Instagram y Facebook eliminan a los verificadores de información

Con el nuevo plan de Zuckerberg de no moderar, las redes sociales de Meta se llenarán de odio y acoso.

Las redes sociales lideradas por Mark Zuckerberg dejarán de emplear a verificadores de hechos independientes.

Meta, la compañía de Mark Zuckerberg que maneja Facebook e Instagram, anunció que abandona el uso de verificadores de datos independientes en esas dos redes sociales. La comprobación de datos será sustituida por «notas comunitarias», similares a las que aparecen en X (anteriormente Twitter), y en las que los comentarios sobre la exactitud de las publicaciones se dejan en manos de los usuarios.

Meta, la compañía detrás de Facebook e Instagram anunció una serie de cambios significativos en sus políticas de contenido. Según ha declarado su fundador, Mark Zuckerberg, en un mensaje en video, la empresa eliminará los verificadores de datos y reducirá drásticamente la censura en sus plataformas. Además, impulsará la recomendación de contenido político como parte de un esfuerzo por «priorizar la libertad de expresión».

Zuckerberg explicó que los verificadores de datos serán reemplazados por notas comunitarias similares al sistema utilizado por X, donde los usuarios añaden contexto a las publicaciones polémicas. Justificó esta decisión afirmando que los verificadores actuales son «demasiado sesgados políticamente» y han generado más desconfianza de la que han solucionado.

Meta, que cuenta con más de tres mil millones de usuarios en todo el mundo, también eliminará restricciones sobre temas como la inmigración y el género y colaborará con el gobierno de Trump para contrarrestar leyes internacionales que «censuran empresas estadounidenses». Zuckerberg también criticó a Europa por legislar de manera restrictiva y señaló que algunos países de América Latina tienen «tribunales secretos» que ordenan la eliminación de contenido.

Zuckerberg defendió la reducción de filtros como un paso hacia el equilibrio entre libertad de expresión y moderación responsable. Aunque admitió que la empresa detectará menos violaciones de baja gravedad, destacó que esta estrategia reducirá la eliminación accidental de publicaciones y cuentas legítimas. «Este es un compromiso: menos errores de censura, pero también menos control sobre el contenido dañino», ha afirmado.

Estos anuncios llegan días después que Nick Clegg, presidente global de asuntos públicos de Meta, renunciara, siendo reemplazado por el republicano Joel Kaplan. En un contexto político polarizado, las compañías tecnológicas y los medios de comunicación parecen estar ajustando sus estrategias para alinearse con las prioridades de la nueva administración en la Casa Blanca. Con el regreso de Donald Trump, un defensor abierto de la libertad de expresión sin restricciones, estas empresas enfrentan la presión de equilibrar las demandas de los gobiernos con el control de contenido dañino. Por ejemplo, bajo el liderazgo de Elon Musk, X eliminó la mayoría de sus equipos de moderación y adoptó un sistema de notas comunitarias, similar al que ahora planea implementar Meta. En el ámbito mediático, Fox News ha reforzado su enfoque en la narrativa pro-Trump, mientras que otras cadenas, como CNN, han optado por suavizar su retórica para recuperar a las audiencias conservadoras; mientras que en The Washington Post, dimite una dibujante por el veto a una viñeta en que Jeff Bezos se arrodillaba ante Trump. Estos movimientos reflejan no solo la influencia del poder político sobre el sector tecnológico y mediático, sino también la necesidad de adaptarse a un panorama global cada vez más regulado y fragmentado.

Consultado por La Política Online, Martín Becerra, doctor en Ciencias de la Información, explicó que «estos anuncios, junto con la designación de halcones republicanos alineados con Trump en varias gerencias de Meta, representan el alineamiento explícito de Zuckerberg con Trump en las vísperas de su asunción. A la vez, como Meta concentra las redes socio digitales más masivas (Facebook e Instagram), es un cambio radical respecto de la circulación de contenidos, lo que esta empresa permite o impide que sea difundido».

Becerra sostiene que «estos anuncios son un parteaguas, dado que Zuckerberg reconoce que habilitará la proliferación de contenidos violentos, de discriminación y odio, en las redes que posee».

Para el investigador y profesor universitario no se trata de una búsqueda de nuevos mercados, sino de «un giro corporativo que tiene al gobierno de EE. UU. como referencia central. Como telón de fondo, el alineamiento con Trump también supone aceitar relaciones y permisos del Estado en el marco de la «guerra tibia» entre EE. UU. y China. Las big tech de EE. UU. buscan identificarse con los objetivos estratégicos del gobierno y, de este modo, obtener beneficios a cambio».

Becerra también plantea que «hay que ver qué sucede con el ultimátum de EE. UU. a TikTok, pero vamos a un escenario en que las grandes plataformas habilitarán más violencia en sus redes, lo que puede ser contraproducente para su propio negocio a la larga, mientras que a la vez creará entornos más polarizados en la conversación pública».

El giro de Meta es drástico, si se toma en cuenta la decisión de las plataformas de bajarle las cuentas a Trump luego de la toma del Capitolio de enero de 2021. En ese momento, Trump cuestionó a Facebook, Twitter e Instagram por arrogarse el rol de árbitro que determine qué contenido o usuario puede «socavar la democracia» y en consecuencia debe ser prohibido, aunque sea el presidente de los Estados Unidos, electo por el voto popular. 

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