Hacer radios cooperativas

Este libro reivindica el rol social de las radios gestionadas por cooperativas y ofrece un mapa actual de su patrimonio vivo: modos de producir, audiencias, equipos de trabajo, conquistas legales y necesidades materiales. También de los territorios locales en los que están insertas (en todo el país), y de las redes regionales, nacionales e internacionales que integran. Los compiladores y autores del libro son referentes de la investigación en medios populares en América Latina desde la universidad pública, un anclaje que muestra la importancia de que medios, organizaciones sociales y academia sigan profundizando su histórico camino de articulación. Aquí la introducción de Hacer radios cooperativas (Universidad Nacional de Quilmes, 2021) de Diego Jaimes y Claudia Villamayor.

La última década y media estuvo signada en Argentina por la emergencia pública de las luchas sociales y políticas por una comunicación democrática. Estas luchas existen desde comienzos de 1984 y han tenido momentos clave para poder instalarse en la conversación pública, tanto en los años ochenta como en los noventa. El debate público con mayor contundencia se da a partir de 2004, con el nacimiento de la Coalición por una Radiodifusión Democrática. Allí, los tres actores que dan impulso a esta publicación formaron parte de una articulación de fuerzas que —con la impronta colectiva como marca— comenzó a pujar por abrir el escenario de la comunicación audiovisual a una parte mucho más amplia de la sociedad argentina.

Las radios comunitarias, el movimiento cooperativo y las universidades públicas se constituyeron dentro de un colectivo amplio y democrático en el que confluyeron con los gremios de periodistas y trabajadores de la cultura en general, los músicos independientes, las centrales sindicales, los organismos de derechos humanos, los movimientos sociales y territoriales, los pueblos originarios, los comunicadores pyme, estudiantes, docentes y muchas otras identidades políticas que lograron construir poder propio para modificar una normativa excluyente y crear un nuevo marco regulatorio contenedor de las mayorías.

El espíritu de ese proceso de transformación es el que da vida a este libro. La militancia comunicacional, ese conjunto de prácticas que vinculan el hacer cotidiano de un programa de radio o televisión, de una agencia periodística digital, de un espacio de formación en una organización de base, de una paritaria de los periodistas (donde se discute salarios y condiciones de trabajo) o de un reporte audiovisual —entre cientos de otras prácticas— con la organización colectiva para agitar cambios, es el que marca el camino de nuestra escritura.

Hemos construido para este libro un mapa actual de las prácticas de las radios cooperativas argentinas como parte de un entramado mucho mayor. Y ese mapa territorial forma parte también de una genealogía. Por eso decimos que tiene como antecedente necesario el contexto de emergencia de estos proyectos sobre la segunda mitad de la década de los ochenta, ante el desencantamiento con las promesas democráticas en los primeros años de la posdictadura y la imperiosa necesidad de expresión de buena parte de la sociedad, plasmada en la puesta en el aire de nuevas voces. También se inscribe en la resistencia de los años noventa al neoliberalismo y en la constitución de un nuevo espacio público radiofónico donde sujetos hasta entonces ninguneados y marginados como emisores lograron instalarse como una alternativa cotidiana de debate e información en sus comunidades y pueblos. Ya en los años dos mil, y atravesando la grave crisis de inicios de esa década, estos colectivos comenzaron a formar parte de una nueva etapa de la democracia donde la política volvió a ser considerada una herramienta de transformación y se generó un nuevo escenario donde los cambios soñados iban a encontrar un caudal de posibilidades hasta ese momento bloqueadas. Con la sanción de la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) en 2009 y su posterior aplicación (nuevamente boicoteada por los grupos hegemónicos de la comunicación), una serie de políticas públicas de comunicación destinadas a alcanzar metas y objetivos pospuestos por largo tiempo lograron ser puestas en marcha. Las universidades públicas fueron parte de ese proceso y vieron la transformación de parte de sus currículas en función de una nueva realidad donde la comunicación popular y comunitaria ya no podían ser un espacio en el margen de los contenidos académicos: pasaban a ser parte fundamental, no solo de las prácticas de aprendizaje sino de aquellos territorios donde se construye conocimiento válido.

