Televisión, melodrama y bioseries: Juan Gabriel, Luis Miguel y José José

En este artículo sus autores examinan las estrategias narrativas que estructuran las series biográficas de Juan Gabriel, Luis Miguel y José José transmitidas por canales de televisión y plataformas de streaming con alcance internacional, Sostienen que estas narrativas están enfocadas principalmente en las historias retrospectivas de los personajes centrales y sus luchas por alcanzar el «éxito». También discuten cómo esas historias se reconfiguran como melodramas para manejar las tensiones sobre el género, la sexualidad, la drogadicción y la familia. Y plantean que las series analizadas se enmarcan en lo que denominan melodramas de «redención», ya que la narración busca excusar la peor versión del personaje por el sufrimiento padecido en algún momento de la vida.
Autores: David Gonzáles Hernández, Antonieta Mercado Anaya, Efraín Delgado Rivera y Jaime Miguel González Chávez
Introducción
Tras una larga tradición de ficción convertida en formato de telenovelas en México, las bioseries han logrado recordarnos que el uso del melodrama continúa como uno de los gajes del oficio del negocio de contar historias. ¿Quién podría haber imaginado que, en tan solo cuatro años, el negocio de las productoras y los canales de televisión dependería de narrar la biografía de celebridades y/o estrellas del mundo del entretenimiento?
A pesar de que la telenovela sigue siendo el producto mediático de mayor circulación e impacto nacional e internacional, y a pesar del hecho de que «las telenovelas mexicanas han servido de escenario de integración y síntesis de elementos discursivos, tanto posmodernos como anacrónicos» (Orozco, 2006, p. 14), la producción de bioseries no ha perdido ni un ápice de su capacidad para articular el melodrama a las biografías de artistas, cuyas vidas se ven sujetas a una intensa exposición mediática. Como en el melodrama donde sobresalen los gestos o rasgos que representan la moral de cada personaje en forma de reconversión del teatro (Martín-Barbero, 1987), las bioseries representan no solo la continuación y renovación del melodrama para aquellos que han dedicado sus carreras a conseguir la fama, sino una innovación como producto para la mercadotecnia de la industria musical.
¿Por qué han adquirido semejante relevancia las bioseries de artistas musicales?, ¿son simplemente la expresión de un mercado televisivo y de plataforma en streaming en búsqueda de las audiencias globales?, o ¿quizá su relevancia está más relacionada con la memoria y los gustos de las audiencias que han descubierto que las vidas privadas de las celebridades pueden ser una sustantiva fuente de entretenimiento y, en muchos casos, reflejo de sus propias historias? No hay duda de que las vidas de las figuras públicas son rentables más allá del programa, y aquellos que tienen mucho que ganar si alimentan los acontecimientos y escándalos en el ámbito público tienen pocas razones para dejar de hacer negocios -incluyendo a las mismas celebridades convertidas en productores aliados con la industria del entretenimiento-.
Estaríamos malinterpretando las características de la bioserie y su emergencia o boom como el formato de ficción predominante de estos tiempos si lo comprendiéramos únicamente como la expresión de un gusto por el «chisme» o como el producto oportuno para generar ganancias de la industria televisiva y musical. La relevancia actual de las bioseries está unida a un más amplio conjunto de transformaciones industriales, estéticas y mediáticas digitales, que han dado pie al éxito de esos formatos, articulando entre otras cosas al melodrama como principal estrategia narrativa. Gracias al desarrollo de la televisión y al nuevo panorama digital (Piñón, 2016), las estrellas y sus vidas “íntimas” son mucho más visibles hoy que en el pasado. Resulta más rentable para la industria y los artistas contar sus vidas para aprovechar los llamados «mercados de la nostalgia» (Newland & Taylor, 2010), así como los eventos que preferían mantener fuera de la vista del público.
