Desafíos para una salud decolonial
La decolonialidad da cuenta del pensamiento que analiza críticamente la matriz del poder colonial, que en el capitalismo global persiste bajo formas de conocimiento totalizantes que reafirman el binomio dominador-dominado. Desde ese enfoque, Rodolfo Kaufman convoca a debatir cómo podemos construir un programa político-sanitario decolonial.
«Comprendí entonces que cuando el hombre blanco se vuelve un tirano, es su propia libertad lo que destruye. Se convierte en una especie de muñeco sin vida, hueco, mera pose, la figura convencional del sahib (“Señor”). Y es que es condición de su mando dedicar su vida a impresionar por todos los medios a los “nativos”, de modo que en cada crisis ha de hacer lo que los “nativos” esperan de él. Lleva puesta una máscara a la cual se amoldan sus facciones. Tenía que matar al elefante.»
George Orwell[1]Matar a un elefante y otros escritos
Pienso que muchos queremos no dejarnos impresionar y alejarnos de discursos convencionales para considerar como desafío comprender los actuales como los pasados conflictos de una colonialidad/descolonización de América que siempre se ha montado sobre las complejas estructuras existente de los poderes locales. Su característica fundamental es la transformación permanentemente, el uso de las máscaras que alternan en función de las fuerzas geopolíticas y las interacciones económicas subordinadas del modo en que se configura cada ciclo del capitalismo.
Particularmente en el campo de la salud, América Latina ocupó un lugar de poder y privilegio reconocido internacionalmente, para comprender y actuar en los procesos de salud-enfermedad tanto en su territorio como en todo mundo. También por ser un importante sitio en la producción de conocimientos, investigaciones y prácticas de la medicina tropical desde mediados del siglo XIX hasta la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1945 y hasta finales del siglo XX fue actor clave en diversos proyectos sanitarios, receptora de financiamientos y contribuyente significativo al desarrollo de la Salud Internacional.[2]Perez-Brumer, A., Hill, D., & Parker, R. (2023). Latin America at the margins? Implications of the geographic and epistemic narrowing of «global» health. Global Public Health.
A partir de la década de 1990, el rol cambiante de la relación centro/periferia articuló la expansión del neoliberalismo, el que continúa desmembrando los Estados y las políticas sociales, situación que parcialmente explica la progresiva marginación de América Latina en salud pública en los últimos treinta o cuarenta años.
Los acontecimientos deterioran las acciones tendientes a mayor equidad y mejoras de los sistemas públicos de salud y, al mismo tiempo, evidencian el renovado giro del pensamiento ideológico desde donde se ha construido la salud global. Su auge se asocia con la globalización neoliberal, las innovaciones tecnológicas en sectores clave y la economía digital, que no paradojalmente es contemporánea con el surgimiento del enfoque teórico decolonial y de su protagonismo en la teoría social.
En la heterogénea realidad, las instituciones del norte global son las que finalmente definen los enfoques epistémicos y las regiones prioritarias en salud a escala mundial. Al mismo tiempo, de alguna manera, los tradicionales movimientos nacionales de América Latina se han cristalizado y asimétricamente empobrecido en la producción de conocimientos en relación con otras partes del mundo. Su capital intelectual acumulado durante décadas se dañó y la fuerte tradición de la medicina social y la salud colectiva busca reorientarse. Esta etapa, constituye un nuevo régimen de colonialidad con epistemologías unidimensionales que marginan la planificación, cooperación y las experiencias políticas estatales y comunitarias. En este sentido la salud global puede ser considerada como un «nuevo régimen de representación e intervención en salud»,queNancy Fraser denomina Neoliberalismo Progresista.[3]Nancy Fraser: «En el neoliberalismo, las mujeres se encuentran en la primera línea del activismo social»
Los nuevos desarrollos tecnológicos, tanto diagnósticos como terapéuticos, implican una rebiomedicalización de la salud con acceso y soluciones individuales que desplazan las políticas de derecho y reducción de las desigualdades. Un impulso que reactualiza un modo de gestión desde la matriz colonial de poder[4]Ver Aníbal Quijano, Cuestiones y horizontes: de la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder. «La matriz colonial de poder es un principio organizador que … Continue reading en un momento histórico que ya no requiere tecnocracias asépticamente neutrales y mucho menos proyectos de salud pública que sean obstáculo para la acumulación de un capitalismo globalizado, que promueve enfermedades carenciales, pobreza y daños ambientales.
Aunque el norte global traslade sus crisis al sur, las demandas existen… «Las alianzas propuestas contribuyen al desarrollo de capacidades esenciales de los recursos humanos y son cruciales para garantizar que las inversiones realizadas por el Gobierno del Reino Unido resulten en mejoras sostenibles en la salud de las poblaciones locales» (¡Y de las empresas corporativas globales!).[5]Ver No health without aid and development. Por lo tanto, «Instamos al Gobierno del Reino Unido a que restablezca la financiación para la ayuda y el desarrollo al 0,5 % del producto interior bruto lo antes posible. Mientras tanto, estamos dispuestos a servir de puente con nuestros socios globales».
