La memoria

«Somos la memoria que tenemos» dijo José Saramago. De cara al futuro —y mientras un expresidente repite como un mantra que haría lo mismo que hizo durante su primer mandato (en realidad intentó sin éxito avasallar conquistas sociales) pero más rápido— vale la pena reflexionar acerca de la construcción de la memoria como tarea colectiva.

José Saramago, autor de Ensayos sobre la ceguera y El evangelio según Jesuscristo, entre otros textos que le valieron el Premio Nóbel de Literatura

La Universidad de Granada organizó del 18 al 22 de abril de 2005 un encuentro que se llamó Una semana con Saramago. En uno de esos días dejó una frase, como muchas de las que desgranó a lo largo de su vida, que repercute en la construcción del sentido común: «Hay un dicho que es tan común como falso: El pasado, pasado está, creemos, pero el pasado no pasa nunca, si hay algo que no pasa es el pasado, el pasado está siempre, somos memoria de nosotros mismos y de los demás, en ese sentido somos de papel, somos de papel donde se escribe todo lo que sucede antes de nosotros, somos la memoria que tenemos».

Esto sirve como una llamada de atención, como una luz que se prende en el tablero ante una emergencia. Por estos días, el expresidente Mauricio Macri hizo un adelanto de su nuevo «libro» donde hace una descripción de su plan de gobierno si llega a la presidencia por segunda vez. No importa reproducir acá sus dichos, sino reflexionar justamente acerca del uso de la memoria. La construcción de la memoria es una tarea colectiva; pero en solitario, detrás de un ordenador, militando desde el ciberespacio, se diluye el trabajo colectivo bombardeado por la estrategia de la derecha de machacar con inacabables noticias que diluyen la realidad, que dificultan la posibilidad de elaborar una salida que tenga como horizonte un futuro digno de ser vivido.

Según el pensador coreano Byung-Chul Han, se ha demostrado que la democracia digital en tiempo real —la democracia del futuro con la que se soñó en los primeros tiempos de la digitalización— es una completa ilusión. Dice en su libro Infocracia: «Los enjambres digitales no forman un colectivo responsable y políticamente activo. Los followers, los nuevos súbditos de los medios sociales, se dejan amaestrar por sus inteligentes influencers para convertirse en ganado consumista. Han sido despolitizados. La comunicación en las redes sociales basada en algoritmos no es libre ni democrática. Esto conduce a una nueva incapacitación. El smartphone como aparato de sometimiento es todo menos un Parlamento móvil. Al publicar sin cesar información privada en un escaparate móvil, acelera la desintegración de la esfera pública. Produce zombis del consumo y la comunicación, en lugar de ciudadanos capacitados».

Y, mucho antes, Carlos Marx planteaba: «No es la conciencia del hombre la que determina su ser sino, por el contrario, el ser social es lo que determina su conciencia». Además, dice: «el lenguaje es tan viejo como la conciencia, el lenguaje es la conciencia práctica, la conciencia real, que existe también para otros hombres y que, por tanto, comienza a existir también para sí mismo; y el lenguaje nace, como la conciencia, de la necesidad de los apremios del intercambio con los demás hombres».

Urge la decisión política del gobierno de construir el marco en donde se pueda dar la discusión de esa construcción popular de una comunicación que nos permita encontrarnos, codo con codo, recuperando el país que el neoliberalismo, casi nos quitó y que tiene todas las intenciones y la voluntad de ejecutar a costa de la desgracia de millones.

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Sergio Peralta

Integrante de Esfera Comunicacional. Periodista y docente, fundador del Canal 3 de Televisión Comunitaria de San Martín, Mendoza; exdirector del LV8 Radio Libertador; militante de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en la Coalición por una Comunicación Democrática. Publica en distintos medios de comunicación del país y del exterior.

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