Los sectores dominantes en la Argentina

Los sectores dominantes en la Argentina: estrategias de construcción de poder, desde el siglo XX hasta el presente. Buenos Aires (Siglo XXI Editores) es una publicación del Área de Economía y Tecnología de la Flacso Argentina escrita por su coordinador, Eduardo Basualdo, y el investigador Pablo Manzanelli. A continuación, fragmentos del prólogo de este libro que desmenuza la trayectoria de la llamada cúpula empresarial y, dentro de ella, de los grupos económicos locales y el capital extranjero durante el siglo XX y hasta hoy.

Paolo Rocca, Marcos Galperin, Gregorio Pérez Companc, Alberto Roemmers, Alejandro Bulgheroni, Eduardo Costantini y Eduardo Eurnekian,  los dueños de los mayores patrimonios de la Argentina.

Este libro pretende avanzar en el estudio de la trayectoria adoptada por los grupos económicos locales y el capital extranjero desde el siglo XX hasta la actualidad. La importancia que asume el examen de estos actores económicos obedece no solo a su relevancia cuantitativa, sino también a la cualitativa, ya que su lógica de acumulación tiende a delinear el rumbo y las características que asume la economía argentina en su conjunto y, en consecuencia, su fisonomía estructural.

En este sentido, el abordaje de los problemas económicos actuales —por ejemplo, la inflación, la fuga de capitales al exterior o la constitución de una «economía bimonetaria»— no puede prescindir de las distintas realidades que conviven en la estructura económica del país, donde la rueda principal de la economía está constituida por la cúpula empresaria y, dentro de ella, los grupos económicos locales y el capital extranjero, que son sus fracciones preponderantes. Por su parte, la rueda auxiliar está compuesta por las empresas de menores dimensiones y la clase trabajadora asalariada y no asalariada; es decir, por los sectores populares, cuyo comportamiento suele estar subordinado a las estrategias de los sectores dominantes que mueven la rueda principal de la economía.

Desde luego, las derivaciones de las estrategias adoptadas por el núcleo duro del poder económico no se agotan en la importancia que tiene el objeto de análisis de este libro desde el punto de vista académico, sino también para realizar propuestas para su regulación, un tema con varias cuentas pendientes en la actualidad.

Vale decir que los grupos económicos no constituyen una novedad en (y de) la economía argentina, sino una forma societaria que se consolidó a nivel mundial con posterioridad al capitalismo monopólico en el marco del fordismo. Sin embargo, a diferencia de entonces, cuando las sociedades anónimas pasaron a ser mayoritarias en detrimento de la propiedad personal y de las sociedades de responsabilidad limitada —que eran las formas de propiedad imperantes en el capitalismo competitivo—, el predominio de la centralización del capital en la etapa de expansión de los grupos económicos no requirió de una modificación en el carácter de las sociedades comerciales. Las sociedades anónimas siguen liderando las formas de propiedad aun cuando integren —y, por ende—, la toma de decisiones esté adoptada por un grupo económico. En otras palabras, las sociedades pasaron a ser una suerte de unidad técnica dependiente en términos estratégicos del grupo económico que ejerce su propiedad, articulando firmas de distinto tamaño insertas en diferentes actividades económicas que actúan bajo una misma dirección estratégica en función de las órdenes de uno o, lo que es más frecuente, varios accionistas que controlan la propiedad de todas ellas.

En efecto, esta forma de propiedad tan vital en términos económicos no es parte del sistema jurídico y, en consecuencia, no está alcanzada por ninguna norma institucional como tal (más allá de que en diversas leyes haya algún tratamiento lateral sobre esta problemática). Dadas las notables derivaciones que conllevaría, el poder económico no ve conveniente la regulación del grupo económico. Entre otras cuestiones, esto tendría consecuencias en cuanto al control de la fuga de capitales al exterior, la evasión de las obligaciones fiscales, las transferencias de paquetes accionarios, la formación de precios, etc. De ahí que el examen de la trayectoria económica de los grupos económicos locales y el capital extranjero que aquí se desarrolla pretende contribuir a estimular el debate sobre esta cuestión que excede, por cierto, el objeto de este libro: la necesidad de impulsar las normativas que permitan un salto cualitativo en la regulación de estos actores económicos, incorporando la figura jurídica del grupo económico y al mismo tiempo reforzando las normativas existentes (Ley de Impuesto a las Ganancias, de Quiebras, de Defensa de la Competencia, de Inversiones Extranjeras, etc.). Así como los grupos económicos no constituyen una novedad en y de la Argentina, el avance en la regulación tampoco lo sería, como muestran las diversas experiencias internacionales en ese sentido y de larga data, por ejemplo, la sanción en 1965 de la Aktiengesetz en Alemania, que fue seguida por Portugal y Brasil, o la reforma italiana de 2003, entre otras.

Este libro consta de tres capítulos que reconocen enfoques y líneas analíticas que los atraviesan, explícitamente en algunos pasajes, implícitamente en otros, pero siempre presentes. Esto fue posible ya que en trabajos previos los autores han analizado los grupos económicos y las empresas transnacionales desde diferentes puntos de vista (las formas de propiedad en la cúpula de las grandes firmas, la formación de capital, las utilidades, el comercio exterior e incluso desde la perspectiva industrial y agropecuaria), pero compartiendo siempre una misma matriz conceptual e instrumental sobre estas temáticas.

