El ADN del 76 en la prensa opositora
El orden de prioridades entre las noticias del día a día, las palabras elegidas para la conflictividad sindical y social y la prevalencia a ciertas figuras políticas, con el inagotable combustible que da la inflación y la interna del Frente de Todos, muestran a los medios opositores coincidiendo en el pronóstico de una «solución» en 2023 que recupera los propósitos de la dictadura cívico-militar.
Los ultras de Juntos por el Cambio empujan en esa dirección, como lo está haciendo Mauricio Macri con su amenaza de «reformas» a la medida del poder económico internacional y aliados locales, entre ellos su propio grupo empresarial, mientras Patricia Bullrich promete militarización.
La prensa opositora colabora con fervor en este desplazamiento hacia la ultraderecha, levantando día a día la figura de Javier Milei y sus perspectivas electorales y salpimentando con una cobertura acrítica y por momentos jocosa a la presencia en el país de Eduardo Bolsonaro, el hijo del presidente, con su intolerancia y hasta sus ostentosos insultos a la Argentina.
La descripción apocalíptica de la situación económica («se terminó la primavera massista», publicó La Nación el domingo), la manifiesta incapacidad de todos los sectores del oficialismo para tramitar diferencias, las protestas, los pocos sindicalistas que se paran ante la inflación, el conflicto en el sur andino, las marchas de movimientos sociales y hasta la violencia en el fútbol alimentan un cuadro de caos y disolución que puede ser enfrentado únicamente con recetas extremas.
El despliegue de Macri, escribió Carlos Pagni, demuestran que «va a fondo» con «reformas»: laboral, sindical, previsional y fiscal, con lo cual —dice— le habla al presunto «gradualismo» de Rodríguez Larreta, que para no ser menos llamó «héroes» a los empresarios que repitieron sus recetas de siempre.
Con esmero, Infobae sostuvo que Patricia Bullrich acaparó el mayor interés en Mar del Plata, con «la mesa más demandada», pero en esto discrepó La Nación, que dio a Milei ese lugar privilegiado, mientras Bonelli en Clarín puso en duda la consistencia del ministro Massa, al afirmar que «Wall Street» no cree que pueda mantener su política cambiaria, que por ahora elude una devaluación drástica, hasta las elecciones.
Este redactor de Clarín, y no sólo él, se enfocan fuertemente en el gobernador Kicillof. Van der Kooy se mostró el domingo indignado porque, «créase o no, conserva la fidelidad de un tercio del electorado bonaerense».
En todos estos artículos se da por sentenciado el resultado de la elección presidencial, aunque en algunos de ellos hay advertencias sobre exceso de optimismo y la incidencia de las disputas internas en Juntos por el Cambio.
«Un gobierno de sonámbulos», «Un país atravesado por la tristeza y la corrupción», «Un gobierno quemado por el fuego amigo» dan un contexto que, interpretó el ex Clarín Fernando González, ahora en Infobae, abre la puerta a los candidatos más duros y desfavorece a los «moderados», para lo cual se basa en opiniones de Franco Moccia, economista que fue funcionario de Macri. En una Argentina «crispada», aparece Bullrich con la amenaza de militarizar el sur andino y Rosario. Milei, agrega, tiene 20 % de intención de voto y la oportunidad de desplazar al peronismo al tercer lugar en las elecciones generales.
Entre Macri, Bullrich y Milei, más Pichetto a los abrazos con el hijo de Bolsonaro, cuya visita a Buenos Aires tuvo una cobertura más que generosa, el espacio que pretende ocupar Rodríguez Larreta se desdibuja. El mayor espacio mediático que obtuvo en estos días fue la publicidad sobre el muy oportuno «enamoramiento» con el que busca, como lo hizo Macri en su momento, entrar a la campaña con rostro y talante de ser humano común que sus acciones desmienten, como la cruzada contra estudiantes secundarios que empuja la monstruosa ministra Soledad Acuña.
La promoción de la fórmula política más dura para 2023 obliga a ciertos deberes a los que estos medios están ya acostumbrados, como ocultar la bochornosa decisión por la cual los jueces de Comodoro PRO se quedan con la causa conocida como Gestapo, cuando funcionarios vidalistas buscaron concertar maniobras de persecución contra el sindicalismo bonaerense.
Como es habitual, Santoro de Clarín anotó otro grotesco para la fuerza de tareas judicial. Al dar cuenta de que la maniobra montada por la llegada a la Argentina del avión venezolano de carga termina con la liberación de los tripulantes, no se priva de afirmar que se evitó una «acción de inteligencia» de los malos del mundo.
En este penoso palmarés esta vez cosecha el oro José del Río, de La Nación, en una nota que refleja con amplitud la proclama de Milei ante los empresarios: «Vengo a destruir definitivamente al kircherismo».
Y lo dijo, escribió, mientras «el sol reflejaba sus ojos», un verdadero prodigio astronómico. Se dirá que es un problemita de tipeo («¿el sol se reflejaba en sus ojos?»), pero no se puede negar que los psicólogos podrían hacerse una fiesta.