Comunicación y cultura ¡afuera!
POR WASHINGTON URANGA | El argumento siempre es el mismo: motosierra y licuadora para generar un ajuste que permita llegar al déficit cero. La explicación sirve para todos los rubros y se aplica a cualquier tipo de espacios. Desde el mismo día que asumió la presidencia Javier Milei inició su campaña contra la cultura, la comunicación y, en particular, los medios públicos. Primero fue Télam. Detrás siguieron el resto de los medios públicos en particular la Televisión Pública y radio Nacional. Nuevamente, argumentos económicos. Lo que sigue en pie es gracias a la resistencia organizada de trabajadoras y trabajadores.