En relación con esa matriz, cabe destacar que la indagación de toda fracción del capital, sea nacional o extranjera, puede realizarse mediante un enfoque descriptivo de su composición y de sus corporaciones o, por el contrario, otorgándole trascendencia a las circunstancias nacionales e internacionales que caracterizan cada una de las etapas que recorren. Este último enfoque es el que se adopta aquí. Específicamente, se tiene en cuenta el concepto de patrón de acumulación de capital, el cual permite aprehender los distintos comportamientos económicos y sociales que se suceden en el tiempo en una formación socioeconómica determinada. Esto es posible debido a que esta categoría alude a la articulación de un funcionamiento específico de las variables económicas, vinculado a una estructura económica definida, una peculiar forma de Estado y las luchas entre los bloques sociales existentes…

En el capítulo 1, elaborado por Eduardo M. Basualdo y Pablo Manzanelli, se analizan los grupos económicos desde su conformación como una fracción específica del capital durante el patrón de acumulación agroexportador oligárquico hasta la actualidad. En su primera parte, que abarca hasta la culminación de la primera modalidad de la valorización financiera (1976-2001), se estudian los principales hitos y características estructurales de esta fracción del capital en cada uno de los patrones de acumulación que se desplegaron en el siglo XX, poniendo especial énfasis en la etapa de la valorización financiera.

Cabe señalar que esta parte del estudio se realizó principalmente sobre la base del estado del arte, que fue solo complementada con evidencias empíricas cuando algún proceso en particular lo requirió. En la segunda parte, que aborda el análisis de las décadas transcurridas durante el siglo XXI, el desarrollo es inverso, porque allí predomina el análisis cuantitativo, sin dejar de mencionar los trabajos recientes sobre esta problemática. Se trata de un período de intensas pugnas sociales y políticas por consolidar el tránsito hacia un nuevo patrón de acumulación de capital, lo que lo convierte en una interesante pieza de análisis que excede a los sectores dominantes, cuya consideración es fundamental para comprender los hitos que marcaron este período. Tal el caso del denominado «conflicto con el agro» como punto de inflexión de la experiencia nacional-popular del ciclo de gobiernos kirchneristas o la irrupción de la segunda modalidad de la valorización financiera bajo la administración Macri y la conducción hegemónica del capital financiero internacional que no estuvo exenta de ciertos embates sobre los grupos locales.

En el capítulo 2, Pablo Manzanelli investiga las alternativas del capital extranjero considerando también la trayectoria de esta fracción del capital durante el siglo XX y las décadas transcurridas del siglo XXI. La estructura básica del texto, ex profeso, es similar a la del anterior, ya que en la primera parte se analizan sus alternativas, que fueron por cierto cambiantes, desde el planteo agroexportador oligárquico hasta el final de la primera modalidad de la valorización financiera, mientras que en la segunda parte se indaga su comportamiento durante la posconvertibilidad, es decir, ese largo período de transición que atraviesa la irrupción de un nuevo gobierno nacional y popular (2003-2015) y, luego, la puesta en marcha de la segunda modalidad de la valorización financiera (2016-2019).

Este capítulo pretende complejizar el debate actual sobre las contribuciones del capital extranjero toda vez que, como allí se plantea, «el sentido común» tiende a ponderar los beneficios de corto plazo que trae aparejados la inversión extranjera, pero suele omitir los costos implícitos que tiene en el mediano y largo plazo, como es el hecho de provocar un drenaje de divisas que supera su ingreso a la economía argentina, lo que afecta no solo a la balanza de pagos, sino también a la posibilidad de avanzar en un proceso de desarrollo económico y específicamente industrial. No se trata de un debate «setentista», sino de uno que tiene plena vigencia dado el papel que asumió el capital extranjero en el proceso de subinversión de las grandes empresas durante el siglo XXI.

El capítulo 3, de Eduardo M. Basualdo, aborda la problemática del capital extranjero, pero difiere de los capítulos previos en sus objetivos, en la estructura analítica y en el horizonte temporal. Su propósito específico es abordar el estudio de la especialización o diversificación de las casas matrices en términos de la cantidad de subsidiarias en el país, lo cual es una ausencia notoria en el estado del arte. En términos menos abstractos, se trata de modificar el supuesto implícito en los trabajos existentes de que cada subsidiaria es una firma aislada, aunque sea oligopólica en su respectivo mercado. Eso no es necesariamente cierto, porque puede ocurrir que el propietario externo, de manera directa o indirecta mediante otra de sus empresas, controle a la vez otras sociedades en el país de destino.

Por otra parte, el arco temporal que contempla este capítulo abarca, por las restricciones de la información recabada, únicamente desde el patrón de acumulación agroexportador oligárquico hasta la finalización del sustentado en la segunda etapa de la sustitución de importaciones, es decir, del denominado país industrial. 

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