La IA se mete en las redes sociales: ¿qué queda para la privacidad de los usuarios?
X anunció que su asistente Grok utilizará los posts públicos, datos e información para entrenarse. Junto con las apps de Meta y Google Fotos, se introduce en la intimidad de sus usuarios.
Mientras continúa el éxodo de distintos usuarios de X a otras plataformas similares, principalmente BlueSky, su dueño Elon Musk no frena: la red social aprobó que los datos, posts públicos e información que den los usuarios serán utilizados para entrenar a su inteligencia artificial (IA) llamada Grok. En este contexto, X pasa a formar parte de las redes sociales que involucran cada vez más el uso de la IA en su cotidiano, como también lo hacen Instagram, WhatsApp o Google Fotos. Pero, ¿queda lugar para la privacidad de los usuarios frente a este avance tecnológico? ¿Se puede hablar de una invasión a la intimidad de las personas?
«En tecnologías emergentes, la prioridad no es la privacidad evidentemente. Todo entrenamiento de la IA requiere de datos de usuarios y debería pedirse un consentimiento expreso previo e informado», afirma Javier Pallero, analista de políticas públicas de Internet. Según detalla, generalmente las grandes plataformas realizan una reforma en los términos de uso de la aplicación y los usuarios aceptan sin revisar. «No te explican a la vista y de manera sencilla que el gran cambio es que ahora tu información se va a usar para entrenar estos modelos de IA. Entonces, las personas no tienen un conocimiento suficiente e informado sobre lo que acepta», cuenta.
Algo similar sucedió esta vez con X: según la actualización de los términos y la política de privacidad, los posts e información de quienes actualmente habitan la red social son utilizados desde el 15 de noviembre para entrenar a Grok, el asistente de búsqueda que funciona con IA. Debido a algunas polémicas, el sitio web de la red social debió hacer algunas aclaraciones en torno a esto. En primer lugar, según detallan que Grok accede a los posts públicos de los usuarios así como también a la interacción que se tenga con la IA para mejorar y ser entrenado.
Aclaran en la política de privacidad: «Los usuarios de X pueden controlar cuándo desean que sus posts, así como sus interacciones, entradas y resultados al usar Grok, se usen para fines de entrenamiento y perfeccionamiento». Asimismo, en teoría, quienes tengan la cuenta en modo privado también evitarían que sus publicaciones se utilicen para entrenar a Grok, modelo inspirado —según el sitio web de X— en la novela de ciencia ficción Guía del autoestopista galáctico de Douglas Adams y en Jarvis, la inteligencia artificial de Iron Man.
Por su parte, Melisa Avolio, periodista especializada en tecnología, explica: «No conocemos la intención de los dueños de las plataformas, pero como todavía no hay reglamentaciones firmes en torno a la IA, aprovechan este vacío legal para poder manejarse con más libertad. Así, por ejemplo, recopilan información, datos personales que hay en Internet u obras con derechos de autor».
La autora del libro Qué es la inteligencia artificial y cómo impacta en nuestras vidas agrega que las plataformas traen por default que los usuarios otorgan sus datos a las empresas, cuando debería ser al revés. «Llegar al formulario o botón donde uno deja de dar ese consentimiento es un camino de muchos obstáculos. Generalmente, están muy escondidos y requieren de varios pasos antes de llegar a ellos, por ejemplo así sucede con Chat GPT. Además de que suelen encontrarse cuando hay alguna noticia o surge algún video viral que alerta y explica a la gente», manifiesta.
¿Se trata de una invasión?
Ya hace un tiempo que las plataformas de Instagram, WhatsApp, Facebook y Messenger involucraron a Meta AI en sus sitios. En todos los casos, el uso es bastante similar: se le puede hacer preguntas a la IA o pedir recomendaciones acerca de pasatiempos, recetas, lugares, entre otros. También, recientemente, la empresa anunció un conjunto de actualizaciones que permiten hablar con Meta AI en tiempo real con la voz del usuario o enviarle fotos para editarlas. «A medida que esta función comience a implementarse, también podrás elegir entre diferentes opciones de voz, incluidas las de celebridades de todo el mundo», dice la plataforma.
Según asegura Meta, los mensajes y las llamadas personales en las redes continúan cifradas de extremo a extremo, lo que significa que ni siquiera la empresa puede verlos ni escucharlos. En un chat de grupo, Meta AI solo puede leer los mensajes que mencionen a @MetaAI, pero ningún otro. Sin embargo, la opción de «buscar» que permite rastrear un chat o un contacto, se encuentra en el mismo lugar que la opción para hablar con la IA, lo que habilita a evaluar si esa búsqueda también es tomada para entrenar a la inteligencia.
«Si es una invasión lo determina cuánto uno tenga o no información. Falta mucho por hacer acerca de la concientización y el consentimiento que deberían dar los usuarios en torno al uso de sus datos. La voluntad expresa surge de una conciencia clara, libre e informada, así que en ese sentido podemos hablar de invasión», dice Pallero.
En cuanto a Google Fotos, utiliza la IA para agrupar rostros similares, identificar personas de espaldas e, incluso, recoger información de la imagen para reconocer a las personas, como ubicación, hora y forma de vestir. Además, permite utilizar un editor y borrador mágico para mover objetos dentro de una fotografía o eliminar aspectos no deseados
«La opción siempre es que, como usuarios, adquiramos el hábito de buscar las configuraciones de privacidad de cada red social y ver qué se recopila de nosotros, de qué forma podemos expresar nuestro consentimiento e, incluso, también poner un límite sobre aquello que publicamos. La realidad es que no sabemos qué alcance va a tener el uso de la IA ni qué datos se están recompilando. Tal vez, el más chiquito sea utilizado para entrar a la tecnología”, expresa Avolio.