Brechas TIC en plural

Las desigualdades geográficas dividen el acceso a la conectividad a Internet en las provincias: indicador de conexiones por hogar y velocidades de descarga.

El acceso a las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), declaradas esenciales por ser imprescindibles para el trabajo, la producción, el cuidado y atención de la salud, las actividades educativas, informativas y culturales, la realización de trámites administrativos y el contacto con afectos, es dispar en la Argentina. Esta nota se enfoca en la variable geográfica de acceso a las TIC –en particular, a las conexiones fijas a Internet- en un país que se declama federal desde su texto constitucional.

Las brechas que estructuran ese acceso son numerosas y multidimensionales. No sólo tienen una dimensión material, sino también cultural, de habilidades, competencias y oportunidades significativas de uso (en este sentido, no fue inocua la creación del Programa Conectar Igualdad en 2009 ni su posterior desmantelamiento en 2016, porque condicionó las posibilidades de apropiación tecnológica de millones de alumnos y de sus familias).

Los accesos materiales a conexiones fijas a Internet registran brechas de tipo geográfico, socioeconómico, etario y de género, entre otras variables dignas de análisis.

Como la Argentina tiene una estructuración centralista con el Área Metropolitana de Buenos Aires como eje, la asimetría entre el centro y el resto del territorio es manifiesta. Esta situación es un producto histórico que atraviesa casi todas las actividades económicas y la organización de procesos políticos y culturales. La distribución demográfica del país es el resultado lógico de ello. El siguiente gráfico muestra el acceso a Internet fija cada 100 hogares en 2020 por provincia, lo que representa visualmente las grandes disparidades en que se materializa la brecha geográfica de acceso a TIC en el país.

Al finalizar 2020, en nueve provincias argentinas más de la mitad de los hogares carecía de acceso a Internet fija y el porcentaje de hogares con conexión fija variaba muchísimo de provincia en provincia, profundizando desigualdades entre jurisdiciones. Los números son elocuentes: el porcentaje de conectividad cada 100 hogares por provincia tiene a las siguientes debajo del 50%:

  • Formosa 32,4%
  • San Juan 36,32%
  • Santa Cruz 37%
  • Mendoza 38,63%
  • Corrientes 42,43%
  • Misiones 42,64%
  • Chaco 43,03%
  • Santiago del Estero 43,75%
  • Catamarca 49,41%

A estas provincias se agregan otras seis provincias que se hallaban por debajo del promedio nacional, que a fines de 2020 era de 67% de hogares conectados. Esas seis provincias eran:

  • La Rioja 50,11%
  • Jujuy 53,46%
  • Salta 54,04%
  • Tucumán 54,78%
  • Entre Ríos 59,47%
  • Río Negro 61,09%

Por lo tanto, de las 24 jurisdicciones, sólo nueve se hallaban sobre el promedio nacional de accesos domiciliarios a Internet fija y sólo la Ciudad Autónoma de Buenos Aires superaba el 85%. El federalismo es un ideal que no se ve representado en la estructuración de la conectividad de banda ancha.

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