al maestro y amigo. Por eso pensé que era posible recordarle de otro modo. Casi sin hablar personalmente. Seleccionando de entre su vastísima obra algunos pocos párrafos, que permitan acercarse a sus modos de pensar y hacer, especialmente a quienes nunca antes lo hicieron; a quienes sólo escucharon alguna vez su nombre sin tener muy en claro por qué habríamos de recordarle y de sentir que hemos perdido a alguien que mucho nos ayudó a reflexionar sobre nuestras realidades latinoamericanas.
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A partir del 12 de junio, cuando se busca en Internet el nombre Jesús Martín Barbero las primeras entradas remiten a su muerte, ocurrida en su amada ciudad de Cali, Colombia, el país que asumió como suyo, habiendo nacido en España. Diarios y publicaciones periódicas argentinas y de muchos países latinoamericanos, organizaciones académicas e internacionales como Clacso, Ciespal y la OEI, agencias de información —desde EFE hasta nuestra alternativa Paco Urondo—, numerosas universidades, emisoras y canales de televisión —tan diversos como Radio Nacional de Colombia y Argentina, CB24N y Telesur—, dan cuenta de la muerte del que es caracterizado casi unánimemente como uno de los más prestigiosos teóricos de la comunicación de nuestro continente.
Jesús Martín Barbero no hubiera cuestionado que así se lo recuerde. Era un hombre que poco caso hacía de las denominaciones públicas. Pero seguramente hubiese sonreído y con su particular sentido de la ironía —que siempre encerraba una provocación y un desafío—, hubiese añadido: «¡según lo que se entienda por comunicación!». Porque si alguna impronta tuvo su vida intelectual, si algún deseo y propósito la animó, fue la subversión de los órdenes disciplinares estrechos, como él mismo supo contarlo.
Por eso le llamaron «cartógrafo mestizo», porque producía esos mapas inspirados en el Vuelo Nocturno de Saint Exupéry mezclando saberes disciplinarios pero, más que eso, entreverando autores que no era frecuente encontrar reunidos y objetos empíricos que no necesariamente formaban parte de series canónicas en los estudios de comunicación al uso hasta finales de los años 70 del siglo XX, pero que resultaban significativos a la luz de lo planteado en la Introducción a su libro clave, De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía (1987). Los hechos vividos en el continente en esa década revelaron, a juicio de Martín Barbero, la insuficiencia de los esquemas con que desde el funcionalismo norteamericano y lo que denominó el «funcionalismo de izquierda» —representado por el pensamiento materialista dogmático y el estructuralismo althusseriano—, se analizaba la comunicación.
Pero no fue sólo ese corrimiento el que le permitió construir una obra original y cuestionadora de concepciones dualistas, maniqueas, reduccionistas. Existió otro mayor:
Por aquél entonces, Gramsci y Freire se ubicaban en territorios aislados. Gramsci era patrimonio de los estudios políticos o de la teoría marxista; Freire de las experiencias de alfabetización y comunicación popular. Pero Jesús Martín Barbero, ya había mixturado Freire con Paul Ricoeur en su tesis doctoral [1]La tesis La palabra y la acción. Por una dialéctica de la liberación fue publicada recién en 2018. y no sólo a ellos sino a poetas y escritores y revolucionarios latinoamericanos con pensadores europeos, comenzando así una trayectoria que transitó hasta su muerte, confrontando críticamente lo que ocurría en el marco de las ciencias sociales y humanas con lo que se gestaba desde la realidad que ellas pretendían abordar [2]De hecho, Hermann Herlinghaus, estudioso de la obra de Martín Barbero señala que la “avidez combinatoria le causaba estupefacción” a su director de tesis, el conocido teórico de la ciencia … Continue reading) Así comenzaba aquella tesis, bajo el subtítulo La pregunta que busca su lenguaje:
Ese descentramiento del pensar, ese reconocimiento de otro lugar para desplegarlo —el de la dominación y de una modernidad peculiar, hecha de discontinuidades culturales y heterogeneidades, en la que se combinan y revuelven lo popular y lo masivo, la oralidad con los procesos de modernización [5]Esas modernidad caracterizada según Hermann Herlinghaus por una «no contemporaneidad constitutiva» (1998) se expresa cabalmente en una admirativa afirmación de otro de los textos pioneros y … Continue reading— es lo que poco tiempo después de aquel primer encuentro de comunicación volvió a poner en juego Martín Barbero, anunciando de modo categórico lo que propondría en la introducción a De los medios a las mediaciones, pero que signaría toda su tarea: «cambiar el lugar de las preguntas, para hacer investigables los procesos de constitución de lo masivo por fuera del chantaje culturalista que los convierte inevitablemente en procesos de degradación cultural» (1987, p. 11). El relata así aquello que fue un verdadero acontecimiento:
