RSF duplica el número de ayudas a periodistas exiliados ante el auge de las amenazas y ataques en todo el mundo

Aumenta el número de reporteros que deben abandonar sus países en busca de refugio. Según la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), los conflictos armados, la persecución de la prensa o las tensiones políticas son las principales causas que empujan a cada vez más periodistas al exilio.

Entre quienes se ven obligados a dejar su hogar y emprender un camino en búsqueda de la seguridad que no encuentran en su tierra también se encuentran cientos de periodistas. Desde RSF advierten que cada vez son más los profesionales de la información los forzados a abandonar sus países para comenzar de nuevo en otros lugares.

Si bien la brutalidad sin precedentes con la que Israel ha asesinado a periodistas en Gaza ha puesto especialmente de relieve, desde el 7 de octubre, el peligro que supone para reporteros y reporteras en algunos casos narrar desde el frente de guerra, ser críticos con el discurso hegemónico y mostrar las realidades que viven, el fenómeno de la persecución y consecuente salida en busca de refugio de los periodistas es global y trasciende Gaza.

RSF elaboró un mapa de flujos de movimiento que muestra cómo profesionales de la comunicación se ven forzados a acudir en busca de refugio a otros países. Periodistas que huyen de conflictos armados, la persecución de sus gobiernos, las tensiones políticas en sus países y, en general, la represión contra el periodismo crítico, explica la organización internacional con sede en París.

Entre estos movimientos destacan los que se dirigen desde el sur global, hacia América del Norte y Europa, marcándose líneas que unen países como Birmania y Bangladesh con Escandinavia, o Irán, Afganistán y Turkistán con el continente europeo. Otras líneas muestran la desesperación con la que los periodistas, como el resto de personas refugiadas, abandonan sus países hacia donde pueden. Es el caso de Sudán, cuyos comunicadores escapan a todos los países limítrofes. Más al sur, los periodistas nigerianos se dividen entre América del Norte y Europa.

RSF ofrece apoyo a estos periodistas abocados al exilio. En concreto, en 2023 dio respaldo económico a 460 periodistas procedentes de 62 estados distintos. El número supone el doble de las ayudas concedidas en 2022, lo que para la organización marca una clara tendencia al alza. Los principales países de origen de los comunicadores beneficiados son Palestina, Sudán, Afganistán, Rusia, Birmania e Irán. El apoyo económico no se dirige solo a casos individuales, también llega a cubrir a redacciones que se encuentran al completo en el exilio.

Un exilio que en muchas ocasiones se produce en dos etapas, primero un país cercano como primer destino, con el proyecto de dar el salto a lo que RSF denomina «territorios refugio», que se encuentran mayoritariamente en Europa y Norteamérica. Por el camino, algunos quedan atrapados en el primer país de recepción, sin la capacidad de construir una vida allí, debido a los duros contextos económicos y sin la documentación necesaria para proseguir viaje. A muchos de ellos les espera la deportación, es el caso de numerosos comunicadores afganos ubicados en Paquistán o periodistas procedentes de Siria, expulsados finalmente de Líbano. Otros son perseguidos por los regímenes de los que huían una vez fuera del territorio, también por la presión a sus familias, como le sucede a los periodistas iraníes.

RSF pone nombres propios a estos periodistas que han debido aterrizar en otras culturas y sociedades, situación que supone una serie de obstáculos para que puedan seguir adelante. La afgana Khadija Amin, tuvo que dejarlo todo atrás cuando volvieron los talibanes al poder en 2021. El nicaragüense Eddy López y el cubano Alfredo Herrera, tuvieron que trabajar en la construcción para salir adelante mientras se seguían desempeñando como periodistas. El exilio, recuerda la organización, supone un duro golpe a la carrera profesional de estas personas.

RSF se detiene en la situación de los periodistas palestinos y sudaneses que encuentran una situación particularmente compleja. En Gaza, los y las comunicadores, que ya han sufrido más de cien bajas desde el 7 de octubre, marcando un trágico hito en cuanto a los asesinatos de reporteros, no pueden escapar del peligro. Solo algunos de ellos, como Wael Dahdouh, el periodista de Al Jazeera que perdió a varios miembros de su familia asesinados como castigo por parte de Israel, o Ramzi Albayrouti en España, han podido salir. La organización presiona para que un mayor número de comunicadores pueda encontrar refugio fuera de Gaza.

Por su parte, los periodistas de Sudán, huyen en muchos casos a Egipto, donde el régimen de Al-Sisi tiene un currículum tenebroso en materia de persecución a los comunicadores y represión a toda disidencia. Muy lejos de Gaza o Sudán llama la atención un nuevo movimiento: el de algunos periodistas que se exilian de la Argentina de Javier Milei. Es el caso de la periodista feminista Luciana Peker, que se encuentra actualmente en España.

En el estado español, de hecho, RSF cuenta con algunas acciones para acompañar a las y los periodistas que han acudido al país en busca de seguridad. El Programa de Acogida Temporal de Periodistas Perseguidos en América Latina, funciona en Madrid con apoyo del ayuntamiento. En otro municipio, Elche, se ha puesto en marcha otra campaña de la mano de la Universidad Miguel de Hernández sita en la ciudad. Por último, la organización cuenta con el Fondo de Formación de Posgrado Alicia Gómez Montano (en honor a quien fuera su vicepresidenta) que da respaldo económico a las y los periodistas en el exilio que quieran profundizar su formación con la mirada puesta en ampliar sus posibilidades de ejercer su profesión en España.

Fuente: RSF

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