El poder económico exige más
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Las esmeradas «señales» que el ministro Massa envió al poder económico para que ponga fin a la desestabilización y sobre todo al golpe en la plaza cambiaria ya fueron sentenciadas como insuficientes por las y los columnistas de los medios opositores, que le atribuyen un margen de pocas semanas.
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«La luna de miel concluyó en la noche de bodas», escribe el lunes 8 Jacquelin en La Nación, una ocurrencia modesta pero bastante representativa de la estrategia editorial desplegada prácticamente sin fisuras en las notas de fondo de ese diario, Clarín e Infobae.
El clamor por la devaluación drástica por la que tanto opera la patronal agraria es la motivación principal de rodeos y malabarismos con los que se disfraza la apuesta por el fracaso de Massa, a pesar de su discurso de tono netamente ortodoxo. Tampoco le alcanzó al ministro la desmesurada concesión de ignorar la especulación como uno de los factores que generan la corrida y el incremento de los precios, cuando el dólar sube y cuando el dólar baja.
Jacquelin no hizo más que repetir ideas ya publicadas. Por ejemplo, por Pagni en su propio diario, que a horas de la asunción escribió que Massa «no sabe dónde está parado». Además, «carece de un plan», frase repetida varias veces en otras notas, para desembocar en el reclamo de devaluación.
El viernes Clarín publicó que los exportadores quedaron disconformes, que los empresarios necesitan «más ventajas», menos control para girar ganancias al exterior y que se ponga fin a «prolongados conflictos gremiales».
Hablando de ocurrencias, Lanata dijo en la radio del Grupo Clarín que Cristina Kirchner le dio «cien días» a Massa. El diario convirtió este dicho en «noticia» el viernes, y al día siguiente la misma figura, cien días, fue el eje de la nota del mismo animador en el mismo diario. Devaluación y falta de profundidad en el ajuste son líneas citadas también por Roa y otros como Kirschbaum, jefe de redacción, que usó el estilete de «carrera contra el tiempo».
Indisimulados defensores de los intereses del poder financiero mundial, en su rostro prolijo tanto como en su faz carroñera, estos periodistas independientes ni siquiera se dan por satisfechos con la llegada al gobierno de Daniel Marx, un che pibe de los beneficiarios de los desfalcos más cuantiosos sufridos por el país, entre los cuales el «megacanje» de De la Rúa es apenas uno.
Cien días, «dos o tres meses», copió Van der Kooy. A este ataque que busca que Massa se corra de la ortodoxia a la ultraortodoxia para profundizar la concentración de la riqueza, Morales Solá agregó en La Nación una formidable cuota de encono personal, codazos que parecen propios de los celos por la relación fluida del ministro en la Embajada y con «juego propio» en Estados Unidos, como destacó Clarín. «Massa es así: avanza, se sobregira y va dejando heridos», escribió, para cargar después contra empresarios que lo acompañan. Por esas relaciones, acusa, fue despedida del canal América la animadora ultraderechista Viviana Canosa, con quien se solidariza.
Más que previsible, el despliegue diario y los títulos de tapa sobre el juicio en curso contra Cristina Kirchner y el nuevo héroe del dispositivo, el fiscal Luciani. Y no es el único: ante la denuncia de la vicepresidenta sobre la gavilla que una vez más pone en evidencia la manipulación mafiosa de juzgados y tribunales, Clarín respondió con un anuncio de citación a exgobernadores santacruceños para que hablen de «la corrupción K». La maniobra es del juez Ercolini, el que le regaló al «amigo» Magnetto el sobreseimiento ante las acusaciones que lo involucraron en primer plano en los crímenes cometidos para apropiarse de la empresa Papel Prensa, de la mano del genocida Videla.
Las notas también ven con disgusto el apoyo de Cristina Kirchner a la orientación económica que despliega Massa, y le atribuyen a la vicepresidenta el propósito de «refugiarse» en la provincia de Buenos Aires en el turno electoral de 2023. Eso explica títulos y notas de ataque por los fondos que la Nación destina a la Provincia.
A pesar de tanto trajín, a esta gente le quedó margen para cumplir con obligaciones geopolíticas: Infobae se escandalizó por el acuerdo con China para avanzar con las dos represas previstas en esa provincia. Y Clarín tituló en tapa que el embajador argentino en Pekín «se alinea con China contra Estados Unidos», por la crisis que Nancy Pelosi causó con su visita a Taiwán. Amigos son los amigos, patrones son los patrones.
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