Concentración, convergencia y automatización: un modelo que desafía la diversidad y el debate democrático
Al intervenir en la audiencia pública convocada por la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual en la región Buenos Aires, el miembro de la CCD, Luis Lazzaro, reclamó por la derogación del Decreto 267/15 del macrismo y nuevas normativas que regulen el mundo digital con perspectiva de derechos. Señaló que la concentración del mercado digital cancela el debate democrático y lo reemplaza por el impacto emocional de las noticias falsas, los discursos de odio y otras prácticas que cercenan la discusión en que debe apoyarse la democracia. También enfatizó sobre la necesidad de actualizar el debate que puso en valor los derechos ciudadanos en materia comunicacional en la Argentina y América Latina desde comienzos del siglo XXI. La audiencia se realizó en el aula magna de la Universidad Nacional de La Matanza ayer y tuvo como título de referencia Concentración de la propiedad, nuevos medios digitales y derecho humano a la comunicación.
Vivimos un tiempo de simultaneidad entre los procesos de concentración y convergencia en el mundo audiovisual, mientras el capitalismo avanza hacia un modelo de producción basado en el uso automatizado de datos. La digitalización de la información personal y su apropiación por un oligopolio de empresas tecnológicas que utilizan mecanismos de inteligencia artificial, dominan la sociedad contemporánea mediante plataformas que organizan los consumos culturales y los escenarios políticos a través de algoritmos opacos y fuera de control.
La automatización de la vida social ganó centralidad, especialmente a partir de la pandemia de covid-19 en 2020, que introdujo la mediación tecnológica como nueva articuladora del trabajo, la educación, las relaciones sociales y el entretenimiento.
Las empresas con mayor capitalización del planeta son, en la actualidad, las grandes corporaciones tecnológicas. Su expansión agravó las asimetrías no solo con los usuarios y las audiencias, sino también con la capacidad regulatoria de los Estados, al convertirse en actores supranacionales, cuya facturación supera largamente el PBI de países como la Argentina. El impacto social y cultural de este nuevo modelo productivo mediante la «minería» y procesamiento de datos está a la vista. Este nuevo escenario requiere de una ampliación de las miradas que tutelen los derechos de las audiencias, con independencia de los soportes por donde reciben la información y los bienes culturales.
El escenario actual reproduce las lógicas de concentración que caracterizaron el ciclo neoliberal de los años noventa, pero en una escala exponencialmente superior, con mercados que se expanden sin fronteras ni obligaciones regulatorias, posibilitando una fuga de divisas en forma directa desde el hogar y dificultades para la competencia. En ese recorrido, los receptores dejaron de ser un público anónimo e indeterminado para convertirse en bases de datos localizados e individualizados.
Las fusiones y adquisiciones en las grandes ligas audiovisuales llevaron a que para el 2010, seis grandes conglomerados con sede en los EE. UU. provean el 80 % del consumo mundial de cine (exceptuando los mercados de India y China), el 70 % de los contenidos de ficción televisiva y el 50 % de los contenidos fonográficos globales. Tal predominio está a su vez en disputa a partir de la expansión global de Internet como el mayor proveedor de bienes y servicios culturales e informativos.
En por ello que resulta necesario actualizar el debate que puso en valor los derechos ciudadanos en materia comunicacional en América Latina desde comienzos del siglo XXI. Entre 2004 y 2014, la región latinoamericana produjo un significativo avance mediante la sanción de leyes sectoriales en materia de derechos a la comunicación en al menos once países, al tiempo que varios de ellos introdujeron reformas constitucionales y leyes que declararon el acceso a Internet como requisito para ejercer el derecho humano a la comunicación.
El paradigma que a mayor digitalización, mayor democratización en el acceso a la información ha resultado falso. La concentración empresarial en la información y la cultura se continuó en los nuevos monopolios de conectividad y paquetes de servicios cruzados de comunicaciones. Los procesos de concentración convergente en Argentina alentados por el ciclo neoliberal 2015-2019 determinaron que «cuatro empresas acumulen el 80 % de las conexiones de banda ancha fija, aunque uno solo de ellos —grupo Clarín— concentra el 46 % de los accesos. Le siguen Movistar (Telefónica de España) Telecentro y Grupo Supercanal, según Cabase». [1]Citado por Piazza, Andrés y otros ¿Hay concentración en Internet en América Latina? El caso Argentina. Observacom, febrero de 2021 De acuerdo con la misma fuente, la red social Facebook fue la principal plataforma de acceso a las noticias en 2020 (65 %), seguida de WhatsApp (38 %), YouTube (26 %), Instagram (23 %), Twitter (14 %) y Facebook Messenger (10 %).
Se trata, como se advierte, de una nueva trama de producción, circulación e intercambio de bienes y servicios que plantea renovados desafíos para el pluralismo informativo, la cultura nacional y el funcionamiento democrático. El mercado digital ya no distingue entre bienes informativos o culturales y bienes mercantiles; todo se reduce a bites circulando —como commodities— por Internet. Si los seis mayores proveedores de contenidos y servicios audiovisuales de los Estados Unidos (Comcast, Disney, Time-Warner, News Corporation, CBS y Viacom, dueña en Argentina del grupo Telefé) facturaron en 2014 más de doscientos mil millones de dólares, los cinco grandes del grupo Gafam llevaron sus números a un valor superior a los u$s 320.000.000.000, cinco años después.
En la Argentina la regresión en materia de derechos operada entre 2015 y 2019 no solo alentó la mayor concentración del mercado convergente de las comunicaciones (Clarín/Telecom, 2018), sino también el abandono de políticas de protección a la producción nacional y local así como de fomento del pluralismo y la participación federal. Esa matriz regresiva es la misma que, de la mano de una justicia cómplice, convalida los abusos en los precios de Internet, televisión paga y telefonía. Así se vio en los aumentos de octubre último, en los que el rubro comunicaciones lideró con un 12 % el aumento del costo de vida. Como se ve, entonces, la concentración convergente no sólo supone menos diversidad sino también mayor brecha social.