Este artículo examina estrategias narrativas de las series biográficas de Juan Gabriel, Luis Miguel, y José José transmitidas para la audiencia de los canales de televisión y las plataformas de Video on Demand (VoD), como una oferta emergente de ficción televisiva y de streaming. Se enfoca principalmente en las historias retrospectivas de tres estrellas de la escena musical, de sus luchas por alcanzar el «éxito» que se reconfiguran como un melodrama para manejar las tensiones sobre la sexualidad, la etnia, la clase social, la drogadicción y la familia. Las bioseries están sin duda imbuidas en la oferta televisiva de otros artistas, tanto de mujeres cantantes como de personajes del cine cuya significación se articula y se revive en el imaginario con la memoria colectiva (González, 1998). No obstante, hemos procurado seleccionar a los tres mexicanos que más discos han vendido a nivel nacional e internacional6 y que consideramos los más influyentes del siglo XX, en un intento por ofrecer un marco de análisis que haga posible esa «especie de entendimiento mutuo del cual abreva la «mexicanidad» más allá de sus dispositivos nacionalistas» (Orozco, 2006, p. 16).
Las bioseries y melodrama: continuidad y renovación del formato industrial
La bioserie es una palabra que aparece frecuentemente en la prensa de espectáculos y que brota para dar cuenta de los aspectos pocos conocidos de los grandes iconos. El término bioserie se relaciona con el significado de «novela biográfica» y «serie biográfica». De hecho, la noción de la bioserie se relaciona de con la larga trayectoria cinematográfica, una historia cuyo transcurso ha conservado la connotación del género de la biografía: las biopics o filmes biográficos. Aunque la palabra bioserie sigue en uso como término televisivo, como un programa serializado o fragmentado en minificciones sobre la vida de un personaje famoso. El término se usa también hoy en día para describir una más amplia forma narrativa relacionada con las plataformas de streaming, una forma que ya no se encuentra específicamente vinculada a los códigos de la televisión. Entonces ¿qué es una bioserie en el sentido actual del término? Como definición de trabajo, en este caso, podríamos decir que “bioserie” denota un programa serializado sobre la vida de un personaje famoso, que implican cierto tipo de autogestión de la narrativa, donde el personaje o su familia administran la visibilidad de la historia que se cuenta. Para ser más exactos, sugerimos que la bioserie se refiere principalmente a los eventos y circunstancias de los personajes famosos y que poseen tres características.
El aspecto más obvio de la bioserie es el hecho de que implique una producción de calidad o que cumpla ciertos valores o códigos estéticos. Una de las condiciones necesarias para que las bioseries sean «apelables» al gusto de las audiencias es que se haya producido con otros estándares a los usuales de la televisión abierta. Una segunda peculiaridad es que las producciones implican de forma característica un cierto grado de involucramiento de los mismos personajes de la historia. Por regla general, los personajes famosos suelen tratar de enfatizar algunos eventos y ocultar otros, una especie de administración de su visibilidad.
La bioserie no solo presupone una buena calidad de producción e involucramiento de las personas de las que se cuenta la vida: también presupone narrarse con un determinado grado de melodrama, casi similar a una telenovela pero que, además de trabajar amores, también puede mostrar acontecimientos del pasado, públicos y colectivos -como cuando se trata de realizar ficciones de la historia mexicana (Charlois, 2010). Fue Martín-Barbero (1987) quien dijo que en América latina el melodrama tuvo una estética propia, como mediación, que fue del teatro y pasó por el radio, cine y televisión, donde las opciones narrativas se reducen a cuatro estereotipos: el héroe, la víctima, el malvado y el bobo.
El auge de la bioserie como fenómeno de significación que rebasa lo local es un desarrollo que coincide con la renovación (Orozco, 2006) de la telenovela «al modelo Televisa» (Mazziotti, 2005) y facilitación de su consumo exacerbado como mercancía de «marca» y exportación. Si desde los cambios en la telenovela se había consolidado su desarrollo, producción y circulación, lo que se aprecia hoy en día con las más recientes producciones de las bioseries es una narrativa más «compleja» (Mittell, 2006; Piñón, 2016) que fragmenta el relato no solo en episodios engarzados bajo criterios biográficos muy cercanos al melodrama de «redención» sino también lo fragmenta en canciones que encuadran la trama bajo criterios sensoriales y musicales que cambian el peso y la interpelación de la narrativa hacia el fan en potencia.
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