El lado oscuro de las plataformas

El auge del streaming ha cambiado las reglas del juego. En la Argentina se gastan más de US$ 500 millones anuales en su uso, pero la mayoría se va del país. Desde el sector reclaman una regulación, discusión que se da en todo el mundo y que mantiene paralizado a Hollywood desde hace tres meses.

Desde el 14 de julio, el Sindicato de Actores de Hollywood (SAG-AFTRA) declaró oficialmente el paro de actividades tras no llegar a un acuerdo con los grandes estudios. Para entonces, los guionistas ya llevaban unos tres meses en la misma situación. Como consecuencia, ambos gremios están en huelga simultáneamente por primera vez en más de sesenta años y mantienen paralizada a la mayoría de las producciones de cine y televisión. La problemática parece ajena y lejana, pero tiene su correlato en estas pampas.

El reclamo

Gran parte de la disputa radica en que tanto un gremio como el otro han visto visiblemente reducidos sus ingresos con el auge de los servicios de streaming, que carecen de regulación. Sólo a modo de ejemplo, el SAG-Aftra, que nuclea a 160.000 afiliados, reclama un replanteo de los salarios residuales. Estos son una compensación monetaria que se paga a los actores cada vez que se repiten las series o películas en las que han aparecido. Como se trata de una profesión muy inestable, este ingreso resulta vital en sus economías domésticas, pero ha disminuido significativamente con el auge de los servicios de streaming. Y es que las plataformas, que nadie regula, pagan mucho menos por este concepto que la televisión.

La situación en la Argentina no es tan distinta.

Producción nacional

En la Argentina el auge de las plataformas ha tenido su impacto en la producción de contenido nacional. A fines de marzo, la plataforma más popular de streaming en el país, Netflix, presentó en el auditorio que está en la terraza de la Ballena Azul, en el Centro Cultural Kirchner, las producciones que está llevando adelante bajo el sello Hecho en Argentina. Desde 2018, sólo Netflix produjo más de 35 series, películas y documentales con acento argentino. A ella se le suman Amazon Prime, HBO, Paramount y Star Plus.

En varios aspectos, se trata de una buena noticia. Se calcula, según los números de 2019 de la Organización Mundial del Trabajo, que ya entonces las plataformas generaban 160.000 puestos de trabajo en la Argentina. También que de cada diez millones de dólares que se invierten en el sector de la industria audiovisual, se generan otros diecinueve millones en la cadena de suministro (hotelería, gastronomía, traslados, etc.). Pero la falta de regulación significa que es mucho menos buena de lo que podría ser.

Históricamente, en la Argentina se pagaba un porcentaje por cada reproducción de una producción nacional. Cada vez que alguien alquilaba un VHS o un DVD, los videoclubes tributaban un porcentaje que se destinaba a financiar el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) para seguir produciendo nacional. Lo mismo ocurre con las entradas de cine. Pero las plataformas no pagan por cada clic, y manejan cifras siderales.

En números, los argentinos gastamos unos u$s 556.000.000 en importación de servicios audiovisuales según un informe de 2022 del Observatorio Audiovisual del Incaa. Si tomamos una vez a Netflix como ejemplo, esa plataforma se llevó un 65 % de ese monto a Estados Unidos. Sólo en 2018 y en nuestro país, recaudó lo que el Incaa gastó en financiamiento en dos años y medio.

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