El estudio de esas tramas complejas de subalternidades y batallas de las que está hecha la cultura de nuestro continente y de las que la comunicación es una dimensión estratégica —como siempre lo postuló- le llevaron a Martín Barbero a convertir sus textos en formidables fondos bibliográficos. En sus escritos, los teóricos del pensamiento europeo con los que aprendía y debatía, fueron enriquecidos y confrontados con el saber mestizo que él encontraba en nuestros países: el de sus académicos pero también el de sus artistas— escritores, cantantes, músicos, dibujantes y pintores-; el de los movimientos sociales y el de los grupos y movimientos que veía emerger como portavoces y encarnaciones de nuevas sensibilidades y contemporaneidades.[6]En ese sentido, los jóvenes y las mujeres fueron privilegiados y privilegiadas actoras de aquellas «formas populares de la esperanza», protagonistas de la recreación de identidades, simbologías, … Continue reading En ese sentido, fue capaz de interpelarnos para que nos leyésemos y así, descubriéramos —como supo decirlo en una entrevista—, que «nosotros habíamos hecho estudios culturales mucho antes de que esta etiqueta apareciera» (Spielmann, 1997)[7]Al respecto resulta de enorme interés su artículo El poder de las masas. En diálogo con Latinoamérica: las ciudades y las ideas de José Luis Romero (2012) en el cual tras analizar los … Continue reading. Es decir, fue capaz de recuperar el pensamiento latinoamericano sobre nosotros mismos incluyendo a intelectuales que de medios y mensajes poco o nada decían —como José Carlos Mariátegui, Darcy Ribeiro, Orlando Fals Borda, José Nun, Guillermo Bonfil Batalla, Milton Santos u Octavio Paz por mencionar sólo algunos de quienes integran un enorme cuerpo de referencias bibliográficas—, para iluminar el estudio de la comunicación y la cultura, sostenido básicamente hasta entonces en fuentes extranjeras y casi estrictamente disciplinares [8]Sin ser una bibliografía completa de Jesús Martín Barbero, pueden encontrarse citados muchos de sus trabajos en el siguiente link a la revista … Continue reading. Y fue capaz de escuchar tanto y en tantos países, que su obra también se convirtió en lugar de emergencia y diálogo de investigadores más jóvenes que él, a quienes nos encontraba transitando búsquedas comunes o en quienes encontraba disposición a la pregunta y el intercambio y a quienes animaba a caminar sin muletas —como él lo hacía— incluso con irreverencia, en mundos académicos temerosos y dogmáticos.
Tal vez ésa fue la otra veta potente de este pensador que des-ubicaba cánones, disciplinas y temáticas. Su condición de maestro. De aquél que entrega su palabra con pasión para suscitar otras a las que incorpora en sus discursos. Una pasión que no sólo se expresaba en el compromiso intelectual con que abrazó la problemática de las desigualdades que suscitaban su indignación moral y política; en el dolor que le provocaba Colombia —«ese país roto» como solía llamarlo, que asumió como propio—; y en los esfuerzos que hizo por contribuir a su transformación, sino que se expresaba en su cuerpo, en unas manos que no paraban de gesticular cuando hablaba, en una voz que se volvía grito e incluso improperio cuando llamado a dar clases o a conversar, especialmente con jóvenes estudiantes, sentía que educar era interpelar y comprometer.
En 2006, la Cátedra Pedro Nel Gómez, una cátedra de la sede Medellín de la Universidad Nacional de Colombia, lo tuvo como profesor invitado para desarrollar la problemática La cultura hoy, interrogando la identidad. Hace un tiempo, buscando alguno de sus textos, encontré el video de una parte de su exposición, más precisamente de la segunda parte, donde entre otras cosas, cuestiona a las universidades colombianas a las «que le falta país», que «son más globalizadoras que el capital trasnacional porque desubican los saberes», preguntando si acaso estaban haciendo dialogar los saberes múltiples propios de un país pluricultural; si en ese sentido se habían tomado en serio los saberes indígenas. Y lo pregunta con una voz potente, encendida, que ojalá quienes lean estas líneas lleguen a escuchar para acercarse más vivamente a un pensamiento y un hacer capaz de con-mover más allá del alcance nacional. [9]El video está disponible en https://www.youtube.com/watch?v=KgKfomEDqFw Una voz que tiempos después resonaría en un texto nuevamente centrado en Colombia pero que le desborda porque le cabe a nuestro continente:
El nombre de ese texto es Una agenda de país en comunicación. Como lo hizo siempre a costa de incomodidades y lecturas empobrecedoras, su mirada desbordaba el estrecho campo disciplinar. Porque en realidad, lo que Jesús Martín Barbero nombraba con esos términos tan propios del periodismo como «agenda» y «comunicación» era muy otra cosa: un «relato» capaz de «tejer una memoria común. Común en la medida en que, como toda memoria social y cultural, será siempre una memoria conflictiva pero anudadora» (2005, p. 8); la memoria «de la que estamos hechos» como había planteado en 1987 y desde la cual debíamos seguir haciéndonos como académicos y ciudadanos.
Textos citados
Hermann Herlinghaus (1998) La modernidad ha comenzado a hablarnos desde donde jamás lo esperábamos. Una nueva epistemología política de la cultura en De los medios a las mediaciones de Jesús Martín Barbero, en María Cristina Laverde Toscano y Rossana Reguillo (coords.) Mapas nocturnos. Diálogos con la obra de Jesús Martín Barbero, Bogotá: Universidad Central – Siglo del Hombre editores.
