«Graves disturbios» o «protestas ciudadanas», cómo manipular según la línea editorial
Cuando se producen movilizaciones ciudadanas aquí o en cualquier lugar del mundo, con los habituales enfrentamientos con las fuerzas del orden, los medios titulan de diferentes maneras según les convenga: «disturbios», «indignación ciudadana», «masivas movilizaciones», «levantamiento popular», «rebelión», «represión policial«, «violencia de los manifestantes», «protestas»… Parecen pequeños detalles pero, en realidad, son grandes manipulaciones.
Durante daías se han desarrollado en París un buen número de manifestaciones contra el proyecto de reforma de las pensiones de Emmanuel Macron. Y para hablar de ellas ha habido una palabra mucho más utilizada en los titulares de toda la prensa de nuestro país que otras: «disturbios».
Francia vive otra noche de disturbios contra la reforma de las pensiones, con 60 detenidos en París (El Mundo), Francia afronta más huelgas parciales tras otra noche de disturbios contra la reforma de las pensiones , (El Periódico). Francia afronta más huelgas por la reforma de las pensiones tras una nueva noche de disturbios (El Confidencial), Nueva jornada de paros parciales en Francia, tras otra noche de disturbios con al menos 60 detenido (Eitb), La policía de París prohíbe reuniones en puntos clave tras los disturbios por la reforma de las pensiones (El Español), Bloqueos y disturbios en París contra la reforma de las pensiones de Macron (Público).
Manifestaciones en Georgia
También ha habido movilizaciones en Georgia, y también han sido consecuencia de una ley que se quería aprobar. Allí se protestaba contra un proyecto de ley del gobierno que establecía que restricciones contra una organización si era financiada por más de un 20 % por un agente extranjero.
Como esos posibles agentes extranjeros serían de la UE o EE. UU., los medios aplaudieron las protestas y no hubo ni rastro de la palabra disturbio en los titulares, a pesar de que, como en París, también hubo violencia en las manifestaciones:
Retiran el polémico proyecto de ley sobre «agentes extranjeros» en Georgia tras las protestas masivas RTVE, La imagen que simboliza las protestas en Georgia contra la imposición de la «legislación rusa» (El Mundo), Georgia sale a la calle para protestar contra una ley de agentes extranjeros «dictada por Rusia» (The Objetive), Las protestas tumban en Georgia la polémica ley de agentes extranjeros (El País), Abajo la ley rus: las masivas protestas en Georgia que llevaron al gobierno a retirar una legislación que para muchos seguía el modelo de Putin (BBC).
En ambos casos, para no condicionar los resultados, me he limitado a buscar en Google las palabras Georgia y Francia.
Prodemocracia
En 2019 también hubo movilizaciones violentas en Hong Kong contra el gobierno chino. Lo primero que llama la atención es que los manifestantes fueron calificados con honorable término de prodemocracia. También se podrían haber denominado así los independentistas catalanes, los independentistas de Puerto Rico o los peruanos que protestan por el encarcelamiento de su presidente Pedro Castillo.
Todos ellos decían defender la voluntad popular y a pesar de eso no todos reciben igual tratamiento. Por supuesto, en los titulares sobre Hong Kong no apareció la palabra disturbios, y todos recordamos la violencia que hubo en aquellas movilizaciones: Hong Kong se echa de nuevo a la calle en una de sus mayores manifestaciones (El País) Protestas en Hong Kong: por qué temen la nueva ley de seguridad aprobada por China BBC En 2019, la revuelta que ha sacudido Hong Kong (RTVE), Protestas en Hong Kong por las extradiciones a China (Ser).
Todas las expresiones utilizadas pueden ser verdaderas, desde disturbios a protestas, manifestaciones o revueltas, pero es evidente que mediante el uso de una u otra, los medios, sin necesidad de mentir ni aparentar opinión, están posicionándose y, de algún modo, llevan a las audiencias a la valoración que ellos desean de los hechos.
Si se recurre de forma unánime a disturbios se presentan a los manifestantes como hordas desorganizadas y violentas, restándoles legitimidad. Si se habla de protestas, lo relacionamos con una reacción más ordenada y masiva. Para montar disturbios no hace falta mucha gente, pero para alcanzar el titular de protestas en un periódico, debe haber muchos manifestantes y, por tanto, sugiere más legitimidad en sus demandas.
Desinformación también audiovisual
El caso anterior se centra en las palabras utilizadas en los titulares del periodismo escrito, pero en los medios audiovisuales también se producen métodos múltiples de desinformación.
El periodista británico Patrick Crockburn alertaba que los medios televisivos, con unas simples imágenes de cualquier país, de una calle donde ardían dos contenedores y danzaban una decena de personas, si contaban con un adecuado encuadre, sonido e iluminación, podían convencernos de que una ciudad o un país estaba ardiendo en una revolución ciudadana.
Por supuesto, no había mentira en las imágenes, esos contenedores estaban ardiendo y las diez personas allí estaban agitando sus banderas, pero eso se transmitía la falsa noticia de un levantamiento popular y un país en llamas.
En otra ocasión, estando yo en Caracas, observaba cómo las televisiones emitían imágenes para mostrar de poca gente en una manifestación a favor del gobierno de Hugo Chávez como prueba de su poco apoyo popular. Las imágenes estaban grabadas a un kilómetro del punto de inicio de la manifestación, eran manifestantes que, poco a poco, iban llegando. En el punto de convocatoria había decenas de miles de personas.
En ninguno de estos casos hay mentiras, ni en los titulares de la prensa escrita, ni en las imágenes de televisión de las manifestaciones. Denunciamos mucho, con razón, los bulos y las fake news, pero los métodos de desinformación y manipulación suelen ser mucho más refinados.
Por eso llaman manifestantes prodemocracia a violentos; manifestantes autónomos a quienes piden que gobiernos extranjeros puedan financiarles; manifestaciones masivas cuando hay media docena de personas, o califican de manifestaciones minoritarias pero graban a mucha distancia del lugar de la convocatoria. Y ahora, en París, las manifestaciones masivas en defensa de sus pensiones son disturbios.