Los nuevos tiempos oscuros del neoliberalismo con consenso social, y su organización ejecutora, la Alianza Cambiemos, vinieron a cortar de raíz todo intento de distribución igualitaria de las voces en la sociedad y dieron prioridad a los intereses del mercado y sus corporaciones. Pero lejos de doblegar a los medios cooperativos y comunitarios, o de ahogar financieramente a las universidades para restarle relevancia pública al conocimiento crítico y la investigación sobre los problemas sociales, debieron enfrentarse a colectivos de organizaciones y redes articuladas que se sostuvieron en esos cuatro años y se fortalecieron desde lo político y desde su visibilidad pública. Se había consolidado un nuevo escenario de resistencia de las fuerzas populares y los movimientos sociales, de los cuales los proyectos de comunicación son parte.

El logro de un reconocimiento real y concreto por parte de las políticas públicas de comunicación audiovisual en el nuevo escenario posneoliberal aún es parcial, y resta recorrer todavía un camino largo. Aunque, sin lugar a dudas, contamos hoy con mejores condiciones políticas e interlocutores renovados en un escenario en disputa.

Un panorama de los artículos compilados en este libro

Como encuadre teórico y político de esta publicación, Claudia Villamayor aporta elementos conceptuales que nos permiten abordar el campo comunicacional desde las epistemologías del sur, perspectiva inaugurada por el sociólogo portugués Boaventura de Sousa Santos. Este enfoque marca un hito fundamental en los modos de entender los procesos de construcción y validación del conocimiento científico, tomando como premisa la contraposición con una hegemonía de un modo de entender y practicar la investigación profundamente eurocentrista, patriarcal y racista. Así, quienes hacen parte de este posicionamiento político y científico desde el sur consideran que no hay manera de producir conocimiento si no es poniendo en juego los saberes de aquellos sujetos y comunidades históricamente silenciadas, ocultadas y discriminadas. Es así que se propone ya no considerar a los medios comunitarios y cooperativos como objetos de estudio —o escenarios donde dichos objetos se construyen— sino como actores políticos en una pugna cultural por construir sentidos que impulsen sociedades más justas e igualitarias.

Diego Jaimes y Martín Iglesias ponen en común los resultados de un relevamiento de emisoras realizado entre 2018 y 2019 en el marco del proyecto Hacer Radios Cooperativas, impulsado por el Foro Argentino de Radios Comunitarias (Farco), la Fundación de Educación Cooperativa (Idelcoop) y la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Es así que, a partir de la consulta —presencial y a distancia— con un diverso conjunto de proyectos de comunicación de escala nacional, se elaboraron conocimientos vinculados con aspectos clave de sus modos de gestión y funcionamiento. Las razones de su surgimiento, su organización interna, la búsqueda de sostenibilidad económica, los modos de producción de contenidos, la musicalización, su participación en los procesos de digitalización actuales, hasta su relación con el Estado y la construcción de redes de articulación, son algunos de sus ejes fundamentales. El relevamiento sirve además para elaborar propuestas de acción estratégica en el sector y para contar con insumos para diseñar propuestas de formación para los integrantes de estos colectivos comunicacionales.

Lo anterior se traduce a nivel local en el mapeo realizado por el equipo de investigación de la UNQ en las localidades de Quilmes, Berazategui y Florencio Varela. En el artículo escrito por Villamayor, Iglesias, Jaimes y Badenes se ponen en común los resultados del estudio realizado en 2018 y 2019 junto con una decena de medios audiovisuales con un fuerte anclaje territorial en la zona sur del conurbano bonaerense, donde el factor común —aunque suene paradójico— es su diversidad. Radios con perfil educativo, con inserción barrial, con perfil deportivo, representantes de pequeñas y medianas empresas, entre otras, se dibujan en un mapa mediático singular pero que, a la vez, nos ilustra sobre los complejos procesos de encendido y puesta en marcha de una emisora local. Su riqueza es la heterogeneidad, aunque a sim- ple vista parezcan experiencias difíciles de catalogar por una mirada ávida de señalar categorías y regularidades.

