Golpes a ciegas
Días atrás, Mauricio Macri visitó Córdoba con el objeto declarado de presentar su libro Segundo Tiempo. Allí hubo golpiza para un periodista caracterizado como “opositor” de parte de un miembro de su custodia –algo que, lamentablemente, se convirtió en bastante usual para el PRO-, elogios para el Gobernador Schiaretti y un anuncio significativo: el candidato de Mauricio en Córdoba para encabezar las listas es Gustavo Santos. ¿Mario Negri y los radicales? A la cola.
La unidad de Juntos por el Cambio en la provincia más anticristinista del país está puesta en duda. Los radicales reclaman encabezar la coalición, en atención al peso efectivo en los sufragios y en el ejercicio del poder municipal en la provincia, pero Mauricio Macri quiere consolidar su capital político en el marco de su disputa por el liderazgo nacional de Juntos por el Cambio con Horacio Rodríguez Larreta. Y, como ha sucedido siempre en esta coalición, las reglas de juego son desprolijas o, directamente, no existen.
Radicales y vecinalistas evalúan seriamente organizarse prescindiendo de Macri. Luis Juez, alguien que no tiene una estructura importante pero sí gran instalación mediática, anticipó, tras la visita de Macri a la provincia, que su continuidad en la coalición está sujeta a revisión, y convocó para el 2 de junio a una reunión de fiscales de su partido.
Otra que ya anunció que no respaldará el proyecto de retorno a la presidencia de Macri es Lilita Carrió, a quien disgustó la descalificación que Mauricio hizo de su amigo Mario Negri. Más aún cuando vino acompañada de un elogio a Juan Schiaretti y su «cordobesismo». El juego de Macri con el peronismo cordobés anti-k conmueve a toda la coalición JxC. Por esa razón no extrañó que el referente de la Coalición Cívica en Córdoba, Gregorio Hernández Maqueda, saliera inmediatamente a tomar distancia de Gustavo Santos. «Con él tenemos posiciones políticas sobre el Gobierno provincial, del cual era funcionario cuando nosotros lo denunciábamos, y una amplia coincidencia a nivel nacional. Lo que no puede pasar es que se rompa Juntos por el Cambio, porque eso es ser funcional al kirchnerismo».
Lilita quiere una coalición fuerte, con Mauricio Macri degradado o afuera. La mayoría de los radicales cordobeses también, y sólo algunos, como el Presidente de la Convención Nacional, Jorge Sappia, el legislador Dante Rossi y el intendente de Bell Ville, Carlos Briner, fogonean reabrir la discusión sobre la continuidad de la alianza con el PRO.
Si bien Santos no ha conseguido imponer su candidatura a Senador, la del radical muy próximo al PRO, Rodrigo de Loredo -a quien instaló como candidato a primer diputado-, en cambio, parece estar mucho más consolidada. Quedan dudas sobre la actitud que tomará Mario Negri, quien expresa una “profunda decepción” con Mauricio Macri.
«Macri cree que los votos son de él. Es como si Lavagna hubiese pensado en 2009 que los votos de Córdoba eran de él. Córdoba es antikirchnerista, no macrista” -afirman en su entorno. Y ven con preocupación que la visita de Macri a Córdoba, en lugar de fortalecer a los candidatos propios, hizo que “muchos votantes de Juntos por el Cambio hayan decidido votar a la esposa de Schiaretti», que encabeza la lista de senadores del “cordobesismo”.
En el PRO, en cambio, esta opción no preocupa demasiado ya que sostienen que el intendente de Córdoba, Martín Llaryora, no es el sucesor natural de Schiaretti. «El heredero natural es Mauricio, y quien lo representa a él es Santos». aseguran, mirando las elecciones de gobernador de 2023.
La movida de Macri ha tenido un doble impacto. A nivel provincial, conmoviendo la estructura de la coalición JxC. A nivel nacional, lanzó un dardo envenenado a Rodríguez Larreta para recordarle que la principal provincia opositora le responde. Pero su jugada es doblemente peligrosa, ya que, por un lado, expone al estallido del armado en la provincia mediterránea y, por otro, le sube el precio a Schiaretti en su pretensión de llegar a la presidencia o, al menos, a la vicepresidencia junto al Jefe de Gobierno de la CABA.
Mauricio está acorralado y no tiene asesores de fuste alrededor. Ya no están Jaime Durán Barba ni Marcos Peña Braun. Echó a Emilio Monzó y a Frigerio de la mesa chica antes de terminar su gestión, y, como si fuera poco, tiene como principal ladera a Patricia Bullrich, que es como una granada sin seguro y que, para peor, pretende acceder a la presidencia a costa del propio Macri.
A fin de cuentas, un Macri en estado puro. El investigador Rocco Carbone, autor del libro Mafia Capital, afirma que «si analizamos la teoría del Estado del gobierno de la Alianza Cambiemos (un entramado muy complejo de vertientes neoliberales, ceo-liberales, oligárquicas, neo-golpistas y neo-coloniales) aparecen lógicas manifiestas y descarnadas de índole mafiosa: la deportiva, la familiar, la violencia, la pe(n)sada herencia y los cuadernos (fotocopias) extraviados de las coimas, la protección, la negación y la extorsión».
Justo cuando Mauricio Macri se decide a salir a jugar fuerte para no perder el liderazgo de Juntos por el Cambio, se produjeron los atentados contra dos locales del Frente de Todos, y Patricia Bullrich hizo el ridículo denunciando sin pruebas un supuesto pedido de coimas del Gobierno de Alberto Fernández a Pfizer, que el laboratorio se encargó de desmentir inmediatamente. Tanto Ginés González García como Alberto Fernández anunciaron que realizarán acciones penales y civiles contra la Presidenta del PRO. No es que esta práctica de lanzar bombas de humo contra el FdT sea nueva en JxC: más bien es la norma. El problema es que ahora involucraron a intereses corporativos que cotizan en Wall Street, por lo que el costo de esta actitud no será menor para los «halcones» del PRO.
Involuntariamente, el despropósito de Patricia Bullrich fortaleció a las «palomas» del JxC, y le dio a Lilita Carrió la posibilidad de descalificar a sus adversarios internos, definiéndolos como «políticos hipócritas». Para la líder de la Coalición Cívica fue una victoria moral sobre quienes intentaron pasarla a retiro. Para JxC, la posibilidad de tapar momentáneamente el escándalo producido por el asilo político solicitado —y denegado— a las autoridades uruguayas por “Pepín” Rodríguez Simón. Está en el Frente de Todos demostrar su capacidad para explotar políticamente el edificio de corrupción y estafa montado por el Gobierno de Cambiemos.
En este contexto resbaladizo, un Mauricio Macri librado a sus propias fuerzas juega de manera desmañada, tratando de provocar impacto mediático. Para ello lleva impulsa una campaña destituyente a través de su nuevo juguete: el canal LaNación+. Su principal sostén sigue siendo el blindaje mediático —no tan eficiente como en el pasado— que le brindan varios medios de comunicación, sus relaciones con algunas corporaciones, el Poder Judicial y algunos grupos de ex funcionarios de inteligencia. Pega golpes a ciegas, sin importar el daño que provoque a la democracia argentina.
Aunque este desprecio por las instituciones democráticas tampoco es ninguna novedad.
Artículo publicado originalmente en Revista Mugica