¿Quién comprará esta zanahoria?

La literatura se alimenta de la realidad, aunque esta sea producto del sueño, hija de la fantasía de quien la escribe o una desautorizada biografía. Existen autores que nos llevan, de la mano de una novela, a mundos imposibles de habitar gracias a esa mágica condición. Otros relatan verdaderas tragedias que pronto vamos a querer olvidar.

No somos robots ni piedras parlantes, en toda verdad humana hay siempre algo de angustioso de afligido, nosotros somos, y no me estoy refiriendo simplemente a la fragilidad de la vida, una pequeña y trémula llama que en todo momento amenaza con apagarse, y tenemos miedo, sobre todo tenemos miedo.»

Ensayo sobre la lucidez. José Saramago

Dueño de un estilo literario prácticamente único, José Saramago ha sorprendido por su notable producción, en muchos casos abordando temas de manera casi premonitoria. Juega con los símbolos y crea a la vez símbolos que nos llevan de la mano por lugares impensados, haciéndonos partícipes de las historias por él contadas que, a veces, suenan como un presagio maligno que abre las puertas a la desesperación.

 En uno de sus libros, Ensayo sobre la lucidez el autor relata una situación que ocurre en un país imaginario durante una elección. Usando definiciones que nos hacen recordar a costumbres usadas de manera constante en los comicios, hace referencia al traslado de votantes a los lugares de escrutinio en vehículos provistos por los partidos políticos participantes en la elección diciendo: «. . . aquellos que un automóvil negro deja en la puerta y en la puerta recoge, cumplido el deber cívico de quien ocupa el asiento de atrás».

A medida que se avanza en la lectura, Saramago cuenta como los votantes durante la elección protestan de una manera que descoloca a los partidos participantes, identificados con los Partidos de la Derecha (PDD), el Partido del Medio (PDM) y el Partido de la Izquierda (PDI). Repartiendo la cantidad de votos entre el PDD con mayor preferencia, seguido por el PDM y con menor cantidad el PDI, el ganador absoluto en esa elección es el voto en blanco con el 75 % de los sufragios. Escandalizados, los gobernantes llaman nuevamente a otra elección tras una semana de campaña. Esta vez el resultado nuevamente es favorable al voto en blanco, pero con guarismos más abultados. Las reacciones que se producen en los habitantes y en sus gobernantes abre una profunda reflexión sobre qué pasa cuando una sociedad se ve agobiada por los actos del gobierno que eligió.

José Saramago

La novela también describe como la «cobertura informativa había resultado una pérdida de tiempo y de dinero, o, usando una expresión más fuerte, una indecente patada en los huevos de la comunicación social». Hasta aquí Saramago.

La transmisión del primer discurso presidencial de Javier Milei a la Asamblea Legislativa dejó ver lo que pocas veces se ha podido observar en vivo y en directo: la manipulación de una producción periodística que cubre un acontecimiento importante para la vida democrática del país, el enfoque de los aplaudidores que al ritmo de vuelta de página coreaban los dichos del presidente con una coreografía poco creíble y muy estudiada, la seguidilla de aplausos de los legisladores presentes al ritmo de «la casta tiene miedo».

La comunicación del gobierno tiene una real eficacia, el uso de las redes sociales es coordinado, todos los grupos de tareas mediáticos funcionan al ritmo de los tuits del presidente; desde las preguntas, ensayadas en las seudoencuestas por sí o por no, a las figuras creadas por IA y en donde los responsables de gobernar al país juegan a ser superhéroes o estatuas de la libertad. En donde el presidente se iguala a la figura bíblica de Moisés ¡y lo escribe en hebreo! O plantea su vinculación, vía médium con un perro muerto. La distracción obtenida es increíble. Han logrado manejar la agenda diaria con atropellos, con bravatas que distraen los hechos esenciales de un gobierno que pone serio riesgo al país como sociedad unida

Y como si esto fuera poco, algún conductor televisivo, que se jacta de la lectura de la realidad, presenta como un «rebelde» a un gobernador que amenaza con cortar el abastecimiento de petróleo, asociando su imagen a los trabajadores y campesinos que Osvaldo Bayer inmortalizó en su libro La Patagonia rebelde. Seguramente, Bayer no estaría muy de acuerdo con esa comparación, porque aquellos rebeldes poco y nada tienen con las simulaciones de oposición a las disposiciones que se dictan desde el poder central de un ferviente seguidor del presidente y dueño, junto con su familia, del abastecimiento del combustible que usa la flota pesquera anclada en los puertos de la provincia que gobierna.

En su discurso en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso nacional el presidente ratificó que el Congreso debe aprobar tanto una nueva versión de la ley ómnibus como el DNU (como «gesto de buena voluntad») para poder participar de la firma del pacto de mayo y recibir «alivio fiscal». Es decir, ofreció una zanahoria a los gobernadores para hacerlos caminar hacia mayo, presumiendo así que podrá imponer nuevamente su agenda y sus condiciones.

Una frase escrita por Saramago nos vuelve a mostrar que existen puertas que se abren a la desesperación del hambre, a la impotencia de no poder torcer una realidad esquiva, a la frustración de haber puesta la esperanza en la guarida de la bestia. Esta frase es para reflexionar: «Los momentos perfectos, sobre todo cuando rozan lo sublime, tienen la gravísima contra de su corta duración».

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Sergio Peralta

Integrante de Esfera Comunicacional. Periodista y docente, fundador del Canal 3 de Televisión Comunitaria de San Martín, Mendoza; exdirector del LV8 Radio Libertador; militante de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en la Coalición por una Comunicación Democrática. Publica en distintos medios de comunicación del país y del exterior.

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