Julián Assange recuperó su libertad
«Julian Assange está en libertad» tras salir este lunes de la prisión de alta seguridad de Belmarsh —donde estuvo detenido más de cinco años en una celda de dos por tres metros— y abandonó el Reino Unido, informó WikiLeaks luego del anuncio de un acuerdo de culpabilidad con la justicia estadounidense.
«Este es el resultado de una campaña mundial que abarcó a organizadores de base, defensores de la libertad de prensa, legisladores y líderes de todo el espectro político, hasta llegar a las Naciones Unidas, que creó el espacio para un largo periodo de negociaciones con el Departamento de Justicia de Estados Unidos, que desembocó en un acuerdo que aún no se ha cerrado formalmente», dice el comunicado de WikiLeaks difundido por la red social X.
Assange, de nacionalidad australiana, alcanzó un acuerdo de culpabilidad con la justicia de Estados Unidos según el cual queda en libertad tras cinco años de detención en el Reino Unido, según documentos judiciales conocidos públicamente durante la noche de este lunes.
JULIAN ASSANGE IS FREE
— WikiLeaks (@wikileaks) June 24, 2024
Julian Assange is free. He left Belmarsh maximum security prison on the morning of 24 June, after having spent 1901 days there. He was granted bail by the High Court in London and was released at Stansted airport during the afternoon, where he boarded a…
Perseguido por las autoridades estadounidenses por haber revelado cientos de miles de documentos confidenciales, el fundador de WikiLeaks debe comparecer ante un tribunal federal el miércoles en las Islas Marianas, territorio de Estados Unidos en el Pacífico. Allí se espera que se declare culpable de «conspiración para obtener y revelar información relativa a la defensa nacional», según los documentos.
Assange, de 52 años, podría ser condenado a 62 meses de cárcel, pero por haber cumplido un tiempo similar de prisión preventiva en Londres se espera que pueda regresar a su natal Australia.
El acuerdo pone fin a una saga de casi catorce años. Desde 2019, cuando quedó detenido en una prisión de alta seguridad en Londres, Assange lucha para no ser entregado a la justicia estadounidense, que lo persigue por publicar más de setecientos mil documentos confidenciales sobre actividades militares y diplomáticas, particularmente en Irak y Afganistán. Entre los documentos hay un vídeo que muestra a civiles, entre ellos dos periodistas de Reuters, muertos por el fuego de un helicóptero de combate estadounidense en Irak en julio de 2007.
Assange se enfrentaba, en teoría, a una pena de hasta 175 años de prisión en virtud de la Ley de Espionaje. El gobierno británico aprobó su extradición en junio de 2022. Sin embargo, en mayo dos jueces británicos le concedieron el derecho de apelar la decisión, que debía incluir si se beneficiaría de la protección de la libertad de expresión como extranjero en el sistema judicial estadounidense.
Arriving in Bangkok #AssangeJet pic.twitter.com/K3tCn0Zyzk
— WikiLeaks (@wikileaks) June 25, 2024
El fundador de WikiLeaks fue arrestado por la policía británica en abril de 2019 tras pasar siete años confinado en la embajada de Ecuador en Londres, desde donde buscaba evitar la extradición a Suecia en una investigación por violación, que fue desestimada ese mismo año. En los últimos años han aumentado las solicitudes al presidente estadounidense Joe Biden para que retire los cargos en su contra. Australia presentó a Biden un pedido formal en febrero.
¿El debate que se viene?
La Federación Internacional de Periodistas (FIP) evaluó que la liberación de Assange «es una victoria significativa para la libertad de los medios de comunicación liberación de Assange es un gran impulso para la libertad de expresión»
Para la FIP, «la retirada de diecisiete de los dieciocho cargos a los que se enfrentaba evita la criminalización de las prácticas periodísticas corrientes como animar a las fuentes a compartir confidencialmente pruebas de irregularidades y criminalidad».
¡Se logró la libertad de Julian Assange!
— FATPREN (@PrensaFATPREN) June 25, 2024
Luego de estar más de 5 años injustamente encarcelado, el creador de @wikileaks fue liberado hoy en una gran conquista para la libertad de prensa en todo el mundo. pic.twitter.com/7Hv604osh6
La presidenta de la FIP, Dominique Pradalié, ha declarado: «Julian Assange ha sido liberado. Esta es una victoria para el derecho a informar y a ser informado. Es una victoria para los periodistas de todo el mundo».
Por su parte, el secretario general de la FIP, Anthony Bellanger, añadió: «El intento de procesamiento de Julian Assange proyecta una oscura sombra sobre los periodistas, en particular sobre los que cubren asuntos de seguridad nacional. Si Assange hubiera ido a la cárcel para el resto de su vida, cualquier reportero al que se le entregara un documento clasificado temería enfrentarse a un destino similar».
El pronunciamiento de la FIP apunta, sin embargo, que «el acuerdo de culpabilidad de Assange reduce sustancialmente esa amenaza, aunque más de quinientos periodistas siguen en prisión en todo el mundo».
Para Trevor Timm, director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa la cuestión no es tan lineal. En una nota publicada en The Guardian con el título Por fin, Assange está en libertad. Pero puede tener un alto precio para la libertad de expresión, plantea que «la administración Biden consiguió una declaración de culpabilidad y estableció un tono peligroso para los periodistas de todo el mundo».
«El acuerdo —dice Timm— es sin duda bueno para Assange, quien ha estado recluido en la prisión de Belmarsh sufriendo graves problemas médicos durante los últimos cinco años, y antes de eso, atrapado en la embajada de Ecuador en Londres durante siete años. Y es bueno para la administración Biden, que evita la vergüenza de perder potencialmente su caso de extradición en el tribunal superior del Reino Unido, pero, más importante aún, evita que el caso Assange se convierta en un tema polarizador en las elecciones», para luego preguntar: «¿Pero el acuerdo es bueno para la libertad de prensa?». Para Timm «no hay duda de que se evitó el peor destino y todos los periodistas dieron un suspiro de alivio porque este resultado no se produjo mediante una decisión judicial. Un acuerdo de culpabilidad no crea un precedente oficial como lo haría una sentencia de un tribunal de apelaciones y condenas, algo que potencialmente podría haber obligado a otros tribunales a fallar en contra de periodistas en casos futuros». Sin embargo, en su opinión «eso no significa que esta declaración de culpabilidad no envalentonará a los futuros fiscales federales con un hacha para pegar contra la prensa». En otras palabras, la administración Biden logró legitimar la criminalización de la conducta periodística rutinaria y alentar a futuras administraciones a seguir su ejemplo. Y tomaron esa decisión sabiendo que nada le encantaría más a Donald Trump que encontrar una manera de encarcelar a los periodistas.
Timm recuerda en su nota que «Trump ha estado durante la campaña electoral opinando repetidamente que le gustaría ver a los periodistas —a quienes considera “enemigos del pueblo”— en la cárcel».