Los likes no son votos
Las redes sociales son clave en la política contemporánea: intervienen en los debates del día a día e instalan temas en agenda. El balotaje enfrentará a dos políticos con estrategias diametralmente opuestas. Milei es un influencer multimediático: no se hizo conocido como economista, sino como un personaje de la comunicación. Hoy se apoya en cuentas adyacentes que le dan forma a su comunidad y propagan los mensajes de La Libertad Avanza. Massa ya era Massa antes de llegar a las redes. Con trayectoria política por fuera de las pantallas, las adopta como amplificadoras de su mensaje: gestión y campaña, un político predigital. De la caja negra de las redes al cuarto oscuro.
Cuando las PASO colocaron a Javier Milei como el candidato a presidente más votado, una de las lecturas más recurrentes sobre su éxito electoral se concentró en su uso de las redes sociales. Sin gran armado territorial, sin estructura partidaria consolidada, con una corta trayectoria en política, el primer puesto del libertario fue una sorpresa. La centralidad de los jóvenes varones en su electorado, así como la particular presencia de Milei y su comunidad de seguidores en redes como Tik Tok, Instagram y Twitter llevó a que muchos hayan señalado su performance digital como algo distintivo.
Al igual que los otros cuatro candidatos que formaron parte de las elecciones generales, Sergio Massa y su equipo de campaña consideraron, después de las primarias, que el terreno digital sería uno de los espacios clave desde donde dar la disputa por la presidencia. Sin embargo, en lugar de dar un giro radical y buscar ser lo que nunca había sido, el ministro de Economía apostó por construir un perfil en las redes que siguiera su trayectoria como político. Para el candidato de Unión por la Patria, las redes fueron, entonces, un espacio de comunicación y masificación de sus actos políticos y de campaña.
El balotaje enfrentará a dos políticos con una presencia totalmente diferente en las redes sociales.
Milei es, antes que cualquier otra cosa, un influencer: una persona que se hizo conocida por sus performances públicas en televisión, que comenzaron hace siete años, y por su participación en redes. No se hizo conocido como político ni como economista, sino como un personaje de la comunicación. A medida que crecía, alrededor suyo se articuló una comunidad digital y política (que en algunos casos lo precedía). En tiempos de economía de la atención, lo que prima es el recorte y la capacidad de decir las cosas en poco tiempo y con contundencia. No es casual, entonces, que el ascenso de Milei haya cumplido con el efectismo que demanda la sociedad digital. El libertario cumple, además, con el prototipo del troll: descalifica a sus adversarios, sus insultos son variados y virales y arrasa el debate ante cualquiera que busque refutar sus argumentos. Los medios y las redes fueron y son su lugar de constitución. Milei está en los medios, pero, sobre todo, él mismo es un medio.
La actividad de Massa en las redes sociales es diferente, más instrumental. Su capital político no fue configurado en ese espacio, sino que sus intervenciones en las redes sirven para mostrar lo que hace en otros lugares. Sin dudas, entre las PASO y las generales creció la militancia digital y su presencia en esos espacios, tanto como su peso en ellas. No obstante, siguió siendo un lugar en el que se expresaban acontecimientos que pasaban en otro lado: visitas, actos políticos o medidas gubernamentales, como una campaña política a la vieja usanza. Massa ya era Massa antes de llegar a las redes. Las redes fueron un medio.