Industria audiovisual: se abre el abismo
«Qué se hizo en el Incaa desde que asumió el gobierno libertario», se preguntan los autores. «Nada» es la respuesta. Existe una Ley de Cine que se ignora, no se respaldó ninguna película argentina, tampoco se promueven festivales, ni se difunde el cine nacional. Siguen esperando una respuesta los proyectos presentados para activar la industria.
Un pueblo reconoce en su cultura gran parte de su acervo nacional e histórico. Esa cultura, variada, multifacética es una idea que toma el comportamiento social, las relaciones humanas, las creatividades y las costumbres. Los hábitos y las actitudes.
La cultura es muchas cosas, entre otras la vida social misma, sus leyes, el arte, las creencias.
En virtud de esto se hace imprescindible dotar a todo marco cultural de cierto apoyo del Estado.
Y en función de eso podemos ver qué se hizo en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), desde que asumió el gobierno libertario.
Lo primero es marcar que existe una Ley de Cine, varias veces actualizada y con amplias mayorías aprobada en el Congreso. Como tal es una norma de cumplimiento obligatorio y que no ha sido tenido en cuenta por las autoridades del Incaa. Nada.
Estos dieciséis meses de mileismo, no han cumplido con el fomento y la regulación de la actividad cinematográfica y eso constituye un perjuicio al crecimiento de la industria audiovisual, no solamente parte del marco cultural sino tambien espacio de contención laboral masivo de profesionales, trabajadores y emprendedores. Todos en riesgo.
Como dato concreto está la cantidad de películas argentinas aprobadas por el presidente del Incaa, Carlos Pirovano, durante 2024… 0 (cero). Digna cifra para un récord Guinness de ineficiencia.
Pero no termina acá la «ingente» tarea del funcionario de Milei. Puso énfasis y esfuerzo en eliminar instrumentos de fomento a la producción ya que eliminó la preclasificación de proyectos con lo que las productoras dejaron de tener previsibilidad sobre posibles subsidios y eso hace, en Argentina, prácticamente imposible concretar películas nacionales. No somos Hollywood ni sobra plata. El cine requiere apoyo. Claro, en caso que se desee tener una industria audiovisual propia que expresa cultura, entretenimiento, educación e información.
Tiraron por la borda instrumentos de fomento a la producción, que están presentes en la Ley de Cine, y que constituye una de las principales herramientas para poder filmar.
No tienen cuantificado correctamente el reconocimiento a costos de producción, donde en algunos casos solo llegan a valorar el 50 % de los reales, dificultando de esta forma todo recupero normal por parte de quienes invierten en la realización de películas.
En el marco de «festivales» de decretos y normas desregulatorias y limitantes, aparece una Resolución, la 16/2024 que suspende el apoyo económico a «festivales» (los serios, los que promocionan y hacen visible el cine argentino) y retiran apoyos a difusión y comercialización del cine nacional.
Eliminaron la cuota de pantalla, la conocida «media de continuidad» que posibilitaba extender la exhibición de filmes exitosos en salas comerciales y quitaron toda ayuda a los lanzamientos de películas, que en el mundo del cine es un momento clave para que se conozca el producto.
Se distorsionó la función que debe cumplir el cine Gaumont, ya que, de ser el principal canal de exhibición de películas nacionales, ahora programa cine internacional, lo mismo que se muestra en cualquier sala comercial y desplaza a nuestros filmes.
No queda claro qué rol le asignan a la plataforma cine.ar, ya que fue transferida a la Secretaria de Medios y comunicación de la Presidencia y, desde entonces, mutis por el foro. No existe.
Para dar una idea concreta, expresada en promedio, baste decir que en 2024 la participación del cine argentino en la taquilla fue la más baja que se registra en muchos años, con una caída, del 60 % si se compara con 2023.
No se brinda apoyo económico a películas que participan en festivales internacionales, haciendo con esto que se pierda presencia y visibilidad del cine argentino y eso corta el acceso a nuevos mercados. «Lo que no se ve, no existe».
En definitiva, este periodo de gobierno de Milei y de las autoridades del Incaa, es muy negativo para el cine argentino.
Desde sectores de la industria y desde asociaciones del espacio audiovisual se acercaron ideas y propuestas para que la actividad continúe con cierta regularidad y en función de lo que determina la Ley de Cine, pero no hubo respuesta alguna de las autoridades.
Desde ya, esta forma de encarar una parte de la cultura argentina, tendrá saldos irreversibles en el tiempo, ya que la crisis del cine argentino, al no cortarse esta seguidilla de “fracasos” de conducción administrativa, conduce a destinos pésimos.
Al contrario de lo que hacen estos libertarios ajenos a la sensibilidad social, cultural y popular, en países como Chile y España, solo para dar dos ejemplos, sus cinematografías han crecido, y mucho, en virtud del fomento y la colaboración entre privados y Estado.
Miran con tristeza y bronca, desde el lugar donde estén: Torre Nilsson, Demare, Favio, Hugo del Carril, Christensen, Wulicher, Armando Bo padre, Torres Ríos, Moglia Barth, Ayala, Fregonese, Antín, Kuhn, María Herminia Avellaneda, José Ferreyra, David Kohon, Getino, Pino Solanas, Borcosque, Amadori, Bayón Herrera, Simón Feldman, Cavallotti, María Luisa Bemberg, por nombrar a los que podemos recordar de memoria, quizá no son tan conocidos por las nuevas generaciones, e hicieron grande al cine argentino desde su rol de directores y autores.
El material de esta nota está basado en el gran trabajo que hacen: Asociación de Productores/as Independientes de Medios Audiovisuales, Sociedad General de Autores/as de Argentina, Cámara Argentina de Distribuidores Independientes Cinematográficos, Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica, Cámara Argentina de Productoras Pymes Audiovisuales.
Asociación General de Directores/as Autores/as Cinematográficos y Audiovisuales, Proyecto Cine Independiente, Realizadores Integrales de Cine Documental.
Y fundamentalmente la Multisectorial por el Trabajo, la Ficción y la Industria Audiovisual Nacional y el Observatorio de la Industria Audiovisual Argentina (Pirca).
* Se abre el abismo es una película dirigida por Pierre Chenal, con guión de León Klimovsky y Augusto A. Guibourg, inspirada en la novela Vía mala (1934) del escritor suizo John Knittel. Se estrenó el 16 de marzo de 1945, protagonizada por Elsa O’Connor, Sebastián Chiola, Silvana Roth, Ricardo Passano, Guillermo Battaglia y Homero Cárpena.
Guillermo Tello
Director y productor audiovisual. Integrante de la Multisectorial Audiovisual Argentina. Director académico de Propuesta para la Industrialización y Recuperación de la Cultura Audiovisual (Pirca).
Osvaldo Nemirovsci
Diputado nacional (MC) por Río Negro. Presidente de la Comisión de Comunicaciones e Informática (2003/07). Excoordinador general del Consejo Argentino de Televisión Digital (2009 / 2015). Director de Pirca. Coordinador general PJ Río Negro.
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