La oposición mediática arma las listas para noviembre

La estrategia editorial opositora volvió a centrarse, pero ya con tonos desesperados, en el rumbo que Juntos por el Cambio debe seguir para las elecciones de noviembre. Se multiplican reproches a María Eugenia Vidal por no prestar servicios en la lista de la provincia de Buenos Aires, donde a la vez emerge una nueva estrella, el radical Facundo Manes, exaltado con títulos, opiniones y hasta adjetivos idénticos.

Tantas maniobras y energías absorbe este tema que la infaltable andanada contra Cristina Kirchner, enfática por su discurso en La Plata como suelen ser las que le destinan cuando está en silencio, se concentró en dos o tres días de títulos y notas, por cierto muy intensas y sin descuidar el recurso a la mentira.

Nadie faltó al deber de mantener con vitalidad el odio y el desprecio a la Vicepresidenta: sería por demás tediosa la lista de las y los periodistas «independientes» que escribieron contra ella en Clarín, Infobae y La Nación, a veces con hasta cuatro notas por día. La consigna cumplida por todas y todos fue la de convertir la propuesta de debate sobre el sistema de salud en una amenaza de «estatización», asociada automáticamente a la idea de un estigma maldito y a palabras y figuras que estimulan la reacción rabiosa de la platea más conservadora y retrógrada: La Cámpora, chavismo y expropiación.

«El peligro de una oposición desordenada», amonestó Morales Solá en la tapa de La Nación del domingo, en una nota que desliza un tono cauteloso, tímido, hacia el accionista del diario, el expresidente Macri, a quien le reprocha aparecer «a veces» como representante de una parte de la derecha opositora y no de su totalidad. Pero los malos de verdad son los que se le oponen internamente: Vidal, acusada de haber olvidado la promesa de no abandonar jamás a los bonaerenses, y luego el alcalde Larreta. Ellos se olvidan de reconocer en Macri, se queja, al «líder del antikirchnerismo», que para estas empresas es la máxima virtud política que un ser pueda tener sobre la Tierra.

En estas líneas hay referencias muy elogiosas al radical Manes, igual que las de Kirschbaum en Clarín, en una línea editorial ya desplegada por redactores a su mando.

La atención del batallón mediático sobre el desempeño de Juntos por el Cambio se expresó ya el martes con Pagni en La Nación, cuando pidió un «líder nítido» que podría ser, concedió, Rodríguez Larreta. El despliegue comprendió también la exaltación a protestas opositoras en Pergamino y Salta, sobredimensionadas en tapas gemelas de Clarín y La Nación, con fotos en portada.

Clarín, por medio de González, le dedicó un enfático panegírico al radical Manes como competidor en la provincia de Buenos Aires. Como científico, escribió, «atraía multitudes», y atesora una década y media como «celebridad». El tono contrario fue también para Vidal, por la decisión «personal pero incomprensible desde la política» de competir en la capital.

La sinfonía fue nítida también el sábado: Clarín y La Nación ubicaron en tapa espacios destacados para la crítica de Elisa Carrió a sus aliados y, en una decisión editorial por demás infrecuente, ambos diarios le dieron existencia a las protestas sociales del viernes, ya atribuidas a la «izquierda» o a los «piqueteros», pero esta vez no para quejarse del «caos de tránsito». Mirando el conjunto, parece que el Frente de Todos no está presente como actor político.

Además, La Nación copió y pegó la prescripción de hace una semana de Kirschbaum en Clarín, cuando le dijo a Juntos por el Cambio que debe evitar que el oficialismo consiga acercarse al quorum propio en Diputados en las elecciones de noviembre.

También apuntan a la cita electoral, una vez más, versiones, presunciones y supuestos índices que son siempre contrarios a las vacunas de que dispone la Argentina. Agotada la cantinela contra Sputnik, la siembra de dudas sobre su efectividad y, en suma, rótulos tales como vacuna soviética y veneno, la metralla cae sobre AstraZeneca.

Hay varios ejemplos, pero uno de los más alevosos es el del miércoles 16 de Clarín, en un artículo en el que la redactora Vexler protesta porque el Gobierno «no se haya expedido» sobre una decisión en Chile: suspender su aplicación porque una persona sufrió trombosis. Para reforzar, La Nación repitió el enfoque el sábado. Solo en los párrafos finales hay espacio para decir que los diagnósticos de trombosis adjudicados a AstraZeneca se dan en una persona cada cien mil vacunadas.

Si esos artículos usan de manera amañada datos parciales o los tergiversan para lanzar títulos contra la vacunación, ni qué decir sobre cómo presentaron el comunicado del subsecretario del Tesoro estadounidense tras un diálogo con el ministro Guzmán. Clarín y La Nación coordinaron el título principal del jueves. El reclamo habitual de todos los gobiernos de la potencia, de medidas que favorezcan los negocios de empresarios de su país, fue elevado a exigencia de «plan económico sólido».

El texto llenó de gozo a las y los «periodistas independientes». Como siempre, en el extremo se ubicó Bonelli de Clarín, que escribió que Estados Unidos lanzó un «bombazo», «marcó la cancha» a Guzmán y «puso el dedo en la llaga» porque «Argentina no tiene plan económico». Como cada viernes, recurrió a la mención de quienes siempre determinan sus párrafos, los «lobos» y «tiburones» de Wall Street que se espantan con la existencia misma de Cristina Kirchner y Axel Kicillof.

La desesperación de las empresas periodísticas opositoras por impedir un resultado electoral que favorezca al Frente de Todos lleva a las y los articulistas a redoblar recursos y dar rienda suelta a la imaginación.

En este aspecto, ha sido superado el ingenio de Carlos Pagni, quien en meses pasados había revolucionado al periodismo mundial al inaugurar un recurso hasta entonces desconocido: determinar palabra por palabra lo que piensa una persona sin decírselo a nadie y reproducirlo textual, tal como lo pensó. Lo hizo con Cristina Kirchner.

Como la ciencia avanza, Van der Kooy dio un todavía un paso más, cuando afirma que si el Frente de Todos gana en noviembre, «Ella» avanzará con su propuesta de reformar el sistema de salud. Pero si el resultado es inverso también avanzará, dice el columnista, en un verdadero galimatías de tiempos verbales, porque «interpretaría que el traspié habría obedecido a la “falta de profundización del modelo”». Es decir que existe algo así como una máquina capaz de determinar el pensamiento de las personas en el futuro.

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