Contar con la participación de María Cristina Mata, la Marita, nos enorgullece muchísimo. Como investigadora y docente, referente central en los estudios de Comunicación en Argentina y América Latina, y en la indagación empírica de las prácticas vinculadas con radios populares y comunitarias, nos presenta una de sus últimas investigaciones. Como parte de un equipo mucho más amplio, integrado por docentes e investigadores del Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba con amplio recorrido, analizó los con- sumos de radio en localidades cercanas a la capital provincial. Con la participación de las propias emisoras y sus grupos humanos, el equipo encontró resultados interesantes sobre los modos en que las audiencias de diferentes pueblos y ciudades se vinculan con los medios y encuentran allí información con sentido para sus vidas cotidianas. El de Marita y equipo es además de un trabajo generado con el apoyo de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación (SPU) que fue compartido y debatido en 2019 con radios cooperativas de todo el país.

Daniela Monje, también docente e investigadora cordobesa, desarrolla en su trabajo una perspectiva sustantiva que trae novedad al campo de la comunicación, la cultura y la política que comienza a construir como economía política de la comunicación popular. Recupera el campo ya consolidado de la economía política de la comunicación y le inscribe insurgencia, para mirar y comprender en el escenario infocomunicacional lo que acontece con las experiencias de comunicación del campo popular. Recorre así algunos rasgos característicos de esta corriente de estudios, sin dejar de considerar esta línea de investigación como un territorio en construcción.

Ana López y Javier Calderón se ubican como parte del movimiento cooperativo y, desde ese lugar comparten los principales rasgos institucionales del Idelcoop, antecedente fundamental del Instituto Universitario de la Cooperación (Iucoop). Allí señalan sus diversas prácticas de articulación con el campo educativo y de las organizaciones sociales, haciendo eje también en articulaciones y redes de distinto signo. Se proponen, a su vez, identificar la especificidad de la comunicación cooperativa como parte del más ancho sector de la comunicación popular y comunitaria.

Encontramos también en esta publicación una caracterización de los años de gobierno macrista en materia de comunicación audiovisual, en particular en lo referido al sector sin fines de lucro. En su aporte, Pablo Antonini y Cristina Cabral (presidente y vicepresidenta de Farco) enuncian los avatares de los proyectos de comunicación popular en una etapa de fuerte resistencia frente a políticas que se propusieron volcar las prácticas mediáticas a su condición homogénea de negocio comercial. La producción de contenidos radiofónicos, la formación de comunicadores populares y la incidencia en políticas públicas se expresan aquí como tres núcleos de acción de la etapa 2015-2019, y se proyectan como desafíos del presente y del futuro cercano.

Por último, el reconocido abogado constitucionalista Miguel Julio Rodríguez Villafañe, defensor del derecho humano a la comunicación en decenas de causas vinculadas a medios de comunicación cooperativa, popular y comunitaria, ofrece una mirada histórica que enriquece el conjunto presentado en esta publicación. No sin hacer referencia al contexto de su exposición, realizada en el Segundo Encuentro de Radios Cooperativas en 2019, donde los signos autoritarios del gobierno de la Alianza Cambiemos eran parte de la cotidianidad argentina. La necesidad de una normativa acorde al concepto de la comunicación como derecho fundamental de todas las personas, posible de ejercerse en la práctica periodística pero también en la vida social de toda la ciudadanía, configura una adecuada síntesis de la intencionalidad política de este libro.

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