El nuevo tanque de Netflix. La estrella del streaming apuesta a los videojuegos

La empresa que nació alquilando DVD ahora busca convertirse en un jugador de peso en un mercado que ya mueve u$s 180.000.000.000 anuales y que es el que más crece entre los adolescentes y jóvenes.

Reed Hastings, el CEO de Netflix, asegura que Fortnite es un competidor tan importante como HBO.

Cuando el año pasado era inminente la primera cuarentena la gente corrió a stockearse de productos esenciales para la supervivencia en el hogar: alimentos, medicamentos y una suscripción a Netflix. En la primera mitad de 2020 la compañía de streaming registró veinticinco millones de nuevos asociados en todo el mundo, el doble que en el mismo período un año antes. Con los espectadores acomodándose en el sofá para pasar la pandemia con la vista en la pantalla, Outbreak (Epidemia es el título en español), una película de cine catástrofe de 1995, se incorporó a la lista de las diez más vistas de Netflix.

Ahora, al darse la reapertura de muchas economías en el mundo, el crecimiento de Netflix renguea. El 20 de julio la compañía anunció que 1.500.000 de personas se habían inscrito en el segundo trimestre de 2021, un 85% menos que hace un año. En Estados Unidos y Canadá, donde el mercado está saturado y se multiplican los competidores, el número total de suscriptores cayó en 430.000 abonados. El precio de las acciones de Netflix, que trepó casi 50% en la primera mitad de 2020, apenas si aumentó en los últimos doce meses.

Este fenómeno no es sorprendente. Muchos nuevos suscriptores de 2020 simplemente anticiparon lo que hubieran hecho más tarde. Esto de todos modos plantea un interrogante de largo plazo difícil de responder para Netflix. La compañía comenzó alquilando DVD que se enviaban por correo. Su segundo acto impactante fue inventar y dominar el streaming de video por suscripción. Ahora, al madurar en los mercados ricos y tener rivales pisándole los talones, el crecimiento debe provenir de otro lado. La tercera temporada de Netflix promete nuevas locaciones exóticas y, quizás, un giro imprevisto en la trama.

La temporada dos aún tiene un poco de camino por delante. Aunque las nuevas suscripciones en Estados Unidos se han reducido a un goteo, Netflix tiene margen para cobrar más a los espectadores. Obtiene u$s 14,88 mensuales de cada suscriptor estadounidense, el mayor precio del sector, más del doble que Disney+. Pese a ello son menos los miembros que dejan Netflix cada mes que los que abandonan otras compañías de streaming, según la consultora Antenna. Los próximos aumentos de precio podrían elevar los ingresos domésticos de Netflix en un siete por ciento anual durante los próximos años, calcula la consultora MoffettNathanson.

Pero el grueso del crecimiento provendrá del extranjero. El año pasado por primera vez más de la mitad de los ingresos Netflix provinieron de fuera de Estados Unidos y Canadá. Se prevé que para 2025 la proporción alcanzará los dos tercios. Actualmente nueve de cada diez abonados están en el extranjero.

El juego internacional es difícil. La mayoría de los extranjeros son más pobres e incluso los ricos no gastan demasiado en televisión. El hogar estadounidense promedio aún gasta más de US$80 mensuales en cable, por lo que los que “cortan el cable” pueden costear con ello media docena de servicios por streaming. Los europeos son más tacaños: el hogar británico promedio gasta menos de u$s 40 en la TV paga. Netflix se ha resistido a bajar los precios por lo que incluso en la India de bajos ingresos una suscripción estándar cuesta u$s 8,70 al mes. Su mayor concesión ha sido inventar un plan sólo para celulares que ahora existe en más de setenta mercados. Los indios pueden suscribirse a este plan por u$s 2,70.

Al igual que las barreras financieras, las culturales son elevadas en el negocio del espectáculo. La consultora Enders Analysis descubrió que los programas hechos por productores británicos tienen más riqueza de expresiones locales que los que son encargados por streamers extranjeros.Sex Education, una serie de Netflix ambientada en la Inglaterra rural, tenía menos de cinco expresiones británicas por hora. Reed Hastings, CEO de Netflix, dijo en abril que la firma aún «está pensando cómo hacer las cosas» en la India, donde varios altos ejecutivos han renunciado y rivales como Amazon, un gigante del comercio electrónico con un negocio de streaming, y Disney+ han logrado algunos avances.

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