La prensa opositora se acerca a Milei, igual que Macri
La repetición de la sentencia sobre un modelo político agotado, el relato del «hartazgo» de la población, el acostumbrado antiperonismo y la insatisfacción con algunos sectores de Juntos por el Cambio acerca cada vez más a los medios opositores al extremista Javier Milei, infaltable en los primeros planos «noticiosos» de las últimas dos semanas.

Tratando de dotar de fundamento a este trabajo de promoción, sin el cual Milei no sería una presencia política significativa en la Argentina, Van der Kooy escribió el domingo en Clarín que el ultraderechista representa un giro «liberal» de «una parte importante de la sociedad», y que esa es la premisa en la que trabaja Macri.
Confirmó esta toma de posición escribiendo a continuación sobre un «orden político que hace décadas no da respuestas», y solo le faltó reforzar la consigna de los setenta años, que en alguna etapa Macri recitaba. El mismo día, Morales Solá reforzó escribiendo sobre falta de esperanza y enojo de la población por la «indiferencia de los gobernantes».
Ya el lunes, la secuencia continuó con el primer plano dado a Patricia Bullrich y su definición de fondo: «la gente» quiere un «cambio drástico» como el que Milei postula a los gritos.
Las reiteradas réplicas de Alberto Fernández a Cristina Kirchner durante el viaje a Europa, aparentemente relatadas en detalle por algún allegado, habían motivado en Clarín, Infobae y La Nación unos días de cierta bonanza en el trato al presidente, pero sus idas y vueltas respecto de los ingresos de la patronal agraria volvieron a precipitar títulos y opiniones condenatorias. Esta vez no se puede culpar a los medios de haber encabezado las hostilidades, porque el ministro Domínguez se apuró para anotarse primero en el rechazo a la idea deslizada confusamente por el mandatario.
Antes de presentar el Plan GanAr en Córdoba, hablé con @alferdez, @JuanManzurOK y @gabicerru. Desde que asumí, la preocupación del Presidente es el aumento de los alimentos para las y los argentinos. De ninguna manera se van aumentar las retenciones ni enviar un proyecto de ley.
— Julián Domínguez (@DominguezJul) May 20, 2022
Además del notable desarreglo político que ofrecen diariamente todos los sectores que integran el Frente de Todos, que abastece generosamente el trabajo de la corporación mediática, persistieron otras maniobras de fondo en pos de una reconfiguración del poder político. En esto, el cortesano supremo Rosatti sigue cosechando aplausos y elogios. Pagni lo felicitó el martes en La Nación por la «inteligencia» de atender los «intereses de la sociedad» con el acto que organizó en Rosario con la mascarada de hacerle frente al narcotráfico. Busca, dice, que la sociedad vea en la Corte un poder que puede «darle soluciones».
Esa misma Corte, insistió en la misma tónica de redactores de Clarín, se apresta a tomar decisiones contra Cristina Kirchner en algunas de las causas en las que tiene decisiones pendientes. Cuenta con “pruebas demoledoras” y las consecuencias serán “traumáticas” para la Vicepresidenta, se entusiasmó.
En estos extremos, Van der Kooy condenó una vez más al ministro de Justicia y felicitó por la réplica a Soria que tomó a su cargo Lorenzetti, sobre quien Clarín dejó al margen, al menos mientras siga siendo parte de la ofensiva contra el Ejecutivo y el Congreso, los carpetazos sobre sus andanzas en Rafaela. También aquí hay una secuencia coordinada: Clarín le ofreció su tribuna a Rosatti para que confirmara este rol político cacareando contra una reforma constitucional y, casi como precandidato, parloteando contra la expansión monetaria y un modelo que «castiga al que progresa».
En semejante contexto de avances hacia el extremismo, los dactilógrafos del dispositivo de poder pierden toda timidez: Morales Solá publicó el miércoles un estrafalario alegato macrista de inocencia en el estropicio del Correo Argentino. Llega a decir que todas las culpas al respecto son del Estado, que el patrón hizo todo bien y que prácticamente no tiene nada que pagar ni resarcir, pues hay «sospecha de una persecución política». No es fácil saber si le pidieron tanto o si se trata de la evidencia de una descomposición profesional y moral que no encuentra límite.
Y, como se dice en el barrio, no dejan títere con cabeza: Clarín, con firma de Roa, atendió el domingo al Papa con el verbo encendido que suele usar cuando hace mandados contra el peronismo. No solo verbo encendido, sino la fórmula clásica de deslizar rumores de corrupción en las oficinas vaticanas. El reproche se debe a que el Pontífice recibió y se sacó una foto a solas con el gobernador Capitanich, después de negársela a Cafierito.
Así, la nota se enfoca en dos laicos argentinos, colaboradores que Francisco «promueve». Los pone en su mira por «cómo se financian» y «en qué gastan la plata». Del Corral y Palmeyro, de ellos se trata, «atraen donaciones de gobiernos y empresarios» y «recompensan con citas y fotos con el Papa cuyo tamaño, en general, depende del tamaño del aporte». Da para mandar excavadoras a la Santa Sede.