La oposición mediática y política, reorganizadas para la campaña

Los estrategas editoriales de los medios más poderosos lograron poner en fila a la dirigencia opositora para reorganizar discursos, ocultar diferencias y combatir al Gobierno en todos los aspectos de la gestión. Esto comprende ocultar los avances en la vacunación, como es ya habitual, enfatizar en la inflación e ignorar la reactivación y estrenar recursos de campaña, como los ingresos a la quinta de Olivos.
El Presidente recibió a Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de EE. UU.

Las operaciones combinadas tienen varias facetas: instalar la idea de una ventaja relativamente estrecha del Frente de Todos en la Provincia de Buenos Aires, de cinco puntos, ya definida como insuficiente para el total nacional que alcance el oficialismo. Sin embargo, varias notas alientan el fantasma de una votación escasa, consecuencia de una apatía y un «desencanto» que pueda ser seguido por un estallido social.

Los gobiernos nacional, de la provincia de Buenos Aires y de la Ciudad anunciaron un acuerdo sanitario para avanzar con las segundas dosis, pero esta significativa novedad fue presentada por Clarín, La Nación e Infobae con enunciados pesimistas, como «escasez», «demora» y «falta de Sputnik dos».

Los tres medios que encabezan la oposición también coincidieron en el relato sobre la visita al país del consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, y describen su propósito esencial: Biden quiere alinear a Alberto Fernández en su lógica geopolítica contra China, para lo cual sirve su pretendida preocupación por el cambio climático, pero sobre todo retener para su país la tecnología 5 G.

El domingo 8, Roman Letjman describe una visita de Massa a la embajada, cuyos interiores detalla con un nivel de conocimiento que parece superior al del living de su casa, para terminar con una frase lapidaria, allí recogida: «DC (Washington) no permitirá que Beijing gane un solo contrato de 5G en América latina».

En cuanto a la campaña electoral, abundaron los títulos que dieron por superadas las críticas, acusaciones y amenazas en Juntos por el Cambio, donde se impone la coincidencia sobre la «necesidad de frenar al kirchnerismo», es decir un acatamiento total a las sentencias editoriales publicadas durante varias semanas.

«El verdadero rival es el kirchnerismo» fue la consigna dictada en numerosos artículos y recitada después por los dirigentes alineados con Rodríguez Larreta, lo que mereció títulos «noticiosos» repetidos martes, jueves, viernes y sábado, en los tres medios.

Clarín encabezó el domingo el despliegue sobre la perspectiva de triunfo del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires con una supuesta encuesta que le da cinco puntos de ventaja. La Nación, sin publicar esa presunta indagación, convalida la cifra. Ambos propalan la idea de que la diferencia será insuficiente ante la esperanza de triunfo opositor en otros distritos, los más conservadores como Ciudad, Córdoba y Mendoza, y otros más disputados, como Santa Fe y Entre Ríos.

Apuntando a las urnas, Laborda en La Nación publica el guion para la oposición: a pesar de las soluciones anunciadas para las segundas dosis, la inmunización para los días de la votación será insuficiente. Es obvio que, para esta estrategia, la noticia de la próxima disponibilidad de 3 millones de dosis Sputnik V, confirmada en estos días, jamás fue publicada en lugar visible.

Y para el caso de que la esperanza de una buena elección opositora no se afiance, ya hay fórmula preparada: la población ve los comicios como asunto ajeno, le preocupan la economía y «el fracaso de la vacunación», no tiene ninguna esperanza y la situación así descripta se abre a dos variantes: gran ausentismo electoral y hasta un estallido social.

Con estas escenas juegan González y Van der Kooy en Clarín, Morales Solá y Luciana Vázquez en La Nación. En particular, Vázquez trajo al presente una figura que usaron los ideólogos civiles de la dictadura para justificar su asalto al poder: la existencia de una «mayoría silenciosa» ante la «incapacidad comprobada y también creciente» de «la política» para «resolver problemas».

El descarado despliegue de campaña hace escala en la quinta de Olivos y los ingresos, interlocutores y visitantes del Presidente y su compañera. El primer despliegue, de la mano de los extremistas Fernando Iglesias y Waldo Wolff, fue destinado a instalar la idea de reiterado jolgorio y fiestas sexuales.

La brutalidad política y sexista de estos individuos fue tratada con amables eufemismos, como el latiguillo reiterado de «polémica», como si hubiera dos partes enfrentadas, en pie de igualdad, y no un ataque anclado en el atraso cultural tan propio de la derecha argentina.

Peor aún, la redactora Di Marco escribió en La Nación que bueno, sí, Iglesias «tuiteó infelizmente», lanzó una «frase desafortunada», pero «el verdadero eje», «lo importante», es quién ingresó a Olivos y para qué. Finalmente, se pega a la bestialidad ciega de aquellos dirigentes cuando dice que el peronismo se especializa en «prostituir causas nobles». En la misma cuerda, Van der Kooy incluye la figura del «burdel».

Iglesias y Wolff estuvieron mal, publicó el miércoles Morales Solá, pero no por su andanada misógina, sino porque «sacaron los reflectores del verdadero centro del conflicto».

Otra vez, el enfoque de estos medios sonó como perfecta sinfonía: el viernes Clarín informó sobre el regreso de Florencia Peña a su espacio televisivo en la sección Fama. Infobae acompañó con este título: Florencia Peña rompió el silencio tras su pico de estrés. Como se ve, no es un tema político y cultural de hondo significado, sino una anécdota de la salud de una “famosa”.

Desde ya que estos medios debieron coincidir en ocultar la primera declaración de la precandidata Vidal, cuando respaldó a Iglesias porque, dijo, comparten «convicciones», un desparpajo político y machista que demoró veinticuatro horas en corregir.

Morales Solá, Kirschbaum, Pagni, Letjman, Niebieskikwait coincidieron casi palabra por palabra en dar publicidad a la posición estadounidense contra el supuesto «avance chino» en América latina y sobre todo y especialmente, respecto de la tecnología 5G.

Entre los más entusiastas están Letjman y Pagni: ven al Presidente buscando un acercamiento con Biden como recurso para un acuerdo con el FMI y hasta como palanca electoral hacia 2023. Para eso, pronostican que Alberto Fernández se alineará con la Casa Blanca y su cacareo sobre el cambio climático, una mascarada en su estrategia de confrontación geopolítica con China.

Así como los intereses de Estados Unidos, recibió mucha publicidad Florencio Randazzo: el mensaje con una imitación de la voz de Cristina Kirchner, un acto de cobardía con el cual, paradójicamente, quiere venderse como valiente, fue título y «noticia» hasta por tres días consecutivos. Y aunque el precandidato opositor se vio obligado a reconocer que es una parodia, que Cristina nunca lo insultó y que después lo llamaba por teléfono diciéndole “Flaco”, Liotti en La Nación firma que ese video es «verosímil».

Esta gente pierde la compostura con facilidad, incluso si no hay compromisos políticos y caja de por medio: El viernes, el editor González se dedicó en Clarín a la salida de Messi del Barcelona. En la cuerda facilonga de presumir argentinismo deportivo, declara el deseo de que el crack no se amargue con estos hechos para que sea útil a la selección. Así, dice, se lo necesita contento como en la Copa América y como se lo vio en Miami, con sus hijos y «con las curvas de Antonella».

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