Por una comunicación sin patrones

Historia y presente de una radio comunitaria sanjuanina que se define a sí misma como micrófono, música y fiesta; asamblea, refugio de inundados, campamento y olla popular; fútbol de barrio, reunión feminista, huerta agroecológica y ayuda para salir de las adicciones problemáticas.

Hace más de treinta años en todo el país crecen cientos de experiencias cobijadas por organizaciones que entendieron que necesitaban una herramienta para ser escuchadas. Las radios comunitarias tejen a diario un entramado que visibiliza las voces de las comunidades que son sistemáticamente pulverizadas por los discursos lobotomizantes de los medios que representan a las grandes empresas monopólicas.

Hace doce años, gestionada por una organización que salió a la luz en el 2001 de la mano del «que se vayan todos», nació en Pocito, San Juan, Radio Comunitaria La Lechuza, la primera emisora comunitaria de la provincia y hoy una de las cinco que existen en esta tierra.

Por nuestra radio pasan no solo las cuestiones referidas a nuestra comunidad y sus cotidianeidades; también los temas que entendemos deben estar en agenda según nuestro proyecto comunicacional. Las luchas ambientales, los reclamos frente a la sordera del poder, los sueños por una patria más justa y solidaria. Sobre todo en nuestra radio pasan los por qué; los por qué en un país tan rico hay tanta pobreza.

De la mano de Farco (Foro argentino de radios comunitarias), radios de todo el país producimos, entre otros contenidos, un noticiero diario de dos ediciones. En esta red nos capacitamos y peleamos juntos por nuestros derechos, consagrados en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. ¿Se acuerdan? Sí, hay una ley que, como decía el entonces presidente de Farco, Néstor Busso, fue un triunfo de las organizaciones libres del pueblo.

Nuestra radio es micrófono, es música, es fiesta. Nuestra radio es asamblea, es refugio de inundados, es campamento y olla popular para los que perdieron todo en el terremoto. Nuestra radio es fútbol de barrio, reunión feminista, es huerta agroecológica y es ayuda para salir de las adicciones problemáticas. Nuestra radio es móvil en las calles que ningún medio camina y también es conexión con los cumpas de El Bolsón para saber qué pasó con Santiago. Nuestra radio fue sala velatoria cuando se nos fue el Alan.

Los últimos meses trabajamos mucho para preparar lo que pasó el último fin de semana.

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