Jesús Martín Barbero (1987). De los medios a las mediaciones, Barcelona-México: Gustavo Gili.
—(2005). Poner este roto país a comunicar. Discurso pronunciado en el otorgamiento del Doctorado Honoris Causa por la Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Comunicación y Lenguaje, Bogotá: PUJ.
—(2008). De la experiencia al relato. Cartografías culturales y comunicativas en Revista Anthropos N° 219, Jesús Martín Barbero. Comunicación y cultura en América Latina, Barcelona.
— (2009). Colombia. Una agenda de país en Comunicación, 11-36, en Martín Barbero (coord.), Entre saberes desechables y saberes indispensables, Bogotá: C3 FES.
— (2012) El poder de las masas urbanas. En diálogo con Latinoamérica: las ciudades y las ideas de José Luis Romero en Revista Nueva Sociedad, N° 238, marzo-abril, www.nuso.org
— (2015) Desde dónde pensamos la comunicación hoy, en Revista Chasqui, N° 128, abril-junio, Quito: CIESPAL
Jesús Martín Barbero y Sonia Muñoz (coords) (1992) Televisión y melodrama, Bogotá: Tercer Mundo.
— (2018) La palabra y la acción. Por una dialéctica de la liberación. Bogotá: Ed. Pontificia Universidad Javeriana.
Ellen Spielmann (1997). Nosotros habíamos hecho estudios culturales mucho antes que esta etiqueta apareciera: una entrevista con Jesús Martín Barbero, Dissens, 3, 47-53.
Notas
↑1 | La tesis La palabra y la acción. Por una dialéctica de la liberación fue publicada recién en 2018. |
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↑2 | De hecho, Hermann Herlinghaus, estudioso de la obra de Martín Barbero señala que la “avidez combinatoria le causaba estupefacción” a su director de tesis, el conocido teórico de la ciencia Jean Ladrière: “¿cómo se podía criticar la concepción de lenguaje del consagrado Heidegger apoyándose en un texto de Arguedas? Ladrière aconseja a Martín Barbero que retrabaje su tesis que luce, hasta para los criterios de Lovaina, demasiado poco convencional en su afán de situarse críticamente en filosofía y a la vez discutir la situación latinoamericana. Estas experiencias se van a convertir en huellas inconfundibles de un nuevo pensamiento sobre la comunicación, aunque no son fáciles de descifrar” (1998; p. 15 y 16 |
↑3 | Michel Foucault, Las palabras y las cosas :una arqueología de las ciencias humanas, trad. Elsa Cecilia Frost (Buenos Aires: Siglo XXI, 1968), 333 |
↑4 | José Carlos Mariátegui, Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana (Santiago de Chile: Editorial Universitaria, 1955 |
↑5 | Esas modernidad caracterizada según Hermann Herlinghaus por una «no contemporaneidad constitutiva» (1998) se expresa cabalmente en una admirativa afirmación de otro de los textos pioneros y subvertidores del campo que da cuenta de un amplio programa de investigación desarrollado por Jesús Martín Barbero en Colombia y otros países latinoamericanos, Televisión y melodrama: «Escándalo para los ilustrados y reto para nuestros inertes y caducos sistemas educativos: ¡las mayorías nacionales de América Latina están accediendo a la modernidad no de la mano del libro, sino de las tecnologías y los formatos de la imagen audiovisual!» (Martín Barbero y Muñoz: 1992, p.14) |
↑6 | En ese sentido, los jóvenes y las mujeres fueron privilegiados y privilegiadas actoras de aquellas «formas populares de la esperanza», protagonistas de la recreación de identidades, simbologías, lenguajes con los que dialogaba enriquecedoramente |
↑7 | Al respecto resulta de enorme interés su artículo El poder de las masas. En diálogo con Latinoamérica: las ciudades y las ideas de José Luis Romero (2012) en el cual tras analizar los innovadores aportes realizados por el historiador argentino, finaliza diciendo: «Le debemos a José Luis Romero no solo la nominación más original en castellano de la cultura de masas, el «folclore aluvial», sino la primera caracterización sociológica no maniquea de esa cultura en América Latina. Pues al igual que Benjamin, el historiador argentino pensó la cultura de masas más desde la experiencia y la sensibilidad que en ella accedían a la expresión pública que desde la elitista y consolatoria perspectiva de la mera manipulación». Bien improbable es que en las carreras de comunicación de nuestro país ese texto clave a juicio de Martín Barbero para impugnar el pensamiento reduccionista, sea objeto de lectura y análisis. Diría Jesús…. «Y sí… es un texto de historia. Y para más, escrito por un argentino!». |
↑8 | Sin ser una bibliografía completa de Jesús Martín Barbero, pueden encontrarse citados muchos de sus trabajos en el siguiente link a la revista Dialnet: https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=336335. También existe una interesante bibliografía de y sobre Martín Barbero en el número de Antrophos dedicado a él. |
↑9 | El video está disponible en https://www.youtube.com/watch?v=KgKfomEDqFw |