Salud global son las organizaciones multilaterales y los donantes privados que reemplazaron a la OMS como responsables clave de la toma de decisiones en la definición de las prioridades sanitarias, geográficas y la distribución de los fondos. Frecuentemente, envuelto como fantasma epistémico y con apariencia decolonial, desarrollan proyectos que promueven integrar teorías, análisis y prácticas para organizar espacios de formación e investigación.[6]¿Cómo pueden unirse las instituciones de salud global al movimiento de decolonialidad? En respuesta, la colonialidad también es capturada y debería alejarse de los discursos académicos universales abstracto para arraigar en una lógica situada que fluya entre diferentes racionalidades y vivencialidades que permeen capilarmente las subjetividades, las prácticas laborales y la dinámica de una salud-enfermedad en transformación.
Entonces, si entendemos que el colonialismo histórico denota la práctica de dominación sobre un pueblo y su cultura y la apropiación de su riqueza, trabajo y ambiente y la decolonialidad la búsqueda de ideas, teorías y acciones alternativas …. ¿De qué manera llegar podemos construir un programa político-sanitario decolonial? ¿Quiénes serían los actores o grupo que darían sustancia a ese programa? ¿Como desarrollar el enfoque decolonial en la educación y la salud que confronte con la retórica academicista?
No cabe duda que los desafíos son múltiples que reúnen ideas contradictorias, diversas representaciones sociales, percepciones, corporalidades y culturas para organizar un propio juego que confronte con la organicidad de las supuestas certezas teóricas que ordenan las prácticas de un capitalismo aplastante. La colonialidad occidental es agresiva y vive en el interior de nuestros malestares promoviendo inversiones y consumos materiales de tecnologías disruptivas que avanzan claramente buscando liberar los obstáculos sociales que impiden resolver militarmente los conflictos hegemónicos.
La decolonialidad en salud no es garantizar una mayor diversidad nacional, racial, cultural y de conocimientos dentro de las estructuras de la salud global.[7]McCoy D, Kapilashrami A, Kumar R, Rhule E, Khosla R. Developing an agenda for the decolonization of global health. Bull World Health Organ. 2024 Feb 1;102(2):130-136. doi: 10.2471/BLT.23.289949. Epub … Continue reading Es una convocatoria a la capacidad de producir enfoques no estandarizados, afrontar desafíos políticos y asignar recursos económicos desafiantes de las relaciones sociales existentes cumpliendo un rol social activo y responsable tanto para despejar cegueras que liberen las fuerzas que discutan igualdad y el derecho a la salud.
Lo localista, lo espiritual, lo improductivo y lo demente pueden a veces acabar siendo mejores versiones de lo universal, lo realista, lo eficiente y lo cuerdo.[8]Ashis Nandy. El enemigo íntimo. Perdida y recuperación del yo bajo el colonialismo. Editorial Trotta, Madrid, España. 2021.
RODOLFO KAUFMAN
Medico especialista en salud pública. Docente de la Universidad Nacional de Tres de Febrero.
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Notas
↑1 | Matar a un elefante y otros escritos |
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↑2 | Perez-Brumer, A., Hill, D., & Parker, R. (2023). Latin America at the margins? Implications of the geographic and epistemic narrowing of «global» health. Global Public Health. |
↑3 | Nancy Fraser: «En el neoliberalismo, las mujeres se encuentran en la primera línea del activismo social» |
↑4 | Ver Aníbal Quijano, Cuestiones y horizontes: de la dependencia histórico-estructural a la colonialidad/descolonialidad del poder. «La matriz colonial de poder es un principio organizador que implica explotación y dominación en cuatro dominios interrelacionados: “control de la economía (apropiación de tierras, explotación del trabajo, control de los recursos naturales); control de la autoridad (institución, ejército); control del género y la sexualidad (familia, educación) y control de la subjetividad y el conocimiento (epistemología, educación y formación de la subjetividad.» |
↑5 | Ver No health without aid and development. |
↑6 | ¿Cómo pueden unirse las instituciones de salud global al movimiento de decolonialidad? |
↑7 | McCoy D, Kapilashrami A, Kumar R, Rhule E, Khosla R. Developing an agenda for the decolonization of global health. Bull World Health Organ. 2024 Feb 1;102(2):130-136. doi: 10.2471/BLT.23.289949. Epub 2023 Dec 8. PMID: 38313156; PMCID: PMC10835633. |
↑8 | Ashis Nandy. El enemigo íntimo. Perdida y recuperación del yo bajo el colonialismo. Editorial Trotta, Madrid, España. 2021. |