Cuatro de cada diez jóvenes sienten que ningún político los representa

Según una muestra de 863 casos a nivel nacional, cuatro de cada diez jóvenes de entre dieciséis y veintinueve años siente que ningún político los representa y no tienen claro a quién votar en esta elección.

El informe —cuyo título es La percepción democrática de las juventudes y fue realizado por la unidad Argentina Futura que depende de la Jefatura de Gabinete de la Nación, en articulación con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso)— expone que cuatro de cada diez jóvenes de entre dieciséis y veintinueve años siente que ningún político los representa. En consecuencia, no tienen claro a dónde dirigirán su voto en esta elección.

Ciertamente, no se trata de un tema menor. Según datos de la Cámara Nacional Electoral, en 2023 los votantes comprendidos entre los dieciséis y 35 años suben a 14.326.174, de los cuales dos millones participarán por primera vez en una elección presidencial. De este porcentaje se desprende que 5,5 % son menores de entre dieciséis y diecisiete años. Es decir, todos ellos conforman más del 40 % del padrón electoral. A pesar de su relevante importancia en la aspiración presidencial de cualquier candidato, casi la mitad de los jóvenes siente que la política no los escucha.

La educación y el trabajo son un eje fundamental dentro de las demandas del grupo etario mencionado. Gran parte de los encuestados posiciona a la formación académica como un eje fundamental para el progreso, y el 33 % de ellos tiene como demanda urgente una mayor calidad educativa. Sin embargo, y a pesar de encontrarla fundamental para su desarrollo, la profesionalización no es recibida como una garantía para la inserción laboral, puesto que la mayoría de los jóvenes encuestados presenta dificultades para acceder al mercado de trabajo.

En esta línea, del informe se desprende el descontento en las condiciones en las que se desarrolla el trabajo, la percepción de ingresos y el tiempo dedicado a la labor. Esto, a su vez, afecta significativamente sus expectativas para acceder a una vivienda, ya que señalan que las condiciones laborales precarias no les permiten sostener un alquiler y menos aún aspirar a la compra de una casa propia.

Esta imposibilidad de proyección real, los convierte en dueños de una visible desmotivación frente a la situación política y social del país, que deriva en un tercer eje cada vez más demandado. El deterioro de la salud mental y la presencia de enfermedades ligadas a este aspecto son cada vez más comunes en la juventud. La mayoría de los jóvenes encuestados le otorgan a la pandemia, y las dificultades económicas que esta trajo, un rol fundamental en su deterioro psíquico, por lo que consideran necesaria la implementación de políticas públicas especiales para tratar estas demandas. Sin embargo, salvo alguna que otra excepción, no encuentran propuesta solidas en ningún aparato partidario, lo que profundiza el rechazo.

Según este estudio de campo, el  44 % de los encuestados siente incertidumbre respecto al futuro del país y un 14 % tiene una visión pesimista sobre los próximos años. A contramano de lo deseado por los partidos tradicionales, la juventud encuentra como única responsable de la continuidad del mal funcionamiento del país a la estructura política. Además, la pluralidad de los jóvenes encuestados experimenta un alto grado de indignación frente al Estado por la imposibilidad de resolver conflictos y problemáticas que se presentan de manera sistemática.

El dato más significativo del informe se expresa en el apartado de análisis de la emergencia de nuevas representaciones políticas. Entre las figuras de todo el arco político nacional presentadas ante los encuestados, Javier Milei obtuvo un nivel de aceptación del 26,7 %. El diputado es el único que se encuentra por arriba de los veinte puntos de aceptación.

Sin embargo, el infome plantea que no hay una a derechización real de las juventudes, ya que muchos de los jóvenes que votan a Javier Milei no tienen una agenda de derecha. Están de acuerdo con que el Estado intervenga en la educación, la agenda medioambiental, e incluso la Interrupción Voluntaria del Embarazo. En principio, entonces, no se trataría de un voto ideológico duro, como se observa en la extrema derecha de Francia o Alemania, donde los jóvenes votan por tradición política y sentido de pertenencia. La canalización de Milei en este grupo se explica por el malestar y la desilusión que se vive en la pospandemia. La afinidad hacia la figura de Milei respondería a una actitud más emotiva que racional.

Después de Milei, Cristina Fernández de Kirchner es quien mayor aceptación tiene entre este sector, Cristina Fernández con el 12,8%.

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