La desigualdad fiscal y regulatoria favorece a las plataformas globales, que dominan el negocio de aplicaciones y contenidos sin que sus negocios tributen ningún gravamen que permita fomentar la producción nacional, a diferencia de las obligaciones que desde hace años les impone la Unión Europea. Según un informe del Observatorio Audiovisual del Incaa, Estados Unidos acaparó el 83 % de las importaciones argentinas de servicios audiovisuales digitales en 2021, [2]Observatorio Audiovisual Incaa, Leandro González. Importación de servicios audiovisuales digitales en Argentina, agosto 2022 los que totalizaron u$s 340.000.00. La importancia de los servicios audiovisuales es que representan el 70 % de los más de u$s 2.500.000.000 correspondientes a servicios digitales importados por el sector hogares entre 2016 y 2021 según el Observatorio Audiovisual del Incaa.
Los cambios en la cadena de valor que se originan con el streaming de películas, series, obras fonográficas o contenidos de no ficción replantean y reestructuran los modelos de negocios y los consumos. Según el Observatorio de Medios & Entretenimiento de la UADE, siete de cada diez jóvenes argentinos ya eligen al streaming por sobre cualquier otro medio clásico. Una encuesta mostró que el 85 % de los jóvenes consume audiovisual a través de medios «no tradicionales»”, mientras que el restante 15 % se reparte entre la TV de aire y la TV por cable.
Ese desplazamiento no habla solo de nuevos dispositivos, sino de nuevos consumos culturales, nuevas agendas, nuevas escuchas y visionados, nuevos mercados que escapan a las lógicas de fomento y tutela de la producción nacional de la regulación audiovisual.
Las recientes fusiones entre Disney-Fox y Discovery-WarnerMedia, con altos niveles de afectación de la competencia e impacto en la Argentina son otro ejemplo de la concentración. [3]CNDC. Referencia: CONC. 1692 – Dictamen – Subordina Art.14 b) Ley 27.442. 23/12/2021. Referencia: CONC 1850 – Dictamen – Informe de Objeción, artículo 14º de la Ley N.º … Continue reading Esas operaciones dejaron en manos de dos operadores con sede en los Estados Unidos, el manejo de la grilla de la TV paga. Ambas corporaciones proveen nada menos que 56 canales de la grilla (básica y premium) que ofrecen los cableros locales. Entre ambas dominan el sector deportivo con las diversas versiones de ESPN, FOX y TNT. También imponen la grilla infantil con los productos de Disney, Cartoon y Discovery. Asimismo, exhiben posiciones dominantes en los mercados de ficción cinematográfica y series, entretenimiento de no ficción, género documental, entretenimiento general y fuerte presencia en señales de noticias.
El auge de las plataformas de Internet introduce, por su parte, el riesgo de caer en la monocultura, causada por la selección automatizada de contenidos de acuerdo a los perfiles. Las aplicaciones de inteligencia artificial a los consumos culturales mediante el uso de big data y la curación por algoritmo de los contenidos conllevan el riesgo de consumir siempre más de lo mismo, mediante la repetición de perfiles, clausurando toda posible diversidad.
En el campo de las redes sociales y la circulación de información, la combinación de estos factores conduce también a fenómenos que cancelan el debate democrático y lo reemplazan por el impacto emocional de las noticias falsas, los discursos de odio, la desinformación y otras prácticas que cercenan la discusión en que debe apoyarse la democracia. Tales amenazas se hacen más que evidentes a la luz de los recientes atentados contra el orden constitucional encabezados por el intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.
La pérdida de lectura crítica puede apreciarse en el uso de motores de búsqueda como Google, plataforma monopólica de acceso a datos en la red. Según un informe de Observacom de 2022, el 96,3 % de los millones de búsquedas realizadas en Sudamérica en agosto de 2022 ocurrieron en ese buscador. El 28 % de las veces, los usuarios hicieron clic en el primer resultado, sin mirar ninguno de los ubicados debajo, favoreciendo así el consumo direccionado de contenidos bajo una lógica mercantil.
Sería imposible sintetizar en este breve espacio la multiplicidad de consecuencias políticas, sociales, económicas y culturales que aparecen a partir del predominio de esta versión tecno-informática de la economía. Pero es evidente que hay un timbre sonando en la puerta de la política para encarar los debates que son imprescindibles para la salvaguarda de la democracia. Uno de ellos es sin dudas, la derogación inmediata del Decreto 267/15 que permita restablecer pisos de regulación a favor de la diversidad y el federalismo. En el mismo sentido, resulta indispensable que más temprano que tarde se amplíen las facultades de esta Defensoría para que sea un organismo republicano, con origen en ambas cámaras del parlamento, quien proponga las mejores prácticas y el uso crítico y reflexivo del mundo digital como instrumento para fortalecer la ciudadanía y la soberanía informativa..
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Notas
↑1 | Citado por Piazza, Andrés y otros ¿Hay concentración en Internet en América Latina? El caso Argentina. Observacom, febrero de 2021 |
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↑2 | Observatorio Audiovisual Incaa, Leandro González. Importación de servicios audiovisuales digitales en Argentina, agosto 2022 |
↑3 | CNDC. Referencia: CONC. 1692 – Dictamen – Subordina Art.14 b) Ley 27.442. 23/12/2021. Referencia: CONC 1850 – Dictamen – Informe de Objeción, artículo 14º de la Ley N.º 27.442, 05/08/2022 |